miércoles, 27 de noviembre de 2024

Documento final del Sínodo: nota adjunta

Nota adjunta al Documento Final de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos del Santo Padre Francisco

Fuente:    SettimanaNews

Por: Papa Francisco

26/11/2024


Foto: Associated Press/LaPresse

En los diversos momentos del camino del Sínodo que inicié en octubre de 2021, escuchamos lo que el Espíritu Santo está diciendo a las Iglesias en este tiempo.

El Documento Final de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos recoge los frutos de un camino marcado por la escucha del Pueblo de Dios y el discernimiento de los Pastores. Dejándose iluminar por el Espíritu Santo, toda la Iglesia ha sido llamada a leer su propia experiencia y a identificar los pasos a seguir para vivir la comunión, lograr la participación y promover la misión que Jesucristo le ha confiado. El camino sinodal, que comenzó en las Iglesias locales, luego pasó por las fases nacional y continental, para llegar a la celebración de la Asamblea del Sínodo de los Obispos en las dos sesiones de octubre de 2023 y octubre de 2024. Ahora el camino continúa en las Iglesias locales y sus grupos, atesorando el Documento Final que el pasado 26 de octubre fue votado y aprobado por la Asamblea en todas sus partes. Yo también lo aprobé y, al firmarlo, ordené su publicación, uniéndome al "nosotros" de la Asamblea que, a través del Documento final, se dirige al santo y fiel Pueblo de Dios.

Reconociendo el valor del camino sinodal realizado, entrego ahora a la Iglesia todas las indicaciones contenidas en el Documento final, como restitución de lo que ha madurado a lo largo de los años, a través de la escucha y el discernimiento, y como orientación autorizada para su vida y misión.

El Documento final participa del Magisterio ordinario del Sucesor de Pedro (cf. CE 18 § 1; CIC 892) y como tal pido que sea aceptada. Representa una forma de ejercer la auténtica enseñanza del Obispo de Roma que tiene algunos rasgos nuevos, pero que en realidad corresponde a lo que tuve la oportunidad de precisar el 17 de octubre de 2015, cuando afirmé que la sinodalidad es el marco interpretativo adecuado para comprender el ministerio jerárquico.

Al aprobar el Documento el pasado 26 de octubre, dije que "no es estrictamente normativo" y que "su aplicación necesitará diversas mediaciones". Esto no significa que no comprometa a las Iglesias a partir de ahora a tomar decisiones coherentes con lo que en ellas se indica. Las Iglesias locales y las agrupaciones de Iglesias están llamadas ahora a poner en práctica, en los diversos contextos, las indicaciones autorizadas contenidas en el Documento, a través de los procesos de discernimiento y decisión previstos por la ley y por el Documento mismo. También añadí que "se necesita tiempo para llegar a opciones que involucren a toda la Iglesia": esto es particularmente cierto para los temas confiados a los diez grupos de estudio, a los que se pueden añadir otros, en vista de las decisiones necesarias. La conclusión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos no pone fin al proceso sinodal.

Retomo aquí con convicción lo que indiqué al final del articulado camino sinodal que llevó a la promulgación de Amoris Laetitia (19 de marzo de 2016): "No todas las discusiones doctrinales, morales o pastorales deben resolverse con intervenciones del magisterio. Naturalmente, es necesaria una unidad de doctrina y de praxis en la Iglesia, pero esto no impide que existan modos diferentes de interpretar algunos aspectos de la doctrina o algunas de las consecuencias que de ella se derivan. Esto sucederá hasta que el Espíritu nos lleve a la verdad completa (cf. Jn 16, 13), es decir, cuando nos introducirá perfectamente en el misterio de Cristo y podremos verlo todo con su mirada. Además, en cada país o región se pueden buscar soluciones más inculturadas, atentas a las tradiciones y desafíos locales" (AL 3).

El Documento final contiene indicaciones que, a la luz de sus orientaciones fundamentales, pueden ser acogidas ya en las Iglesias locales y en las agrupaciones de Iglesias, teniendo en cuenta los diversos contextos, lo que ya se ha hecho y lo que queda por hacer para aprender y desarrollar cada vez mejor el estilo propio de la Iglesia sinodal misionera.

En muchos casos, se trata de aplicar efectivamente lo que ya está previsto en la legislación vigente, latina y oriental. En otros casos, se podrá proceder, a través del discernimiento sinodal y en el marco de las posibilidades indicadas en el Documento Final, a la activación creativa de nuevas formas de ministerio y acción misionera, experimentando y verificando experiencias. En el informe programado para la visita ad limina, cada obispo se cuidará de dar cuenta de las opciones que se han tomado en la Iglesia local que se le han confiado en relación con lo que se indica en el Documento final, de las dificultades que se han encontrado, de los frutos.

La tarea de acompañar la "fase de ejecución" del camino sinodal, sobre la base de las orientaciones ofrecidas por el Documento final, está confiada a la Secretaría General del Sínodo junto con los Dicasterios de la Curia Romana (cf. CE 19-21).

El camino sinodal de la Iglesia Católica, animado también por el deseo de continuar el camino hacia la unidad plena y visible de los cristianos, "necesita que las palabras compartidas vayan acompañadas de hechos" (Saludo final a la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, 26 de octubre de 2024). Que el Espíritu Santo, don del Resucitado, sostenga y guíe a toda la Iglesia en este camino. Que Él, que es la armonía, siga rejuveneciendo la Iglesia con la fuerza del Evangelio, la renueve y la conduzca a la unión perfecta con su Esposo (cf. LG 4). Porque el Espíritu y la esposa dicen al Señor Jesús: «Ven" (cf. Ap 22, 17).

24 de noviembre de 2024, solemnidad de N.S.G.C. Rey del Universo

 

 

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