miércoles, 30 de septiembre de 2020

Ponen a prueba de una revisión europea la reforma financiera del papa Francisco

NOTA:    En el equipo de mantenimiento del BLOG hemos llegado a entender que, en las circunstancias que nos envuelven (el CONFINAMIENTO POR «COVID-19») bien podríamos prestar el servicio de abrir el BLOG a iniciativas que puedan redundar en aliento para quienes se sientan en soledad, incomunicadas o necesitadas de expresarse.
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Fuente:  Ellitoral.com.ar

29/09/2020

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     El Vaticano recibirá desde mañana, y hasta el 13 de octubre, a una delegación de Moneyval, el organismo europeo que controla la lucha contra el lavado de dinero, para obtener el aval continental a la reforma económica impulsada por el papa Francisco para llevar transparencia a las cuentas de la Santa Sede.


     La inspección de Moneyval es la segunda tras una primera visita hecha a fines de 2012, meses antes de la entronización, en 2013, de Francisco, quien desde entonces vigorizó el ente encargado de monitorear las cuentas vaticanas, la Autoridad de Información Financiera (AIF), y la creó una nueva secretaría de Economía que centralice el control de las arcas.

     En 2017, apuntaron fuentes vaticanas a Télam, durante un monitoreo a distancia, Moneyval consideró en su informe anual presentado en Estrasburgo que si bien la Santa Sede había avanzado en la lucha contra el lavado, aún faltaba "músculo judicial" para judicializar los señalamientos de movimientos sospechosos.

     Al año siguiente, se dio la primera condena por el delito de lavado de dinero dentro del Vaticano, al tiempo que el denominado "Banco Vaticano", o IOR, adhirió al sistema SEPA, que le permite contar con el código IBAN para las transacciones.

     Es en esa línea que debe leerse la designación que el papa Francisco hizo ayer de un nuevo fiscal vaticano, el abogado italiano Gianluca Perone, que se espera aporte su larga experiencia en finanzas internacionales al equipo de la fiscalía de la Santa Sede.

     Ya en noviembre pasado, Francisco designó al juez italiano Carmelo Barbagallo, de extensa trayectoria en puestos de control financiero, al frente de la AIF, el organismo encargado de revisar las cuentas del Vaticano.

     La llegada de los inspectores europeos, además, se da en el marco de la decisión del pontífice de despedir como uno de sus "ministros"; y de despojarlo de los derechos como cardenal, al purpurado italiano Angelo Becciu, sospechado de maniobras para favorecer a cooperativas de sus hermanos en su Cerdeña natal.

martes, 29 de septiembre de 2020

Melilla, un Lesbos en España

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Fuente: ALFA & OMEGA

Por: Fran Otero 24 de Septiembre de 2020

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Continúa la situación de bloqueo en la ciudad autónoma, donde a pesar de que se llevó a cabo un traslado de migrantes a la península –58 el 2 de septiembre–, las condiciones siguen siendo de hacinamiento tanto en el CETI como en la plaza de toros. Con un problema añadido: ha entrado la COVID-19

 


     Hace casi dos meses, en estas mismas páginas, se daba cuenta de la situación migratoria en Melilla. De la saturación del CETI –con 1.400 internos, el doble de su capacidad– o del acomodo de decenas de migrantes en instalaciones externas como la plaza de toros –todavía en uso– que no cumplen un mínimo de condiciones. Entonces, portavoces de la red eclesial Migrantes con Derechos denunciaban la situación y reclamaban al Gobierno que autorizase salidas a la península para aliviar la situación en la ciudad autónoma.

     La pregunta ahora es si ha cambiado algo, y la respuesta es que sí. Algunas para bien y otras, bastantes más, para mal. Por ejemplo, en este tiempo, entidades como ACNUR o la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), y autoridades como la comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, han llamado la atención a nuestro país por la situación en Melilla y por las condiciones en las que están viviendo los migrantes.

