martes, 31 de diciembre de 2013

Las voces disidentes

Alejandra Conti


Católicas por el Derecho a Decidir es una organización que promueve “los derechos de las mujeres desde una perspectiva ética, teológica, católica y feminista, especialmente los que se refieren a la sexualidad y la reproducción humana”. 

Católicas por el Derecho a Decidir es una organización que promueve “los derechos de las mujeres desde una perspectiva ética, teológica, católica y feminista, especialmente los que se refieren a la sexualidad y la reproducción humana”. Marta Alanís fue presidenta de CDD y respondió así a nuestra consulta acerca de si cabe esperar cambios en el rol de la mujer en la Iglesia.

“Quiero dejar una ventana abierta y esperar que se produzcan los cambios, pero no sé si se van dar ni cuánto tiempo llevarán”, nos dice esta educadora popular desde su casa en Agua de Oro.

En su opinión, “lo más delicado es lo de la teología de la mujer. El Papa desconoce en esto el rol de las teólogas feministas que hacen teología desde hace tiempo y que surgieron como consecuencia de la Teología de la Liberación”.

En esta línea destaca que “por un lado, la Virgen es la madre de Jesús y tiene un lugar muy importante en la Iglesia; pero por otro, no encontramos razones para que las mujeres no puedan ser sacerdotisas. Se sigue sosteniendo que la razón es que los 12 apóstoles eran varones, y Francisco no va a cambiar eso a pesar de que es un hombre inteligente y se muestra como una persona moderna. Dice que hay que darle a la mujer un lugar digno en la Iglesia. En realidad, las principales protagonistas de la Iglesia son las mujeres; son mucho más numerosas que los varones, pero su función es la de servir y callar: son catequistas, limpian, cuidan al sacerdote, organizan Cáritas. Participan en la vida eclesial, pero el poder es masculino”.

No obstante, destaca que la Iglesia no es monolítica, y allí radican sus esperanzas: “Los cambios que propone Francisco ya son realidad en algunos lugares. Los curas villeros tienen más proximidad y reconocimiento hacia las mujeres, se involucran con los problemas de la gente y no se dedican sólo a adoctrinar con los dogmas duros de la Iglesia. Lo que hace el Papa es reconocer que hay mucho por cambiar porque la Iglesia ha quedado lejos de la gente. No sé cuánto obedecerán los obispos locales para cambiar esa realidad”.

En esa convicción de que la Iglesia no es monolítica, afirma: “Es un lugar de escucha, de reflexión, de crecimiento, no de sometimiento. Por eso tenemos derecho a decidir, a disentir con posturas que no son saludables para las mujeres y para las personas en general”.
Alanís se alegra de que en lo referente a moral sexual, un tema en el que CDD tiene como motivo central de su militancia, el Papa haya dicho que no va a insistir en ese tema, aunque la doctrina va a seguir siendo la misma.

“Es bueno eso de dejar de repetir el discurso conservador que culpabiliza a la gente. Eso genera dolor, discriminación”, sostiene.

Respecto de Francisco como líder, Alanís lo ve como un actor creíble. “Veo que está logrando que haya credibilidad en la Iglesia. Lo malo de esto es que si el lobby con los gobiernos es intenso, la consolidación de un Estado laico se verá en riesgo”.

“Mientras siga siendo una monarquía absoluta no va a haber lugar para la mujer. Hay que democratizar la Iglesia Católica para que haya un lugar digno para las mujeres”, concluye.

El relato vaticano

El concepto de monarquía absoluta también es tomado por Adrián Vitali para describir la naturaleza y la circunstancia de la Iglesia Católica actual.

“Me parece que el problema de Francisco es similar al de la Presidenta (Cristina Fernández): ambos hablan como si contaran algo que le está pasando a otros y ellos no tuvieran nada que ver. El Papa es un monarca absoluto. A él no se le puede aplicar el código de derecho canónico (ley eclesiástica), entonces no se entiende un relato de aspiraciones que deberían ser órdenes. ¿Por qué no puso mujeres entre los ocho cardenales que nombró para codirigir la Iglesia? Dice que quiere una Iglesia pobre para los pobres, pero vive en Santa Marta. Habla de machismo institucional, pero lo representa. Él podría resolver todas esas cuestiones, como monarca absoluto que es”.

Respecto del sacerdocio femenino, Vitali afirma que Jesús jamás institucionalizó el sacerdocio. “El sacerdocio es una cuestión pagana. Hay una discusión pendiente sobre ese tema que se puede dar tranquilamente”, enfatiza.

“El progresismo en la Iglesia siempre es sobre temas sociales; nunca sobre temas morales ni doctrinales. Lo ves al Papa en Lampedusa, comiendo con los pobres, pero preguntale por los preservativos. Andá a las iglesias y fijate si cambió algo; todo sigue igual. La Iglesia es muy moralista y muy poco evangélica”.
Y finaliza con un toque de humor: “El catolicismo que la Iglesia ha construido es monotributista: los fieles van a la Iglesia por una sola razón: el bautismo o el casamiento, nada más”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Identifícate con tu e-mail para poder moderar los comentarios.
Eskerrik asko.