lunes, 2 de agosto de 2021

El obispo gay y los ciberperiodistas inquisidores

Jeffrey Burrill, un obispo católico atrapado por la geolocalización de datos: polémica en USA por el boletín The Pillar y cómo obtuvo sus datos.

 

Fuente:   Urgente24

30 de julio de 2021 - 18:59

 


El obispo Jeffrey Burrill en las noticias. Él renunció como secretario general de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) en medio de "inminentes informes de los medios de comunicación que alegan un posible comportamiento inadecuado".

Antes, en enero 2021, Ed Condon y JD Flynn dejaron sus trabajos en una agencia de noticias católica de larga data e iniciaron un boletín: “Nuestro objetivo es hacer un periodismo serio, responsable y sobrio sobre la Iglesia, desde la Iglesia y para la Iglesia... Queremos que The Pillar sea un tipo de periodismo diferente”.

6 meses después, The Pillar anunció que había obtenido datos disponibles comercialmente que incluían el historial de ubicaciones de la aplicación de conexión Grindr, y los usó para rastrear a un sacerdote de alto rango desde sus oficinas y la residencia familiar hasta los clubes nocturnos para gays.

Condon y Flynn, 2 abogados canónicos de 38 años, están en el centro tanto de una historia de ética de vigilancia global como de una batalla con sus compañeros católicos, alguno de los cuales describió su comportamiento como "una caza de brujas dirigida a sacerdotes católicos homosexuales".

 

El debate

Burrill era el administrador principal de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos pero no resistió al vendaval provocado por The Pillar (en español El Pilar), que expuso los datos de teléfonos celulares que indicaban su recorrido noctámbulo.

La controversia ya estaba instalada en la Iglesia Católica Apostólica Romana en los Estados Unidos cuando en junio, los obispos votaron en la USCCB redactar un documento que, según algunos, pretendía negar la Eucaristía —el rito central de la fe—, al presidente Joe Biden, el 2do. mandatatorio católico de USA, luego de John F. Kennedy y con quien simpatiza el papa Francisco.

 

Privacidad vulnerada

Mike Lewis, fundador del sitio de noticias católico Where Peter Is (Dónde está Pedro), dijo que se sentía dividido por la publicación del Pillar sobre parte de Burrill:

·         Por un lado, la violación de las promesas de ética, moral y credo del sacerdote, que lo obligaba a renunciar

·         Por otra parte, el espionaje y la violación de la intimidad de una persona.

"En lugar de sacar a la luz la verdad, se ha arruinado la vida de un hombre", afirmó Lewis, cuyo sitio web intenta defender a Francisco de los críticos conservadores.

 

Kathryn Jean Lopez, comentarista católica y escritora del conservador National Review, dijo que le dolían tanto las pruebas contra Burrill como los métodos de vigilancia descritos.

Luego ella agregó:

Estamos en una crisis provocada por la revolución sexual. Pero ¿hacer que este hombre pague por el desastre que somos? Parece cruel. Odio los moldes de piedra, particularmente de esta manera.

 

Kim Daniels, exfuncionaria de la USCCB y asesora del Vaticano, tuiteó que la falta de transparencia del boletín The Pillar sobre los datos y su procedencia no ayudó a la Iglesia Católica.

Sin embargo Janet Smith, teóloga moral, en la revista conservadora Crisis comparó el derecho de los católicos a saber sobre Burrill con el derecho de un cónyuge a saber sobre la infidelidad de su pareja.

Smith calificó la vigilancia y recopilación de datos de The Pillar como “una forma necesaria de responsabilidad o 'diligencia debida'. ¿Es el abuso de fondos un delito más grave que el abuso de personas?"

 

Grindr

The Pillar emitió un comunicado diciendo que "obtuvo y autenticó un conjunto de datos" y que, luego, buscó identificar conexiones con la Iglesia Católica.

Su historia original afirmaba un posible conflicto entre el trabajo de Burrill en cuestiones de protección infantil y su presunto uso de la aplicación Grindr, un argumento que provocó un fuerte rechazo de los defensores LGBTQ.

 

Los editores de The Pillar dijeron que no tenían la intención de insinuar que Burrill había abusado sexualmente de menores a través de Grindr.

Pero agregaron:

Las fuerzas policiales, los defensores de la protección infantil y los académicos han advertido repetidamente que las aplicaciones basadas en la geolocalización presentan riesgos de explotación y abuso de menores tanto intencionales como no intencionales.

