Documento
de la Asoc. Mulleres Cristiás Galegas Exeria Navidad 2019
La Asociación Mulleres
Cristiás Galegas Exeria, con el apoyo de Asoc. Irimia, Asoc. Encrucillada,
colectivo Agar y la Comunidad Cristiana Torrero III de Zaragoza, Col·lectiu
de dones en l'Església per la paritat, Dones Creients, Mujeres y Teología de
Sevilla, Cabra e Zaragoza, Red Miriam de espiritualidad ignaciana femenina,
nos dirigimos a la Iglesia gallega, y especialmente a su
arzobispo y obispos, a raíz de las declaraciones de Francisco Rafael Gómez
Canoura, párroco de Zas, para
llamar su atención sobre lo que nos está preocupando en nuestra Iglesia
Gallega.
El objetivo de este
documento es censurar unas
palabras que atentan contra los Derechos Humanos, escritas por una persona concreta que se cree con derecho a
poderlas decir, pero también denunciar el contexto eclesial que lo permite y
no toma medidas enérgicas para erradicar este comportamiento. En nuestro
horizonte está la búsqueda de una
mejor Iglesia.
No entendemos la permisividad por parte de la autoridad
eclesiástica respecto de un cura que hace poco ha acabado su período de
formación en el seminario, un
cura que a día de hoy sigue celebrando y predicando en “sus” parroquias. Y la
entendemos aún menos cuando lo comparamos con la dureza
con la que se tratan otras declaraciones y
situaciones que no atentan contra los Derechos Humanos
como ésta, y en las que no se duda en cerrar la boca o condenar a personas y
asociaciones.con la que se tratan otras declaraciones y
Vemos una gran
distorsión respecto del tratamiento de las diferentes polémicas que se
suscitan en el seno de nuestra Iglesia y esto nos lleva a hacer la siguiente
reflexión que tiene como
objetivo denunciar las actitudes que más nos interpelan como mujeres, como
cristianas y como gallegas haciendo
propuestas constructivas que nos ayuden a avanzar.
Dios es Madre
Como mujeres,
estamos sintiendo en ciertos sectores de nuestra Iglesia un aumento de la
hostilidad hacia nosotras y la causa feminista, que no es otra que la igualdad
de todos los hijos e hijas de Dios. Llevamos mucho tiempo reflexionando sobre
esta cuestión, como bien ponen de manifiesto el documento Nós, as mulleres na
Igrexa, de noviembre de 2010 y A violencia de xénero violencia contra as
mulleres, de noviembre de 2012 y que pueden consultar en nuestra web www.exeria.org.
Constatamos con
tristeza el miedo y recelo que determinados sectores de la Iglesia nos siguen
teniendo a nosotras, las mujeres, sus hermanas, miedo y recelo que se
manifiesta en actitudes de rechazo cuando no de abierta misoginia. Creemos que
puede ser debido a que la formación de los futuros sacerdotes está demasiado
sesgada hacia lo masculino. Los curas deben conocer lo que pensamos las mujeres
para aprender a valorar nuestros aportes a la vida eclesial. Se nota mucha
falta de presencia femenina en la formación de los sacerdotes. En nuestra Iglesia contamos con mujeres bien preparadas,
algunas doctoras en teología, otras ampliamente formadas en acompañamiento
espiritual: mujeres que dirigen ejercicios espirituales e imparten clases de
teología que deberían estar formando a nuestros futuros sacerdotes. No se
puede apreciar lo que no se conoce.
Como cristianas, vemos
con preocupación cómo la Iglesia se está convirtiendo en la madriguera en la
que se esconden ciertos sectores de opinión en los que se mueven personas que
se niegan a tener entrañas de misericordia, que viven permanentemente en
contra de todo lo que de bueno y generoso va teniendo la sociedad en sus
cambios. La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, signo y sacramento de
salvación, huella de Dios en el mundo. En el nombre de Dios, que hizo el cielo
y la tierra, de su hijo Jesucristo, nacido de mujer, y del Espíritu que
alienta la Iglesia no nos podemos permitir ser la institución en la que se
refugien el odio, la intolerancia, la injusticia, la avaricia y el desamor.
Notamos también el
poco protagonismo que se les da a laicos y laicas, lo poco que se sigue
apostando por formar un Pueblo de Dios adulto en la fe. Estamos viendo cómo cada día
las personas laicas somos relegadas, infantilizadas o directamente excluidas de
la acción pastoral, una acción pastoral a la que se nos convoca para elaborar
documentos que luego son desactivados y olvidados en los cajones de los
despachos. Sucedió con el
Concilio Pastoral de Galicia y está pasando con las conclusiones de los
Sínodos en nuestras Iglesias locales. Sentimos que se nos convoca a
participar, pero realmente no se nos escucha.
Como gallegas,
sentimos el dolor de la tierra al ver la poca altura humana de ciertos sectores
de la jerarquía de nuestra Iglesia, el escaso aprecio que le tiene a la
cultura galega, cómo se resisten a utilizar el gallego y cómo incluso lo
desprecian. Notamos actitudes más próximas a la prepotencia que al sentido
eclesial y comunitario. Necesitamos
un clero sin miedo a dialogar con la comunidad eclesial y con la cultura
gallega, que sepa respetar las diferentes opciones de las personas, que sean
animadores de auténtica y honda eclesialidad.
Queremos pedir a toda
la Iglesia gallega y especialmente a sus pastores: curas, obispos y arzobispo
que renueven sus esfuerzos en la formación actualizada de los nuevos
sacerdotes, que los preparen para no tener miedo de nosotras, las mujeres, ni
del mundo plural en el que viven, para que sepan dar pasos seguros y decididos
por la eclesialidad, caminando hacia la formación de comunidades vivas y
adultas, responsables en su fe, sin miedo a las diferencias, acogedoras y
misericordiosas, en diálogo con la cultura gallega, que sean semilla del Reino
de Dios en nuestra tierra y en el mundo.
Es tiempo de Navidad.
Ojalá el niño que nace en Belén lo haga también en los corazones de todas
las personas. Ojalá
nuestros corazones de piedra se conviertan en entrañas de misericordia para
poder seguir avanzando en la eclesialidad, la justicia y la paz.
Asoc. Mulleres Cristiás
Galegas Exeria.
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