viernes, 23 de febrero de 2024

“En el centro de las Iglesias locales”

Una importante y autorizada reflexión sobre el diaconado

Fuente:   Il Regno – Attualità

Por   Alphonse Borras

15/09/2020

 

En muchas diócesis, los diáconos son ordenados, pero sin haber aclarado las necesidades que deben ser satisfechas con su ministerio propiamente "diaconal". Es necesario evitar que el diaconado funcione como sustituto del sacerdocio. Es negativo para ambos ministerios. Lo confunde todo.

La instrucción (“La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia”. Congregación para el Clero, 20.07.2020) ni siquiera cita los dos nuevos cánones 1008 y 1009, § 3: esto le habría permitido distinguir entre el ministerio sacerdotal del obispo y de los presbíteros, en el caso de los párrocos, y el diaconado ministerial de los diáconos. Ponerlos en una posición de liderazgo, confiarles el cuidado pastoral de una parroquia, solo puede ser una excepción. La pregunta sigue siendo si los diáconos deben estar ante todo en la parroquia...

(…). Lo digo alto y claro: si se espera o se pide a los diáconos que dirijan las comunidades parroquiales, será apropiado ordenarlos sacerdotes. Sería teológicamente más coherente y pastoralmente más consistente en la preservación del significado de la presidencia sacerdotal y eucarística.

En otras palabras, sería teológicamente incorrecto y pastoralmente arriesgado "colocar" a los diáconos en el cuidado pastoral, especialmente en la gestión de las comunidades. Lo que está en juego es la permanencia del reciente restablecimiento del diaconado permanente. No hay que olvidar que, si había desaparecido durante muchos siglos, era en parte porque se había convertido en lo que no debía ser, una simple forma de asistencia para adorar junto al sacerdote, cuyo sacerdocio era superior.

La Instrucción citada más arriba podría haber evocado el peligro de derivas que representarían el funeral de este ministerio o que lo transformarían en nada más que en un ministerio ordenado residual. Una vez jubilados desde el punto de vista laboral, los diáconos no pueden volver sistemáticamente a la parroquia. Al mismo tiempo, hay que señalar lo contrario: de hecho, hay diáconos que se convierten en criptopresbíteros. ¿No debería una visión (teo)lógica de este fenómeno llevarnos a ordenarlos al sacerdocio?

 

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