The Pillar no ha explicado cómo accedió a los datos de ubicación de Burrill, excepto para decir que "fue obtenido de un proveedor de datos y autenticado por una firma consultora de datos independiente contratada por The Pillar".

El sitio de noticias no identificó al proveedor ni dijo si pagó por la información.

Grindr, que fue multado con US$ 11,7 millones en enero por el gobierno de Noruega por compartir detalles sobre sus usuarios con empresas de publicidad, negó que fuera posible que tales datos se hicieran públicos, "inviable desde un punto de vista técnico, increíblemente improbable que ocurra".

Pero los expertos en privacidad de datos dicen que es completamente plausible comprar datos de ubicación anónimos de intermediarios de datos de terceros y usar información adicional como la dirección de la casa y el trabajo de una persona.

"Estos datos que se recopilan hoy podrían usarse en nuestra contra de formas que ni siquiera podemos imaginar", dijo Patrick Jackson, director de Tecnología de la empresa de protección de la privacidad Disconnect.

Las aplicaciones comparten datos con regularidad, incluidos los historiales de ubicación y la información demográfica, con corredores de datos y empresas de marketing, afirmando que no están vinculados a la identidad de alguna persona identificada. Hasta ahora no había sucedido un ejemplo público de que alguien utilizara los datos del teléfono celular de un individuo de esta manera.

"Si hay un lado positivo aquí, es que esto es exactamente sobre lo que hemos estado advirtiendo y muestra lo fácil que es hacer esto", dijo Bennett Cyphers, investigador de la Electronic Frontier Foundation.

 

2021

El informe sobre el caso Burill provocó interés y The Washington Post insistió con el tema, ahora con un informe de Michelle Boorstein, Marisa Iati y Elahe Izadi:

·         De un lado, la liberalización de las costumbres sexuales para los problemas de la sociedad y los sacerdotes homosexuales.

·         Del otro, la disponibilidad de datos digitales personales y el uso de teléfonos inteligentes para la vigilancia de las personas.

La historia de Flynn y Condon también desnuda los cambios: las instituciones y jerarquías ahora tienen que lidiar con emprendedores que toman el asunto en sus propias manos, ellos representan un nuevo poder y exigen que su iglesia sea purgada de líderes que consideran permisivos en temas como el aborto, las normas de género y el sexo fuera de matrimonio heterosexual.

“No hay nada que recomiende nombrar y avergonzar en forma indiscriminada a las personas por sus fallas morales solo porque se puede hacer. Eso no es ético. Y eso no es algo que creo que hayamos hecho”, dijo Condon en un podcast.

“Las personas tienen derecho a fracasos morales, al arrepentimiento y la reconciliación y a una legítima buena reputación. Hay una diferencia entre eso y el comportamiento inmoral en serie y constante por parte de una figura pública encargada de abordar la moral pública, ¿no es así?", preguntó Flynn.

También compararon su artículo con uno realizado por la sección Opinión del The New York Times, que exploró los peligros de la filtración de datos de teléfonos inteligentes y utilizó dichos datos para identificar a una persona que estaba cerca del Capitolio, en Washington DC el 06/01/2021.

Uno de los redactores del artículo del Times dijo que el objetivo del informe era exponer la vulnerabilidad de tales datos y que no nombraron a nadie sin su consentimiento.

“Este era el escenario de pesadilla del que estábamos hablando hasta cierto punto”, dijo Charlie Warzel, quien desde entonces dejó el Times y ahora publica en Substack, la misma plataforma de boletines en línea que usa The Pillar. "A pesar de que no creo que haya similitudes éticas con lo que hicimos y obviamente me hace sentir terrible que nuestro trabajo se utilice como justificación de esto".

 

Los editores

En 2018, un informante anónimo ofreció una primicia a Alejandro Bermúdez, editor ejecutivo de Catholic News Agency (CNA), con sede en Colorado, propiedad de EWTN, una empresa de medios católica sin fines de lucro.

El vendedor de datos, explicó Bermúdez, acordó reunirse en una cafetería de Denver, y dijo tener un tesoro de información que mostraba a sacerdotes usando aplicaciones de citas. La persona tenía experiencia en tecnología, pero estaba interesado en "reformar" la iglesia y quería exponer la doble vida de los sacerdotes pero sólo desde editores católicos, le dijo a The Post.

Bermúdez dijo que no recuerda el nombre del informante, pero que tuvo sobre la credibilidad de los datos y su valor como noticia.