     Estas denuncias y la alarma provocada por la situación que se vivía y se sigue viviendo en la plaza de toros –denunciada por varios medios, entre ellos Alfa y Omega– dio como resultado que el Gobierno permitiese el traslado a la península de 80 migrantes, entre los que se encontraban personas que habían llegado antes de que se desatase la pandemia y otras que habían alcanzado nuestro país el 6 de abril, la entrada más numerosa de los últimos meses. De todas ellas solo salieron 58; el resto no lo ha podido hacer todavía por motivos de salud.

     Mientras tanto, los migrantes han seguido llegando con cuentagotas salvo el 20 de agosto, cuando entró un grupo que las autoridades cifraron en un primer momento en 30 personas y luego lo rebajaron a 13 ante la sorpresa de las organizaciones sociales y eclesiales. «No hay un aumento significativo de población, pero sí un estancamiento de la que estaba como producto de la política de no permitir los traslados a la península», afirma Josep Buades, coordinador del área Frontera Sur del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM).

Intrigas vaticanas: la investigación de las finanzas avanza hacia un juicio-terremoto

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Fuente: LA NACIÓN

Por: Elisabetta Piqué

29 de septiembre de 2020  • 04:21

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ROMA-  La operación "Manos Limpias" desencadenada por Francisco en el Vaticano continúa. Pese a que el viernes pasado, un día después de haber sido defenestrado por el Papa, el cardenal italiano Angelo Becciu, minimizó los "actos de peculado" que se le atribuyen, todo indica que el tribunal del Vaticano, que desde julio pasado investiga el escándalo financiero estallado en torno de una inversión millonaria y turbia en Londres, se prepara para iniciarle juicio a él, quien fue el hombre más poderoso de la curia y a sus colaboradores.

     Tanto es así que hoy el Papa nombró al abogado italiano Gianluca Perone, profesor de Derecho Comercial en la Universidad de Tor Vergata de esta capital como "promotor de Justicia aplicado" del tribunal del Vaticano, según informó el boletín de la Sala de Prensa.

     Perone trabajará como nuevo fiscal experto en desentrañar complicadísimas marañas financieras internacionales, reforzando el equipo actual, formado por los magistrados Gian Piero Milano y Alessandro Diddi.

     El viernes pasado, al convocar una conferencia de prensa para clamar su inocencia, Becciu —que debió renunciar a su cargo de prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos y a sus derechos cardenalicios (no podrá participar del cónclave ni de consistorios)— dijo que aún nadie lo había citado a declarar y tampoco se encontraba bajo investigación. Pero, como escribió la prensa italiana y pudo confirmar LA NACIÓN con fuentes vaticanas, aunque nadie sabe exactamente cuándo, deberá explicarle a los jueces vaticanos no sólo los "actos de peculado" con los que habría favorecido a sus tres hermanos, sino especialmente su rol en la fallida y millonaria inversión de un edificio en Londres. "Será un proceso-terremoto, destinado a marcar la historia de la santa romana Iglesia", escribió La Stampa.

     Junto a él también aparecerán en el banquillo los cinco funcionarios, todos italianos, que fueron suspendidos en octubre pasado y luego removidos, por estar presuntamente involucrados en la misma operación, así como en presunto reciclaje de dinero incluso llegado al denominado óbolo de San Pedro, que recolecta las donaciones de todo el mundo. Entre ellos figuran Tommaso Di Ruzza, exdirector de la Autoridad de Información Financiera (AIF), el ente encargado de vigilar que no haya reciclaje o movimientos de dinero sospechosos y monseñor Mauro Carlino, jefe de la oficina de información y documentación de la Secretaría de Estado, que fue durante años secretario personal del cardenal Becciu. Becciu fue sustituto de la Secretaría de Estado, es decir, el número tres de la Santa Sede, desde 2011 hasta mediados de 2018, cuando el Papa lo reemplazó por el venezolano Edgar Peña Parra y lo desplazó a la Congregación para las Causas de los Santos. Allí estuvo hasta el jueves pasado, día en que, inesperadamente y en una reunión de 20 minutos turbulenta, el Pontífice le dijo que le había perdido la confianza —como contó Becciu— y le pidió la renuncia.

lunes, 28 de septiembre de 2020

Con Papa Francisco, la 'responsabilidad' finalmente cruza el Tíber

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Por: John L.Allen Jr.

