lunes, 7 de noviembre de 2016

El factor humano



SULLY

Dirección: Clint Eastwood.  País: USA. Año: 2016. Duración: 96 min. 

Género: Drama. 

Reparto: Tom Hanks (Chesley ‘Sully’ Sullenberger), Aaron Eckhart, Laura Linney. 

Guión: Todd Komarnicki; 

basado en el libro “Highest Duty”, 

de Chesley ‘Sully’ Sullenberger y Jeffrey Zaslow.



     El 15 de enero de 2009 el Airbus A320 que pilotaba el Capitán Chesley Sullenberger (alias 'Sully'), tuvo que “aterrizar” forzosamente tras el fallo de sus dos motores sobre las gélidas aguas del río Hudson, salvando la vida de las 155 personas que iban a bordo. En Estados Unidos, que había vivido ocho años antes la tragedia de los aviones suicidas del 11 de Septiembre, pronto se empezó a hablar del “milagro del Hudson” y del capitán del avión como autor de esa hazaña.

     El último film de Clint Eastwood recrea este “milagro” centrándose de un modo excepcional en su gran protagonista, Sully. La gente habla de él como de un salvador y un héroe pero la Junta Nacional de Seguridad y Transporte inicia una investigación exhaustiva y asfixiante en la que pretenden demostrar que cualquier otra solución hubiera sido mejor. Intereses políticos y económicos aparecen de pronto amenazando la integridad moral del héroe.


     El autor del “milagro” vive una situación interna desasosegante, al agradecimiento de la gente sencilla se opone la desconfianza de los tecnócratas de su profesión. Sully experimenta la fragilidad de sentirse en una cuerda floja que puede hacer de él un héroe o un villano.

     La cámara de Eastwood hace una disección doble: por una parte los pormenores del accidente, por otra la zozobra moral de un hombre que reflexiona una y otra vez sobre la conveniencia o inconveniencia de una decisión tomada.

     La película funciona como una máquina de relojería. En el montaje los tiempos, milimétricamente cuidados, van siendo repartidos entre la narración del accidente y la cuidadosa investigación. Los magníficos efectos especiales y los momentos de reflexión de los personajes se alternan perfectamente. El maestro Eastwood domina la narración de un modo excepcional; cada plano, cada secuencia, cada encuadre está en su sitio. Uno tiene la sensación de que al film no le sobra ni le falta nada.

     Para encarnar al protagonista de la historia el director ha escogido a Tom Hanks. Muchos le han llamado el nuevo James Stewart. Encarna al hombre moral, al ser humano auténtico y sincero, a la persona sencilla que hace prevalecer la humanidad aun en situaciones terribles. Nuestro protagonista es cordial, saluda al personal del aeropuerto por su nombre, sólo pide que le limpien el traje cuando llega al Hotel después de su gesta, paga su consumición en el bar a pesar de que quieren invitar al héroe, es el último en abandonar el avión y su gran preocupación es saber si se han salvado las 155 personas que había a bordo. La interpretación de Hanks es sencillamente excepcional porque retrata impecablemente la hondura humana del capitán. No es éste un héroe épico y aventurero sino un hombre sencillo, normal, trabajador y bueno.


     Una y otra vez Sully reivindica el factor humano como elemento imprescindible para la validez de la investigación. Ante un hecho de tal trascendencia hay que entender la humanidad de los pilotos. De nada valen los simuladores de vuelo si se prescinde del factor humano. Sólo cuando esto sea tenido en cuenta, la investigación llegará a la verdad.

     La conclusión es muy clara: todos podemos ser héroes, todos podemos dar lo mejor de nosotros mismos para salvar vidas. Cuando las personas se unen para hacer el bien son capaces de hacer milagros. El capitán Sully reivindica la heroicidad de su compañero de cabina, de toda la tripulación, de los pilotos de barcos que acudieron en ayuda, de los policías, los bomberos, los médicos… Cuando todos juntos damos lo mejor de nosotros mismos para hacer el bien somos capaces de hacer milagros. Esa es la grandeza del factor humano.

     Película moral, humana, bien construida… un canto a la generosidad, a la ética, a la familia y la amistad. Una invitación a ser buenos y a descubrir el bien del que somos capaces.

     Con casi 87 años Eastwood está en plena forma. Este anciano cineasta ha venido a recordarnos nuestra condición humana contándonos el “milagro del Hudson” con una película que es también otro milagro.

JOSAN MONTULL





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