Dada la creciente cultura atea en España, llena de ateísmo cientifista, este libro es muy relevante a nivel social y religioso
DIALOGOS SOBRE “DIOS” .
Crítica racional y convicción de fe, atea y creyente
Javier Madrazo Lavín, Jesús Martínez Gordo, Alejandro Sota Aira, Manuel J. Tello, PPC, Madrid, 2024, 208 pp.
Rafael Diaz Salazar
Vida Nueva, nº 3379, p. 42
20.IX.2024
El porcentaje de personas que se declaran ateas crece en España, especialmente entre los jóvenes, según diversas encuestas. La irreligión avanza con fuerza en nuestro país. No es una cuestión que solo afecte a intelectuales. Estamos ante una importante tendencia cultural en nuestra población.
Nos encontramos ante una novedad sociológica de gran magnitud: la existencia de nativos irreligiosos que han nacido en familias ateas. Evitar asumir esta realidad desde el emotivismo y el neodevocionalismo católicos es propio de una Iglesia que da la espalda a la realidad y solo es capaz de vivir dentro de acuarios parroquiales. Ante este panorama, hay que agradecer esta publicación y leerla.
En ella escriben un científico que es catedrático de Física (Manuel J. Tello), un ingeniero industrial con gran conocimiento y capacidad de divulgación del ateísmo cientifista (Alejandro Sota), un militante cristiano ex dirigente de IU en el País Vasco que conoce directamente el impacto de la cultura atea entre personas de base con compromiso político (Javier Madrazo) y un teólogo especializado en el diálogo con diversos ateísmos (Jesús Martínez Gordo). Este último había publicado en la misma editorial Ateos y creyentes (2019), libro que enlaza con el que ahora reseñamos.
El capítulo de Alejando Sota (“Qué dice un ateo cientifista cuando dice ‘Dios’”) expone las razones de este tipo de ateísmo para negar la realidad de Dios. La base fundamental de su posición es la defensa del verificacionismo; es decir, solo existe lo que puede ser “probado” por el método científico-matemático: “Dios no puede ser perceptible de ninguna manera” (p. 52). Este Ente es la proyección de una ilusión: “Dios es una construcción de la mente humana” (p. 54). Además, Sota hace una fuerte crítica del planteamiento de Martínez Gordo, que fundamenta la realidad de Dios desde diversas ciencias.
Recomiendo a quienes lean este libro que, a continuación, se adentren en el capítulo de Manuel J. Tello: “La ciencia, los científicos y la transcendencia”. Es la mejor forma para saber que el ateísmo cientifista es solo una de las tendencias dentro del pluralismo existente en las relaciones entre ciencia y religión. El autor hace referencia a las dos grandes encuestas sobre la religiosidad de los científicos realizadas por la revista Science a comienzos de los siglos XX y XXI. Los resultados son similares por lo que respecta a los que se declaran ateos: el 12% de ellos. El resto tiene identidades diversas, que van del agnosticismo a diversas formas de religiosidad. Estos datos desmontan las tesis de “que todos los científicos son ateos” y “la ciencia declara que Dios no existe”. El autor expone las diversas formas de religiosidad de grandes científicos, especialmente Albert Einstein, Max Planck y Francis Collins, director del Proyecto Internacional sobre el Genoma Humano.
Sugiero leer a continuación el último capítulo: “Un creyente en un medio hostil o indiferente a la explicación deísta y teísta”. En él aparece la percepción de Javier Madrazo sobre esta temática a partir de su relación con personas que no son ni intelectuales, ni científicos, pero están imbuidas de la cultura atea cientifista. Incluso, podría empezarse la lectura del libro por aquí, dado el interés de la opinión y reflexiones de Madrazo
Deísmo racional
Dejaría para el final el capítulo central: “¿Por qué sigo siendo deísta y teísta ‘jesu-cristiano’?”. Martínez Gordo apoya sus razonamientos en la obra de tres autores relevantes en la ciencia, la filosofía y la historia literaria que han transitado de la fundamentación del ateísmo a la conversión religiosa: Anthony Flew, Francis Collins y Clive S. Lewis. También sustenta la racionalidad de la existencia de Dios en los descubrimientos de la astrofísica, la protobiología y la antropología cultural. Llega al punto de afirmar que estos hacen posible la transparencia de Dios. Es más, considera que el deísmo tiene mayor consistencia racional (p. 85) que el ateísmo cientifista defendido por Sota y sus inspiradores (R. Dawkins y S. Hawking).
Personalmente, apoyo y critico diversas posiciones de Sota y de Martínez Gordo que no puedo exponer aquí. Por un lado, el centro del problema es la noción de veracidad. Por otro, la transparencia de Dios a partir de las ciencias. Habría que tener en cuenta que la fe cristiana no es una creencia, sino una experiencia.
Guste o disguste, la creciente cultura atea de la ciudadanía española está llena de ateísmo cientifista. Por eso, este libro es tan relevante a nivel social y religioso.
RAFAEL DÍAZ-SALAZAR
Lo leí en su momento y aprendí mucho.
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