sábado, 9 de abril de 2022

La Asamblea Ibilian, tras el encuentro con Elizalde: "Un pastor que se alegra, refuerza y promueve posturas beligerantes de desencuentro"

Fuente:   Religión Digital

09/04/2022

Asamblea IBILIAN

 


María Jesús Olarte y José María Aguirre Cadena Ser

Después de nuestros tres escritos dirigidos al Obispo de Vitoria y que fueron publicados por Religión Digital, el 29 de Marzo fuimos citados por él para dialogar sobre la situación de la diócesis en el Obispado.  En dicha reunión estuvieron presentes por parte del Obispado el Obispo, Juan Carlos Elizalde, el Vicario General Carlos García Llata, José Antonio Vega por parte del Seminario Redemptoris Mater y el responsable de prensa del Obispado, José Antonio Rosado. Por parte de la Asamblea IBILIAN, que ha recogido más de 700 firmas apoyando la Reflexión “Ante la situación de la Diócesis de Vitoria”, asistieron cuatro representantes. Tras sopesar y analizar la reunión mantenida, quisiéramos realizar la siguiente reflexión pública. 

La reunión comenzó con una sincera descripción de los aspectos que, como personas cristianas de la Diócesis de Vitoria-Gasteiz, nos preocupaban en relación a las actuaciones ejercidas por parte del Sr. Obispo durante los últimos seis años. Comenzamos señalando unas palabras suyas al llegar: “esta diócesis es un erial”, “es un barbecho” y el malestar que produjo en amplios sectores de la iglesia diocesana. El obispo cortó la intervención respondiendo que nunca había dicho eso.

Seguidamente se le enumeraron las actuaciones que criticamos en nuestra primera Reflexión y repetimos en la segunda y las propuestas que adjuntábamos. Le dijimos que en la respuesta del Obispado de Vitoria a Religión Digital no se respondía a ninguna de las acciones que criticábamos y, por el contrario, se afirmaba gratuitamente que éramos anacrónicos, unilaterales, ideologizados, secularistas sin venir a cuento y sin argumentación.    

Él pidió que concretáramos nuestras críticas. Le mostramos varios ejemplos donde consideramos que el autoritarismo se ha ido haciendo presente, por lo que fuimos intercambiando diferentes posturas e interpretaciones por cada uno de ellos. En este aspecto creemos que el Sr. Obispo no revisó con honradez los acontecimientos que se fueron detallando y lamentamos que no existiera, tanto en el fondo como en las formas, una necesaria autocritica.

En muchas ocasiones estos acontecimientos han venido acompañados de un profundo dolor por parte de las personas que han tenido que vivirlos. Deshumanizar los conflictos y perder la capacidad de empatizar con quienes tienes enfrente, no hace grande a los líderes; los liderazgos se ganan con el respeto que producen las acciones justas y correctas.

Otros temas que se pusieron sobre la mesa se refieren a la apuesta clara que ha tomado la Diócesis por los movimientos y carismas más conservadores; ejemplo de ello es la apertura del Seminario Redemptoris Mater ligado a los movimientos neocatecumenales y que el Sr. Obispo autorizó de manera personal sin someter a consulta o debate, según palabras suyas: ‘por miedo a una posible negativa por parte de los diferentes Consejos Diocesanos’.

Si la consulta, el debate, la reflexión comunitaria y el consenso sólo le son válidos al Obispo cuando le son favorables, creemos que se tergiversa fuertemente el sentido de las herramientas de participación y se anula también la representatividad de los órganos diocesanos. En nuestra Diócesis, al igual que en cualquier otro ámbito de nuestra vida, hay valores —como el democrático, entre otros— a los que no renunciamos ni podemos renunciar.

En consecuencia, estamos en desacuerdo con las decisiones de carácter unilateral, pues nuestra apuesta sinodal es real y con convicción.  Como bien le planteamos en la primera Reflexión, estas líneas de acción diocesana están alejadas,  y se  distancian cada día más, de la sociedad en la que vivimos. En la reunión le comentamos cómo vamos viendo que no son alternativas atractivas, ni dan respuesta espiritual a los nuevos modelos de familia o a la compleja realidad de la juventud. De seguir así, consideramos que cada día estaremos más alejados de la sociedad, en contraposición a lo que el propio Papa Francisco nos pide.

El mayor y más profundo debate se produjo tras la argumentación empleada por el Vicario General. Él planteaba que en nuestra diócesis se había primado el aspecto social y comprometido de la fe con el resultado subsiguiente de una pérdida importante del sentido de la fe como experiencia espiritual nuclear y fundamental en la vida de los cristianos. Los creyentes se habían pasado al campo social del compromiso y habían dejado de lado su identidad cristiana.

Nosotros le contestamos que eso no era verdad, que eso figuraba en su discurso y en su mente, pero de ninguna manera se podía enjuiciar así la situación de la Iglesia diocesana. Que algunas personas hayan seguido ese camino, no quiere decir que los creyentes de la diócesis hayamos perdido nuestra experiencia cristiana y nuestra identidad. Esta es la gran argumentación falsa para proseguir la lógica autoritaria y conservadora.  

La impresión general que vivimos en esta reunión es la de estar guiados por un pastor que, habiendo optado de modo casi exclusivo por su particular espiritualidad, sofoca otras espiritualidades avaladas desde el Concilio Vaticano II, impidiendo, por lo tanto, caminos plurales de fraternidad que aúnen todos los carismas que enriquecen la vida de nuestras comunidades.

Un pastor que se alegra, refuerza y promueve posturas beligerantes de desencuentro, como las ocasionadas por los escritos favorables a su persona que salieron a la luz pública días atrás, habla más de sí mismo que cualesquiera de sus cartas pastorales. Preguntado por nosotros por esas cartas en las que se habla de un pasado de dictadura y falta de libertad en la diócesis y la llegada por fin de la libertad y del pluralismo de su mano, respondió tranquilamente que es el pluralismo eclesial que se amplía en la diócesis.  Ninguna crítica a ese grupo que insulta y malinterpreta: es el suyo. El Vicario General al menos señaló que los dos grupos deberían hacer autocrítica. Este posicionamiento excluyente nos entristece profundamente, ya que está dividendo NUESTRA también querida Diócesis de Vitoria. 

Firmado en nombre de la Asamblea IBILIAN con el refrendo de 700 firmas: María Jesús Olarte, José María Aguirre, Amelia Sánchez, Ricardo Arrieta.

 

 

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