miércoles, 8 de julio de 2020

Si una familia pide comida a Cáritas, sabemos que la necesita ya

NOTA:    En el equipo de mantenimiento del BLOG hemos llegado a entender que, en las circunstancias que nos envuelven (el CONFINAMIENTO POR «COVID-19») bien podríamos prestar el servicio de abrir el BLOG a iniciativas que puedan redundar en aliento para quienes se sientan en soledad, incomunicadas o necesitadas de expresarse.
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Laura Mor
(En CR)
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Caras nuevas y vecinos que colaboran

Cuando les llega un caso, lo derivan al asistente social. Allí le hacen el seguimiento, de acuerdo a su situación económica y familiar. Del informe que se deriva, en el centro DISA les hacen llegar la información pertinente a las necesidades de alimentación. Sin embargo, nunca han negado una primera ayuda. Y estos días, en la cola, han visto muchas caras nuevas.

También hay hoteles de Salou que colaboren con el DISA. Por ejemplo, con paquetes que ya no venderán y que aun no han caducado. En el caso de los supermercados, les dan fruta y verdura fresca. Incluso, los vecinos que tienen huerta han llevado fruta para añadir en las bolsas: “Los primeros días traían naranjas, limones, según la fruta del tiempo”. Tamara subraya que “estas colaboraciones espontáneas no son de ahora, sino que siempre están ahí”.

El grueso de alimentos provienen de la Unión Europea y también del Gran Recapte que organiza el Banc dels Aliments a finales de noviembre y que moviliza cerca de treinta mil voluntarios en Cataluña. Además de los alimentos que llegan en especies, Cáritas parroquial completa los lotes comprando lo que haga falta. Una compra que es posible gracias a los donativos económicos que también reciben, de forma directa, y a través de las colectas de misa.

“Me gustaría que en mi país también funcionara así”
La revisión y la preparación de los lotes son tareas que hacen los voluntarios. En el caso de Tamara Frunze, también ayuda a Cáritas en la campaña de Reyes, para hacer llegar regalos a los niños de familias vulnerables. ¿Cómo valora esta red de voluntariado? “En mi país no se hace así, son más estrictos; pero yo creo que el cambio es bueno y positivo, me gustaría que en mi país también funcionara así”, dice.

Como cristiana ortodoxa, celebra su fe con la Iglesia rumana de Tarragona y de Reus. Pero no duda en entrar en la Iglesia católica parar colaborar cuando hay una necesidad: “Todos damos y recibimos algo”, concluye.




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