Rév 21,1: "Puis je vis un nouveau ciel et une nouvelle terre; car le Concile avait disparu."
En un portal católico de videos hemos encontrado esta curiosidad. Algo que viene y se acerca a nuestro ambiente diocesano. No con la crudeza del video, pero si como para dar motivo para una reflexión pausada.
El redactor.
Esta fotografía es de hace más de 50 años. Varios que aparecen en
la foto somos curas en la actualidad pero hace ya mucho tiempo que
dejamos la sotana y con la sotana, otras muchas cosas que nos separaban
de la gente. Ahora, por lo que se ve en este video, hay en la Iglesia
quienes quieren volver a ponerse la sotana y la "teja" para revestirse
de autoridad y situarse por encima y lejos de la gente. Convendría
recordar lo que decía Jesús en el evangelio refiriéndose a los
fariseos:
"Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame "Rabbí. «Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar "Rabbí", porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie "Padre" vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dejéis llamar "Directores", porque uno solo es vuestro Director: el Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor.
.
Da
miedo pensar que este virus está entrando también en nuestro seminario:
el entusiasmo por los ritos en la liturgia, la obligación de revestirse
con alba en las ceremonias de la catedral, la misa en latín que se ha
introducido una vez por semana por deseo del Obispo y el clergyman que
se apresuran a ponerse recién ordenados de diáconos... son síntomas
inequívocos de esta epidemia. Queda aún por determinar el origen de la
enfermedad porque hace no muchos años nos era desconocida. Más aún:
estos mismos síntomas que ahora se propagan eran motivo para recomendar
al que los padecía, el abandono del seminario porque no era ese el tipo
de cura que nuestra Iglesia necesitaba. Pero el seminario evidentemente
ha cambiado.
Muchos tenemos puesta la esperanza en el Papa Francisco y sus
propuestas en relación con los presbíteros a los que quiere con "olor a
oveja". No me veo yo hoy con sotana y teja en medio de la gente, en las
acogidas de cáritas, en el campamento de verano, tomando una cerveza con
los monitores ni visitando a los enfermos. Me vería así disfrazado para
celebrar el carnaval.
Espero que el virus quede aislado y las comunidades
cristianas de nuestra diócesis, al menos, cuenten con curas "normales"
que les acompañen en el seguimiento de Jesús nuestro único Señor y
maestro para seguir construyendo su reino
Juan Mari Lechosa
Decid lo que queráis, pero yo recomiendo parte de este atuendo para toda persona en general, al menos de las que, como yo, han sido operados de tiroides. Esa zona superior del hábito (no del sombrero)te protege durante los muchos meses necesarios tan bien como una silicona especial, que por otra parte es carísima y no entra en la Seguridad Social.
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