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ACTUALIDAD:
Origen: fsspx.news
El 7 de marzo de 2020, el cardenal Luis Ladaria Ferrer,
prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, envió una carta
acompañada de un cuestionario a todas las conferencias episcopales. Los
dos documentos, cuyo contenido era desconocido para los fieles hasta el
momento, fueron publicados el 23 de abril en el sitio católico estadounidense Rorate
Coeli.
"Trece años después de la publicación del motu
proprio Summorum Pontificum por Benedicto XVI", señala el
cardenal Ladaria, "el Papa Francisco desea informarse sobre la
implementación actual de Summorum Pontificum. Este motu proprio del
7 de julio de 2007 autoriza canónicamente la celebración de la misa del rito
romano según el misal de 1962 establecido antes del Concilio Vaticano II. La
encuesta dirigida a los obispos contiene nueve preguntas, y debe
devolverse a la CDF antes del 31 de julio de 2020".
Las nueve preguntas formuladas a los obispos católicos
del mundo entero son las siguientes:
1) ¿Cuál es la situación en su diócesis con respecto al
rito romano extraordinario?
2) Cuando se practica el rito extraordinario, ¿obedece a
una necesidad pastoral real o es obra de un solo sacerdote?
3) En su opinión, ¿cuáles son los aspectos positivos o
negativos del uso del rito romano extraordinario?
4) ¿Se respetan las normas y condiciones establecidas por
el motu proprio Summorum Pontificum?
5) ¿Ha sucedido, en su diócesis, que el rito ordinario ha
adoptado elementos del rito extraordinario?
6) Para la celebración de la Misa, ¿utiliza el misal
promulgado por el Papa Juan XXIII en 1962?
7) Además de la celebración de la Misa según el rito
extraordinario, ¿hay otras ceremonias (bautismo, confirmación, matrimonio,
penitencia, sacramento de los enfermos, ordenación sacerdotal, oficio divino,
triduo pascual, funerales) que se ofician según los libros litúrgicos previos a
Vaticano II?
8) ¿Cree usted que Summorum Pontificum ha
influido en la vida de los seminarios (de su diócesis) y otras casas de
formación?
9) Trece años después del motu proprio Summorum
Pontificum, ¿cuál es su opinión sobre el rito romano extraordinario?
¿Podría verse amenazado el rito latino tradicional?
"¿El motu proprio Summorum Pontificum, que
reconoció los derechos y la continuidad del rito latino tradicional, podría
estar en peligro?, se pregunta con inquietud Rorate Cœli. "Cuando
se publicó por primera vez el motu proprio, hubo un período de consulta de tres
años", continúa el sitio, "definido por el Papa Benedicto XVI en su
carta adjunta a los obispos. (...) Curiosamente, hoy, 13 años después de Summorum,
(...) la Congregación para la Doctrina de la Fe, ahora responsable de Summorum,
ha enviado una nueva encuesta para los obispos. (...) Y agrega a guisa de
conclusión: "Esto podría ser preocupante. Las preguntas parecen
neutrales, pero, cuando se leen cuidadosamente, pueden
indicar consecuencias graves".
El cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo
para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, declaró en la edición de
junio de la revista católica alemana Herder-Korrespondenz que sería
deseable, en el futuro, tener una reconciliación de las dos formas del
rito romano, "de tal manera que, en un momento dado, tengamos solo una
forma como síntesis en lugar de dos formas diferentes". El 27 de mayo de
2020, el periódico católico alemán Die Tagespost, le pidió al cardenal
alemán que explicara su propuesta de fusionar gradualmente la forma ordinaria y
la forma extraordinaria del rito romano. El cardenal, reconociendo que esto
requeriría mucho tiempo y paciencia, dejó en claro que comparte la opinión
de Benedicto XVI, quien creía que no se podía prescribir una nueva
reforma litúrgica, sino que esta última requería de un paciente proceso de
crecimiento interior. (Cf. Voici quel est notre Dieu. Conversations avec
Peter Seewald, 2001, Plon/Mame).
El 25 de marzo, luego de la encuesta del 7 de marzo, la
Congregación para la Doctrina de la Fe emitió dos decretos para
"enriquecer la forma extraordinaria del rito romano" con siete nuevos
prefacios: el decreto Quo magis, y el de la introducción de los
santos canonizados después de 1960, el decreto Cum sanctissima. Cerca de
200 teólogos protestaron contra estas disposiciones firmando una carta abierta
en la cual solicitaban "la eliminación de los dos decretos y la
devolución de todos los poderes sobre la liturgia a los obispos diocesanos
y a la Congregación para el Culto Divino". De acuerdo con los
signatarios, "no tiene ningún sentido emitir decretos para 'reformar' un
rito que está encerrado en una historia pasada, detenido y cristalizado, sin
vida y sin vigor". Martin Klöckener, profesor de ciencias litúrgicas en la
Universidad de Friburgo, y signatario, respondió a las preguntas de la agencia
suiza Cath.ch el 8 de mayo. Klöckener habló sobre "el peligro
de una división pastoral" debido a la enseñanza en los seminarios del antiguo
rito que "conduce a divisiones en la formación de los sacerdotes".
