(De france24.com)
La falta de sacerdotes católicos
en la Amazonía está erosionando la influencia de la Iglesia en esta remota
región, advirtió un obispo en el norte de Brasil días antes de que empiece en
el Vaticano el sínodo dedicado a la selva tropical.
Wilmar Santin, uno de los obispos
brasileños que irá a la reunión entre el 6 y el 27 de octubre dijo que el
catolicismo cede terreno a las Iglesias evangélicas y que necesita mejorar su
estrategia.
"¿Qué nuevos caminos podemos
ofrecer a nuestros rebaños para que pastoreen aquí y no vayan donde el
vecino?", reflexionó Santin, quien preside un área amazónica equivalente a
casi la mitad de Alemania. "Porque no estamos dando o preservando el pasto
para ellos como deberíamos. Estamos fallando", reconoce.
En Brasil hay pocos indígenas
sacerdotes.
Pero para que haya más candidatos
a ordenarse, dice Santin a la AFP, sería necesario flexibilizar algunas
exigencias de la formación.
Con menos misionarios europeos
viniendo a América Latina, incorporar indígenas al sacerdocio es una necesidad,
coincide el obispo español David Martínez en la ciudad amazónica de Puerto
Maldonado, Perú.
"No queremos ser una Iglesia
que visita las comunidades, queremos ser una Iglesia que permanece",
expresó Martínez, quien también es secretario del sínodo de la Amazonía.
En la ciudad próxima a la triple
frontera con Bolivia y Brasil, Martínez afirmó que "la Iglesia católica
quiere que los indígenas asuman su liderazgo, que la sientan como propia y no
como una institución foránea".
Otra opción, que será discutida
en el sínodo, es permitir que hombres casados en áreas remotas asuman el
sacerdocio.
El papa Francisco comentó en
enero que el celibato "es un regalo para la Iglesia", pero ha
repetido que no hay una doctrina que prohíba a hombres casados de cierta edad
ser curas, por lo que la disciplina podría ser modificada.
El sumo pontífice concede que
pueden abrirse "algunas posibilidades para lugares lejanos" como las
islas del pacífico o la Amazonía, donde hay "necesidad pastoral", sin
embargo aclara que la decisión no es solo suya.
Santin explica que 21 sacerdotes
y nueve hermanos sirven en la prelatura de Itaituba, de 175.365 km² y dividida en
seis municipios.
"Es un número pequeño para
estas necesidades", contó en su casa del pueblo ribereño, en el estado de
Pará.
Aunque Brasil continúa siendo el
país con más católicos, sus fieles se han reducido mientras crecen las Iglesias
evangélicas. Cerca de 64% de su población se identificó como católica en 2010,
porcentaje inferior al 74% del censo de 2000.
Brasil fue en 2013 el primer
destino internacional del papa Francisco, quien defendió acercar la Iglesia a
la gente.
- Denunciar
"barbaridades" -
Las amenazas a la Amazonía
también están en la agenda del sínodo. Esto ha irritado al presidente Jair
Bolsonaro, quien ha sido cuestionado por gobiernos europeos y activistas por su
política ambiental.
Bolsonaro acusa a sus críticos,
principalmente a su par francés Emmanuel Macron, de amenazar la soberanía
brasileña. También acusa a la prensa de mentir sobre la extensión de la
deforestación y los incendios en la selva tropical. El mandatario también
señaló a oenegés como posibles responsables de encender las llamas.
Escéptico del cambio climático,
confirmó a la prensa local en agosto que la inteligencia brasileña vigilaría el
sínodo.
"El gobierno tiene una
teoría de la conspiración imaginaria (...) que somos subversivos y queremos que
Francia venga aquí", opina Santin. "No quiero que Pará se convierta
en la Guyana Francesa".
El sínodo no busca criticar a
"ningún gobierno", explica Santin, pero si constata atrocidades, la
Iglesia es responsable de denunciarlas.
La política de Bolsonaro para la
deforestación es "corta todo porque necesitamos plantar, para el
agronegocio", afirma el obispo.
"Frente a ciertas
barbaridades, tenemos que ser profetas, tenemos que denunciar. Y si el gobierno
no está cumpliendo su papel en algunos aspectos, se notará", dijo.
El papa Francisco expresó su
preocupación por la selva tropical, que describió como un pulmón
"vital" para el planeta. También se reunió en mayo con el cacique
indígena y activista por la Amazonía Raoni Metuktire.
Santin dice que la soberanía de
Brasil es "incuestionable", pero otros países tienen derecho a
preocuparse por las amenazas al medio ambiente.
"La Tierra está gritando y
está dando señales de la destrucción y de que la naturaleza es incapaz de
recuperarse", sostiene.
"Otros países se interesan
porque entienden la importancia de la Amazonía para el clima global y su
destrucción impactará al mundo (...) Podríamos convertirnos en un desierto de
Sahara".
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Eskerrik asko.