jueves, 2 de enero de 2014

Se acelera la reordenación pastoral en Castilla-León

Emilio Vicente, cura de Ledesma


Por el descenso demográfico y las jubilaciones sacerdotales

Más de 500 municipios de seis de las nueve provincias de la Comunidad no cuentan con misa dominical


Las once diócesis de la Comunidad de Castilla-León llevan años evitando a través de una reordenación pastoral que exista una desatención a los feligreses, debido a las progresivas jubilaciones sacerdotales y a la despoblación del mundo rural.
El reagrupamiento parroquial y la asunción por parte de los curas de más parroquias cuando algún
compañero se jubila provocan que en seis de las nueve provincias -salvo Zamora, Valladolid y Palencia- haya más de 500 municipios donde los vecinos acuden ocasionalmente a oír misa a localidades cercanas. Ante la falta de eucaristía, han surgido también las denominadas ‘celebraciones dominicales en ausencia de presbítero', que dirigen religiosas, seglares o seminaristas.

En estos momentos, la Diócesis de Ávila estudia una nueva reordenación que prevé reducir de 60 a unas 40 las unidades parroquiales. Si ahora cada una de ellas agrupa a una media de seis o siete pueblos, la cifrará subirá hasta los diez o incluso los quince. Según explicó el vicario de Pastoral, José María García Somoza, entre los arciprestazgos más afectados figuran El Barco de Ávila, Piedrahíta y algunos de La Moraña, como Fontiveros.

En la provincia de Salamanca, el proceso de reordenación arrancó hace cuatro años y aún no ha terminado. La unificación de parroquias ha hecho que se pase de las 405 (375 en el mundo rural y 35 en la ciudad) a 53 unidades, 32 distribuidas en la provincia y 21 en la capital. Las hay que abarcan diez núcleos de población, aunque ni siquiera se llega a 1.000 habitantes. Actualmente hay unos 200 pueblos donde los vecinos tienen que desplazarse a otros municipios cercarnos a escuchar misa y están en activo 121 sacerdotes rurales.

En León, la Diócesis puso en marcha en octubre de 2004 el nuevo modelo, que agrupa a varias parroquias con un Consejo de Pastoral que promueve la participación activa de los laicos. Trabajan 178 sacerdotes, 88 en la ciudad y 90 en el ámbito rural. En los pueblos hay 18 curas que tienen encomendadas diez o más parroquias y en 140 de ellas los vecinos se tienen que desplazar a pueblos cercanos. Además, en otras 90 parroquias la atención pastoral la realiza un grupo de 30 personas entre religiosos, seglares y seminaristas que dirigen las celebraciones dominicales

Otra de las provincias que recurre a los laicos es Soria. Dada la escasez y elevada edad de los curas, se ha formado a 60 personas que se reparten en grupos de dos o tres en una veintena de poblaciones donde no se puede oficiar una eucaristía y solo se hace puntualmente.

En la provincia de Palencia cada vez se registran más dificultades para poder llegar a todas las parroquias. Sólo de forma puntual algunos feligreses han tenido que desplazarse de una parroquia a otra para poder asistir a la celebración de la misa, pero es una fórmula que podría implantarse en el futuro. En total hay 218 sacerdotes, de los que 145 están en activo y 73 jubilados. De todos ellos, no llega al centenar con parroquia en el medio rural y se reparten más de 450 feligresías.

Para la atención pastoral en los núcleos rurales la Diócesis de Segovia cuenta con 330 parroquias y, de ellas, sólo 30 tienen más de 1.000 habitantes. En total hay 90 sacerdotes para la atención pastoral, de los que 70 están en los pueblos y 20 en la capital. La atención dominical se organiza, por una parte, distribuyendo la presencia del sacerdote entre sábados tarde y domingos y, por otra, llevando a cabo celebraciones de la palabra dirigidas por religiosas o laicos.

En el caso de la Diócesis de Burgos, como ejemplo, los vecinos de los municipios de comarca de Basconcillos del Tozo se desplazan cada domingo hasta el santuario de la Virgen de la Vega para poder oír misa. Los 250 sacerdotes rurales censados no pueden llegar a todos los municipios de una extensa provincia. La ausencia de habitantes, ya que algunas poblaciones perviven con apenas tres en los meses de invierno, provocó la creación de una agrupación de fieles que el sacerdote de Basconcillos, José Valdivia, define como «comunidad de comunidades».

En la diócesis de Zamora, la parte más laboriosa del proceso de reordenación pastoral quedó hecha con el anterior obispo, Casimiro López Llorente, que lo dejó perfilado tras un arduo trabajo de sensibilización. Se pasó de diez a siete arciprestazgos. Al aglutinar los esfuerzos, todavía no se ha dado el caso de que los vecinos de un pueblo vayan a misa al pueblo de al lado, respondiendo al concepto de ‘centro eucarístico' ni se prevé que ocurra «ni a corto ni a medio plazo».

La reordenación pastoral en la provincia de Valladolid es mínima y el Arzobispado califica la actual situación de «no tan grave» como en otros puntos de la Comunidad.

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