27 de septiembre de 2020

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ROMA - Aunque el drama desencadenado por la repentina caída en desgracia del cardenal italiano Angelo Becciu está lejos de terminar, las cosas han llegado a un punto en el que también es posible dar un paso atrás y reflexionar sobre el panorama general.

Digo "posible", no necesariamente probable, porque, francamente, la historia es demasiado fascinante a nivel micro. Becciu, justamente o no, aparece como un personaje salido directamente del elenco central de Hollywood como un villano suave y encantador, y es terriblemente tentador pasar el tiempo imaginando una versión del Vaticano del exitoso programa de televisión "Blacklist" con Becciu en el papel de Raymond Reddington.

     Aparte de tales desviaciones, hay al menos una visión general confirmada por el caso Becciu: “Responsabilidad”, en el sentido completo de la palabra estadounidense, finalmente está cruzando el Tíber en la era del Papa Francisco.

     En resumen, de 2011 a 2018 Becciu, ahora de 72 años, ocupó posiblemente el cargo más poderoso en el Vaticano además del papado, que es el papel de sostituto , o "sustituto", en la Secretaría de Estado, lo que lo convierte en más o menos el Jefe de Estado Mayor del Papa. Luego fue elevado al Colegio Cardenalicio y prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. El jueves, el Papa Francisco le mostró la puerta, quien exigió su renuncia no solo a su cargo en el Vaticano, sino a sus derechos como cardenal. Las razones tienen que ver con diversas irregularidades financieras con las que Becciu ha estado vinculado a lo largo de los años, aunque insiste enérgicamente en que no ha hecho nada malo.

 

Becciu es simplemente el último despido reciente bajo Francisco.

     En mayo, el pontífice despidió sumariamente a cinco funcionarios del Vaticano implicados en un controvertido negocio de bienes raíces en Londres, incluso antes de que ninguno de ellos fuera condenado o incluso acusado de actividad criminal. (No pasó desapercibido aquí que los despidos se produjeron el 1 de mayo, que se observa en Italia como el "Día del Trabajo", en parte para consagrar los derechos de los trabajadores). A principios de este año, el Papa despidió al arzobispo alemán de sus responsabilidades como Prefecto de la Casa Papal, aunque conserva el título, al parecer molesto por el papel de Gänswein en un colapso que involucró un libro presentado inicialmente como coautor del Papa emérito Benedicto XVI que alimentaba las percepciones de un conflicto entre Benedicto y Francisco.

domingo, 27 de septiembre de 2020

Un nuevo Moria: «Y todo vuelve a empezar...»

 

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Origen: Alfa y Omega

María Martínez López

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Ante la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado, el drama de 13.000 solicitantes de asilo en Lesbos subraya la urgencia de crear vías de entrada legales y seguras.

 

Zona de cuarentena en Kara Tepe. Ya se han detectada 243 casos de COVID-19 Y FALTAN «AGUA Y SANEAMIENTO» ADECUADOS, afirma el padre Joyeux. Foto: AFP/Manolis Lagoutaris.

     «Y todo vuelve a empezar…». Solo unas horas después de hablar con el jesuita Maurice Joyeux sobre el incierto destino que espera a los 13.000 migrantes y solicitantes de asilo que vivían en el campo de Moria, en la isla griega de Lesbos, la periodista recibe este lacónico comentario del sacerdote, con algunas fotos  recibidas de amigos recién instalados en Kara Tepe.

     Tras días a la intemperie desde que un incendio asoló Moria el 9 de septiembre, al cierre de esta edición eran ya 9.000 los que habían cedido a la presión de las Fuerzas de Seguridad y habían entrado a este nuevo campamento provisional. Era la única alternativa que ofrecía el Gobierno heleno a dormir al raso, desafiando la humedad y el relente de unas noches que ya empiezan a ser frías.