Flynn y Condon trabajaban en CNA cuando Bermúdez recibió ese dato. Bermúdez desconoce si los datos de la historia de The Pillar son los que le presentaron aquella vez pero dijo que hay paralelismos.

Bermúdez dijo que la CNA recibe cada año informes de personas que alegan que pueden revelar los secretos de sacerdotes. Pero dijo que él no habría publicado la historia sobre Burrill.

"Si decimos, 'Escuche, eso fue completamente legítimo, eso fue completamente moral', entonces cualquier tipo de rastreo por parte de cualquier autoridad en la Iglesia Católica es un juego limpio", advirtió.

 

La investigación del Post

Las periodistas del Post intentaron presentar a ambos editores como exponentes de un catolicismo conservador, similar al de la Conferencia de Obispos que intenta negar la eucaristía al presidente Biden.

Según ellas, Flynn creció en una familia protestante en Nueva Jersey y se convirtió al catolicismo. Luego trabajó para la Arquidiócesis de Denver de 2007 a 2013 junto al arzobispo conservador Charles Chaput. También fue portavoz de la diócesis fundamentalista de Lincoln, Nebraska. Es abogado canónico, experto en leyes eclesiásticas.

Condon, sobrino del presidente de la Universidad Católica, John Garvey, trabajó en la política británica durante años antes de servir como abogado canónico en las diócesis estadounidenses.

En la CNA, ambos se destacaron como periodistas "de derecha", según el Post, que apuntaban directamente a las jerarquías (flexibles o liberales).

Flynn fue entrevistado para un proyecto de maestría de 2018 en la Universidad de Missouri sobre ética en el periodismo católico, donde afirmó que todos los periodistas tienen un “conjunto de supuestos rectores... El concepto de periodismo objetivo es un mito”.

Flynn y Condon renunciaron a la CNA a fines de 2020, reflejando una narrativa mediática más amplia en la que los periodistas dejan las compañías de medios establecidas para actuar por su cuenta. La plataforma de publicación les permite libertad editorial a cambio de asumir riesgo empresarial: los escritores cobran por la suscripción a los boletines, y Substack se queda con un 10%. Algunos escritores obtienen un adelanto.

Ahora The Pillar es el 3er. producto de mayor recaudación en la categoría "Fe" de Substack, y tiene miles de suscriptores.

“Las tendencias en los medios católicos no son tan diferentes de las de los medios seculares”, dijo el reverendo Matt Malone, editor en Jefe de América, la revista jesuita.

Hay sitios de izquierda que se enfocan en los aspectos de justicia social de las enseñanzas de la iglesia, los derechos y las necesidades de los pobres y los inmigrantes, mientras que otros se enfocan en las enseñanzas sobre el aborto y la orientación sexual.

 

Periodismo y ética

Condon y Flynn dijeron que una fuente se les acercó hace unos meses con un amplio conjunto de datos que supuestamente les permitía vincular el uso de la aplicación de citas con los teléfonos de los sacerdotes.

Flynn y Condon dijeron que verificaron la legitimidad de los datos, pero no dijeron cómo ni con quién. Dijeron que los datos se habían comprado legalmente, pero no dijeron si pagaron por ellos.

Argumentaron que Burrill era un objetivo legítimo porque era un personaje parecido a un CEO en la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.

 

Michael Brendan Dougherty, un escritor senior de National Review, dijo que estaba impresionado para bien por los informes de The Pillar sobre las finanzas del Vaticano.

“(La iglesia) no necesita más intérpretes voluntarios de las 'verdaderas intenciones' del Papa o lo que sea que especulan otros medios. Necesita periodismo sobre corrupción, gestión y políticas”, dijo Dougherty.

Pero los observadores de la ética de los medios se encuentran nerviosos por las tácticas de Flynn y Condon.

"Me preocupa mucho la posibilidad de que los periodistas publiquen básicamente todo lo que puedan tener en sus manos", dijo Edward Wasserman, profesor de Ética de los Medios y decano emérito de la Facultad de Periodismo de la Universidad de California en Berkeley.

Michael O'Loughlin, corresponsal nacional de la revista jesuita America, lo llamó en Twitter "una caza de brujas dirigida a sacerdotes católicos homosexuales".

Richard Antall, pastor de Cleveland y autor, escribió en una revista digital católica que la historia de Pillar adoptó un "enfoque inquisitorial".

Flynn lamentó el debate público sobre su trabajo reciente:

Odio ser el centro de atención de esta manera.

 

 

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