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Juan Vicente Boo
(En ALFA Y OMEGA)
En estas semanas de inicio de verano salen a la luz en
Estados Unidos dos nuevos libros de autores distintos pero, casualmente, un
mismo título: The next Pope. Los publican editoriales católicas norteamericanas
que a veces dan la impresión de haber desconectado del Papa Francisco.
Aparte de que no hay síntomas de fin de pontificado sino
un Papa que gobierna con más independencia de la Curia vaticana que sus
predecesores, los títulos suenan a muchos católicos americanos algo así como la
próxima esposa en un matrimonio sereno sin indicios de divorcio.
Cada uno a su manera, los autores de ambos libros
pretenden orientar a los cardenales electores sobre a quién deben votar cuando
entren en la capilla Sixtina. George Weigel, conocido por su excelente
biografía de Juan Pablo II pero también por sus críticas a Francisco, declaraba
en un reciente webinar con periodistas católicos que «la Santa Sede sufre
serios problemas financieros», hasta el punto de que podría declararse en
bancarrota a final de este año.
Edward Pentin, en un tono todavía más tremendista, ha
comentado a una publicación italiana la teoría de que «Francisco podría dimitir
quizá en julio, pero está esperando a que fallezca antes Benedicto». Según el
autor, su voluminoso libro de 704 páginas «es uno de tres proyectos similares,
aunque no idénticos, orientados a proporcionar a los fieles un conocimiento
completo de los principales candidatos a Papa. Este proyecto en particular
nació entre un grupo de fieles que desean permanecer en el anonimato».
En realidad, el disparo de salida para influir en la
elección del próximo Papa y, al mismo tiempo, debilitar al actual, fue –como
relató «Cónclave de mercado» en esta columna el 11 de octubre de 2018– el
lanzamiento del proyecto Red Hat Report, el Informe Birretas Rojas, en la
Escuela de Negocios Busch de la Catholic University of America, financiada por
el multimillonario californiano Tim Busch en la capital norteamericana.
El equipo contaba entonces con diez antiguos
investigadores del FBI, a los que posteriormente se añadieron expertos de la
CIA, según reveló el jefe del proyecto.
Ahora se le está dando un barniz académico, con
investigadores universitarios de varios países. Se trata de hacer informes,
sobre los papables y cada uno de los 120 cardenales electores, para publicarlos
en una web americana que pomposamente pretende un «mejor gobierno de la
Iglesia».
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