     El padre Joyeux con algunos voluntarios (el Servicio Jesuita al Refugiado–JRS por sus siglas en inglés– no trabaja en la isla), al igual que otras organizaciones humanitarias, les ha intentado llevar tiendas de campaña, kits de higiene y hasta comida, porque el reparto del Ejército no llegaba a todos. «La gente no quiere estar en ningún campamento, pero está muy cansada».

 

Una tragedia anunciada

     «Estábamos esperando que ocurriera algo horrible», reconoce a Alfa y Omega el jesuita, muy crítico con la actitud de las autoridades de culpar a cuatro afganos, ya detenidos. «Es mucho más complicado», asegura. Cita el hartazgo y la «sensación de indignidad» de llevar meses o años «sobreviviendo, más que viviendo» en un lugar diseñado para 3.000 personas, que albergó hasta a 21.000.

Indignación en El Salvador por bloqueo militar a investigación sobre masacre

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Origen: france24

24/09/2020

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Miembros de organizaciones sociales que buscan la aprobación de la ley de reparación integral para víctimas de conflictos armados, se manifiestan contra el bloqueo militar a la investigación de la masacre de El Mozote, el 23 de septiembre de 2020 en San Salvador MARVIN RECINOS AFP


La decisión de los militares de El Salvador de impedir que un juez revisara archivos sobre la masacre de El Mozote de 1981 que dejó casi 1.000 muertos en el marco de la guerra civil (1980-1992), desató una ola de indignación entre familiares de las víctimas y organismos humanitarios.

 

"Estamos indignados con esa situación" de obstrucción al trabajo del juez, declaró a la AFP el vicepresidente de la Asociación Promotora de Derechos Humanos de El Mozote, José Vigil, de 66 años, quien perdió a dos hermanos, primos y tíos en la masacre.

 

El juez Jorge Guzmán, del tribunal de la ciudad oriental de San Francisco Gotera, fue impedido de acceder el lunes pasado a los archivos del Estado Mayor castrense para buscar información relacionada con la masacre, la más sangrienta de las últimas décadas en América Latina.

 

"No queremos más impunidad. La verdad es que nos han tratado de borrar del mapa", lamentó Vigil.

 

viernes, 25 de septiembre de 2020

Inmueble en Londres y terremoto en el Vaticano

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Francesco Strazzari
(En settimananews.it)
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El “asunto” de la compra-venta del edificio londinense en Sloane Avenue 60 habría llevado a que el Vaticano se hubiera gastado la “nimia” cantidad de 350 millones de euros desde su compra en 2012. La guerra entre las diferentes cordadas financieras ha estallado de nuevo.

Gianluigi Torzi, un financiero italiano con sede en Londres, nombrado por el Adjunto de la Secretaría de Estado para cerrar la compra de la propiedad, con un contrato de cinco años, es llamado, el 5 de junio de 2020, al Vaticano para informar en la investigación abierta sobre la compra del inmueble. Acaba arrestado. Le acusan de malversación, fraude, extorsión y blanqueo de dinero y se enfrenta a 12 años de prisión.

Aparecen, en las declaraciones tomadas, referencias precisas a monseñor Carlino, de la Secretaría de Estado y secretario particular, durante mucho tiempo, de monseñor Angelo Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado, ahora prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos; aparece el nombre de monseñor Pena Parra, venezolano, nuncio, nombrado el 15 de agosto de 2018 sustituto de la Secretaría de Estado y responsable de los fondos utilizados.

Se tiene la sensación de que se están enfrentando las diferentes almas de la Curia. Unos días después del estallido del caso, el Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, se entrevista con el cardenal Becciu, que califica las acusaciones como "vergonzosas" y las rechaza “de una manera displicente”.