Porque, en su opinión, cada rito determina una relación con la
identidad de las personas involucradas: la Iglesia y el sacerdote. Además,
agregó que "la creación de estos ritos especiales dificulta la
implementación del importante potencial litúrgico del Concilio Vaticano
II". Sin embargo, concluye diciendo: "esto no debe verse como un
anuncio indirecto de la abolición de la forma extraordinaria del rito
romano como temían ciertos círculos ultraconservadores".
La forma extraordinaria no es un rito "sin vida
y sin vigor"
Esta carta abierta escrita por 200 teólogos "sobre
el estado de excepción litúrgica", publicada el 1 de abril por Andrea
Grillo, profesor de teología sacramental en la Universidad de San Anselmo en
Roma, provocó una respuesta a través de Monseñor Markus Graulich,
subsecretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos. Dicha
respuesta se publicó en el sitio web Riposte Catholique el 3 de abril.
Monseñor Graulich señala los
"distintos conceptos erróneos (por no hablar de errores), que
sugieren una falta de conocimiento o un conocimiento ideológicamente
distorsionado del tema por parte de los autores". Y procura precisar en
su conclusión: "lo recientemente agregado a la forma
extraordinaria (y no, como dicen los firmantes, el rito) muestra claramente que
no está encerrado en el 'pasado histórico'", sino que puede
desarrollarse orgánicamente. El hecho de que la forma extraordinaria no es un
rito "sin vida y sin vigor" queda demostrado en todos los lugares
donde se puede asistir a una celebración eucarística en la forma extraordinaria
del rito romano. Les guste o no a los llamados liturgistas".
El 24 de abril, el periódico católico británico The
Tablet publicó en su sitio web la entrevista realizada con Joseph Shaw,
presidente de la Latin Mass Society of England and Wales. "No
considero esta investigación como una amenaza, sino simplemente como un deseo
de la CDF de tener información sólida procedente del mundo entero", explicó. "La
comparación de los informes escritos en 2010 y 2020 mostrará no solo un
crecimiento constante en el número de celebraciones, sino también una
integración creciente y serena de la forma extraordinaria en la vida de la
Iglesia, lo cual, en gran parte, es atribuible a la "actitud de los
obispos mismos", agregó J. Shaw, citando a Monseñor Malcolm McMahon de
Liverpool y a Monseñor Philip Egan de Portsmouth, quienes celebran
ordenaciones según la forma extraordinaria.
Por su parte, el Padre Nicola Bux, profesor de
liturgia oriental y teología de los sacramentos en la Facultad de Teología de
Puglia, y exconsultor de la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Soberano
Pontífice, está convencido de que el cuestionario de la Congregación para la
Doctrina de la Fe debe atribuirse a fines estadísticos que no son motivo de
preocupación. La Nuova Bussola Quotidiana compartió sus reflexiones el
27 de abril. Pero, según el Padre Bux, para que la encuesta tenga éxito es
esencial que los obispos que recibieron el cuestionario "se dejen guiar en
sus respuestas por el sensus Ecclesiæ y no por los
prejuicios".
Inquietudes y preguntas
Benedicto XVI fue lo suficientemente honesto como para
reconocer que la reforma litúrgica había dejado un campo en ruinas. Incluso
habló de la demolición de la liturgia. Sin embargo, creía que era posible
reformar una reforma fallida. Trece años después, esta preocupación ya no es
relevante en el Vaticano, y los partidarios de la revolución litúrgica tienen
la intención de mantenerla así", señaló FSSPX.
Actualidad el 1 de mayo de 2020.
"Al igual que el combate de la fe, el combate por la
misa no ha terminado. Basta con recordar la cantidad de escollos que ha
experimentado la implementación de Summorum pontificum y la
mala voluntad a la que han tenido que enfrentarse todos aquellos que quieren
propagar y difundir la Santa Misa en su rito sacrosanto. Los Franciscanos
de la Inmaculada, por haber querido dar preferencia a la misa tridentina en sus
casas, fueron severamente castigados e incluso perseguidos. En cuanto a los
obispos, ¿cuántos de ellos han mostrado realmente la solicitud pastoral que se
les pidió hacia los sacerdotes y los fieles deseosos de descubrir o redescubrir
una verdadera liturgia católica? ¿Y cuántos se han tomado la molestia de
valorar la importancia de rendir a Dios el culto que se le debe en espíritu y
en verdad? Estas son otras preguntas que también deberían hacerse, y otra
investigación para realizar: la de la historia de los obstáculos y dificultades
que los obispos o las conferencias episcopales han presentado para oponerse a
cualquier "vuelta atrás". Los logros de la Revolución no se abandonan
tan fácilmente.
"Finalmente, queda la cuestión de saber qué sucederá
con esta investigación después del 31 de julio de 2020. ¿Será cuestionado,
renovado, o incluso extendido y generalizado lo establecido por Benedicto XVI?
¡Es válido soñar! El futuro lo dirá".
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