En los últimos meses de este año que termina, nos ha tocado despedir prematuramente a dos amigos, Txema Fínez y Pedro Fernández, que han tenido en común una fe cristiana honda, un firme vinculo eclesial, así como un dilatado y reconocido compromiso social y político. Ambos han sido creyentes, esposos y padres, ciudadanos apasionados por la tarea de alcanzar, colectivamente, mayores tasas de humanidad. Tanto Txema como Pedro, cada uno según su propia sensibilidad política, se han entregado ejemplar y competentemente en la consecución de un país más justo, más libre, más solidario; de este modo han sido, para muchos, referencia de un estilo de presencia pública de los cristianos. Ahí han estado, durante años, procurando que la savia evangélica les revitalizara personalmente y les inspirara en sus expectativas, proyectos y decisiones sociopolíticas. El respeto que se han ganado en sus respectivos ámbitos, y entre gentes muy diversas, habla bien a las claras de lo que estamos afirmando. Consten estas líneas como expresión de gratitud por ellos dos, tan diferentes y sin embargo tan iguales por su gran humanidad y su confianza en Dios. A Marta, a Susana, a sus hijos e hijas y familiares, a sus compañeros y amigos más próximos, el pésame y el recuerdo que quiere abrirse a la esperanza. Agur Jaunak!
JAVIER OÑATE LANDA
Creo que los miembros del IDTP deben pedir a su director que abandone su maniobras conspiratorias en la diócesis, ya que comprometen a la institución.
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