miércoles, 5 de diciembre de 2012

El papa sufre

D. S.
Il Regno-Attualità (2012) 509

Mons. Jean-Claude Périsset, nuncio apostólico en Berlín, está preocupado por el futuro de la Iglesia en Alemania. Y por su mala relación con el Papa. “El Papa sufre por la actitud, a veces cerrada, que ha detectado en sus comparecencias en Alemania”. “Es una gran pérdida para la Iglesia católica alemana que se le escuche tan poco”. Así se ha expresado el nuncio en una entrevista concedida al semanario alemán “Christ und Welt” el 16 de agosto de 2012 (suplemento de “Die Zeit”).


Toda una señal de la insatisfacción que genera en Benedicto XVI la escasa simpatía con que cuenta en su Iglesia de origen, algo que ya había sido detectado en los últimos meses.

Concretamente, el viaje apostólico del 2011 dejó un reguero de polémicas en amplios sectores de la opinión pública católica tanto por la apertura ecuménica (juzgada por muchos insuficiente), como por la llamada que el Papa hizo a los católicos comprometidos en la Iglesia y en la sociedad a iniciar un proceso de “des-mundanización”, así como por su negativa a liderar la reforma de la Iglesia (“memorándum” de los teólogos alemanes en febrero de 2011) y su apuesta por una reforma centrada únicamente en la interioridad.

Además, en abril de este año, en una carta dirigida al presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, mons. Robert Zollitsch, el Papa lamentaba la resistencia de los obispos alemanes a acoger la nueva traducción del “pro multis” en el canon romano y les dirigía una “solicitud apremiante” para promover una adecuada catequesis de los fieles sobre este asunto.

Mucho antes, en 2009, está la decisión de Benedicto XVI de remover la excomunión a los obispos lefebvrianos, algo que provocó duras y vivas polémicas, sobre todo, en lo referido al caso del obispo negacionista Williamson.

Pero las crónicas de los últimos meses también han registrado otras “desavenencias” tales como la insistencia del arzobispo Zollitsch en la necesidad de llegar a una diferente disciplina eclesial sobre la acogida de los divorciados vueltos a casar y las reservas manifestadas en diversas ocasiones por mons. Müller (hasta julio, arzobispo de Regensburg y hoy prefecto del Congregación por la Doctrina de la Fe) sobre el dialogo con los lefebvrianos.

Los motivos de preocupación que manifiesta el nuncio Périsset en la entrevista son varios. “La transmisión de la fe tiene que volver a activarse en las familias, de otro modo podemos acabar cerrando las iglesias (…). Tenemos que volver a los elementos fundamentales de la fe y comunicarlos con palabras simples y con un lenguaje expresivo”. Y más todavía: “necesitamos una nueva cultura de la comunidad, del vivir juntos en la fe. Por eso, son necesarias también las grandes celebraciones como el Día mundial de la juventud o la misa del Papa en el estadio olímpico. Y que se le diga: no estás solo”.

El nuncio también llama la atención sobre el diálogo que los obispos alemanes han promovido entre todos los miembros de la Iglesia para mejorar la unidad: “El conflicto en la Iglesia es un camino equivocado. Pero el diálogo no es conflicto, al contrario (...). Quien participa en un diálogo tendría que venir como creyente, con la disposición de querer aprender y recibir algo”. “Buscar el diálogo con la base eclesial es una decisión comprometida que han tomado los obispos alemanes, pero tienen que tener cuidado: quien quiera poner la Iglesia patas arriba no busca diálogo alguno”.

¿Efecto Vatileaks? Sobre los divorciados vueltos a sacar: “algunos obispos han hablado de un trato misericordioso, pero yo no he encontrado todavía obispo alguno que diga que todos los divorciados vueltos a casar puedan ser admitidos, sin más y de manera generalizada, a la comunión. Siempre se recurre al caso individual”. Mons. Périsset también percibe una falta de comprensión sobre el papel de las mujeres en la Iglesia y sobre el celibato sacerdotal, dos cuestiones que frecuentemente irrumpen en el debate eclesial público en Alemania.

Refiriéndose a la cuestión del impuesto eclesiástico, el nuncio observa que “quizás la Iglesia alemana se preocupa demasiado por la gestión de los medios y se olvida del anuncio de la buena noticia”. Pero rompe una lanza en favor de la manera como los obispos han gestionado, criticando públicamente, el escándalo de la violencia sobre menores cometida por una red de clérigos tradicionalistas. Sobre este punto ha existido, por tanto, una perfecta consonancia con el Papa.

Este clarísimo posicionamiento del diplomático suizo, nuncio en Alemania desde 2007, podría ser un “efecto Vatileaks”. La edición alemana del volumen “Sua Santità” de Gianluigi Nuzzi, publicado el 10 de septiembre pero con algunos contenidos adelantados en “Der Spiegel”, contiene un capítulo extra con documentos, hasta ahora inéditos, que revelarían una insatisfacción de Benedetto XVI por la gestión de su nuncio en Berlín. Según dicha documentación, éste habría sido demasiado condescendiente con los obispos alemanes en sus críticas anti-lefebvrianas en 2009 y no habría defendido al Papa debidamente con ocasión de las críticas de la cancillera Merkel en el caso Williamson.

Entre las consecuencias que podría acarrear la entrevista está la de influir en los próximos nombramientos episcopales en Alemania.

En este momento están vacantes las sedes de Dresde, después de la jubilación de mons. Reinelt en febrero, y de Regensburg, después del nombramiento de mons. Müller en la Congregación para la Doctrina de la Fe. Pero en los próximos meses también estarán sobre la mesa los nombramientos de la archidiócesis de Colonia (el card. Joachim Meisner cumplirá 79 años en diciembre); de la diócesis de Passau, (mons. Wilhelm Schraml ha cumplido en junio 77 años); de Mainz (el card. Karl Lehmann ha cumplido 76 años en mayo). En 2013 cumplirán 75 años mons. Robert Zollitsch de Freiburg y mons. Werner Thissen de Hamburgo.

Como es sabido, algunas diócesis alemanas conservan (con fundamento en derechos adquiridos o en antiguos privilegios después ratificados mediante convenciones con los Estados) el derecho a elegir al propio obispo o a proponer a la Santa Sede una terna de nombres, a partir de los cuales se procede a la elección.

Normalmente la terna es presentada a la Santa Sede por el nuncio. Se trata de las diócesis ex - prusianas de Colonia, Paderborn y Berlín (con las sufragáneas de Aachen, Essen, Limburg, Münster, Osnabrück, Trier, Fulda y Hildesheim) y la de Freiburg (con las sufragáneas de Rottenburg-Stutgart y Mainz), así como la de Meissen.

En el caso de las diócesis bávaras de Bamberg y Munich (con las sufragáneas de Eichstätt, Speyer, Würzburg, Augsburg, Passau y Regensburg) el nombramiento corresponde a la Santa Sede, que elige al candidato a partir de una lista presentada por el cabildo de la catedral y teniendo también en cuenta los propuestos por los obispos (en las listas trianuales que envían a la Santa Sede) y por los capítulos bávaros.

Como se puede apreciar, la mayor parte de los próximos nombramientos corresponden a aquellos sobre los que la nunciatura no es competente.

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