El Papa Francisco y los alemanes: una relación difícil

Bonn  - Durante mucho tiempo el Papa Francisco tuvo que compartir la atención con su predecesor Benedicto XVI. La relación no fue fácil. Y esto también se aplicaba –por otras razones- a su visión de los católicos alemanes.

Fuente:   katholisch.de

Por    L. Por Bernward Loheide y Ludwig Ring-Eifel (KNA)

24/04/2025 

Imagen: © KNA/Stefano Dal Pozzolo/Romano Siciliani (imagen de archivo)

El Papa Francisco se distanció de la Iglesia Católica en Alemania. Pero a través de sus reformas le dio más libertad. La relación entre ellos era complicada.

Como sucesor del Papa alemán Benedicto XVI, el argentino tomó un rumbo diferente, más abierto. Muchos católicos en Alemania percibieron esto como la apertura de la Iglesia que anhelaban: menos apego a la tradición, más flexibilidad dogmática, más participación de las bases de la Iglesia.

Pero cuando los obispos y los laicos alemanes, invocando este nuevo rumbo, lanzaron el Camino Sinodal y abogaron por reformas internas en la Iglesia, Francisco frenó las cosas y decepcionó a muchos. No permitió que las mujeres fueran ordenadas y mantuvo la prohibición del matrimonio para los sacerdotes. Advirtió indirectamente a la Conferencia Episcopal Alemana contra la fundación de una segunda iglesia protestante con su proyecto de reforma.

 

No se sentía cómodo en Alemania.

La ambivalencia en la relación con los alemanes ya era evidente cuando Jorge Mario Bergoglio pasó varios meses en la Universidad jesuita de St. Georgen en Frankfurt en 1986. Allí realizó estudios preliminares para una tesis doctoral planeada sobre el teólogo germano-italiano Romano Guardini (1885-1968). Pero el futuro Papa no se sentía a gusto en Alemania. El proyecto quedó inconcluso. No era capaz de manejarse ni con el idioma alemán ni con el modo alemán de hacer teología.

Sin embargo, un cuadro alemán llegó a ser muy querido para él: la imagen de la Madre de Dios Desatadora de Nudos , que se puede ver en la iglesia de peregrinación San Pedro am Perlach en Augsburgo. María, que cuida de la confusión de este mundo: este motivo fue popularizado por Bergoglio en los barrios pobres de Buenos Aires y en muchas partes de América Latina.

Como Papa, Francisco visitó muchos países, pero dejó fuera Alemania. Se ha especulado mucho sobre las razones. Esto causó decepción, pero el hilo nunca se rompió por completo.

 

"Francisco siempre nos ha acompañado críticamente"

"Francisco nos ha acompañado siempre de forma crítica", declaró el lunes el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Bätzing, a la Agencia Católica de Noticias (KNA). Estuvo muy atento a lo que se discutía aquí en Alemania, a cómo, en cuanto iglesia, queremos moldear el futuro. El obispo Bätzing añadió: «Siempre he vivido nuestras conversaciones como una lucha justa. Una parte presentó su postura, nosotros la nuestra. Y el Papa nos dejó ir; ese fue el factor decisivo».

Los críticos conservadores criticaron al Papa por criticar repetidamente a los reformadores alemanes y no detenerlos. A varios cardenales de la Curia, así como a algunos obispos de Baviera y al cardenal de Colonia, les habría gustado que fuera más duro. Hasta el día de hoy, sigue siendo un misterio por qué se mantuvo alejado del importante debate teológico entre los cardenales de la Curia romana y los obispos alemanes en Roma el 18 de noviembre de 2022, a pesar de que había confirmado firmemente su asistencia. En ese momento tal vez hubiera tenido que mostrar sus colores, pero siguiendo la buena tradición jesuita, evitó hacerlo.

La mayoría de los teólogos y funcionarios católicos alemanes del siglo XXI no correspondían en absoluto a su imagen ideal de un "santo pueblo creyente de Dios", que él consideraba el verdadero sujeto de la Iglesia. Los alemanes han olvidado la fe de sus antepasados, dijo una vez en respuesta a una pregunta de la KNA en una conferencia de prensa. Crítico y preocupado por la autorrealización individual, más comprometido con el racionalismo de Kant que con los nobles sueños de Hölderlin, así es como los percibía. En su opinión, se encontraban en un camino metodológicamente equivocado hacia la reforma, aunque ciertamente reconocía su necesidad fundamental.

 

Por Bernward Loheide y Ludwig Ring-Eifel (KNA)