Cuando se anunció su nombramiento, un grupo de sacerdotes y de fieles de la diócesis manifestó públicamente su oposición. ¿Se puede ser obispo de alguien que lo rechaza?
No comparto la apreciación de que hay personas que no quisieran tenerme como obispo. Lo que ha ocurrido ha sido más bien que hay personas que hubiesen querido tener una participación en mi nombramiento como obispo. Uno de los servicios fundamentales del obispo es el de la comunión. El obispo está para coser grietas, para aunar esfuerzos, para buscar terrenos comunes, aunque luego haya distintas sensibilidades. Estas cosas que han sucedido me estimulan para fomentar la comunión. Lejos de ser un problema, las considero como una oportunidad que se me presenta para ejercer el ministerio de la comunión.
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Eskerrik asko.