El Papa Francisco quiere que los responsables del escándalo sean puestos en manos de la justicia lo antes posible. Se habla de que sea para junio. El asunto se vuelve a embrollar cuando, a mediados de mayo, después del confinamiento del coronavirus, llega el nombramiento de Gustavo Zanchetta, amigo de Bergoglio, contra el que el poder judicial argentino publicó una orden de arresto por abuso sexual en noviembre de 2019. Había sido nombrado “asesor” de la APSA en 2017, provocando un gran revuelo en Argentina.

El fraude (en lo que toca al Vaticano) se encuentra en manos de la justicia vaticana y, aunque discretamente, continúa el enfrentamiento entre el ex sustituto Becciu y el nuevo sustituto Edgar Pena Parra. Participa en la confrontación un nutrido grupo de mediadores y financieros.

Los 350 millones hasta ahora gastados por el Vaticano en el inmueble de la Avenida Sloane 60 es una losa, que provoca la indignación del mundo católico, también porque se habla de documentos en los que el propio Papa —obviamente engañado y presionado— habría autorizado los movimientos con el dinero del Óbolo de San Pedro, la colecta que se entrega al Papa normalmente en la solemnidad de los santos Pedro y Pablo en beneficio de los pobres.

Se tiene la impresión de que, alrededor del Papa, hay personajes, eclesiásticos y seculares, como mínimo, sospechosos, por no decir que sin escrúpulos. No extraña que el Secretario de Estado, el cardenal Parolin, haya calificado el asunto como opaco, siendo desmentido por el cardenal Becciu. Increíble que la decisión de invertir en el extranjero no se clarifique. Es conocido que Parolin siempre tuvo grandes dificultades para obtener los informes del antiguo sustituto Becciu.

Guste o no, este asunto provoca una profunda amargura, por no decir indignación: aparecen y desaparecen, como la nieve al sol, decenas de millones de euros. Se dice que hay otros depósitos de dinero en el extranjero que sacar a la luz. Aparece la voz de un amigo del Papa Francisco, con respecto al affaire del cardenal australiano Pell —condenado por acoso sexual y luego absuelto en apelación en Melbourne— según el cual, su proceso habría sido preparado “con cañones australianos y munición vaticana". Ya se sabía que Pell no gozaba con la simpatía de ciertos círculos vaticanos.

¿Cómo va a terminar el escándalo? ¿Cuáles pueden ser los efectos del terremoto? Dicen que el Papa está decidido a llegar hasta el final, pero el reciente nombramiento de Zanchetta es preocupante.


jueves, 24 de septiembre de 2020

El verdadero rostro del Opus Dei (y III/III)

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Fuente: Opuslibros
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Nos ha parecido procedente publicar este documento de gran interés eclesial en tres entregas. El texto es el contenido de un escrito-denuncia enviado al Papa Benedicto XVI en septiembre de 2009. El escrito fue firmado por 165 hombres y mujeres, sobre todo de España, pero también de otros 18 países de América y Europa. Se sabe que Benedicto XVI lo recibió. La única señal de que lo recibió la obtuvo el prelado Javier Echevarría. Fue llamado por el Papa para un tema, según se supo, grave: la confusión entre la jurisdicción interna y externa de las personas. Los denunciantes no obtuvieron ninguna respuesta del Papa ni de alguien del Vaticano. Han pasado once años y este texto sigue estando vigente pues el contenido de la denuncia pervive.
    Para más información, se puede consultar la página opus libros correspondencia.

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10. Indefensión e inseguridad jurídicas

       En el terreno jurídico o canónico, la indefensión de los miembros del Opus Dei está prevista en el modo habitual de proceder de la institución. En efecto, los miembros nunca reciben documentación escrita de su relación con la Obra: no tienen notificación escrita de su incorporación jurídica a la institución, ni de su desvinculación en caso de que suceda; no se les expide certificado de estudios eclesiásticos; tampoco existe contrato de trabajo para los que se dedican a tareas internas; nunca se confieren por escrito los nombramientos de cargos. Con excepción de los sacerdotes, nadie tiene posibilidad de demostrar por escrito su pertenencia actual al Opus Dei ni, en el caso de haber dejado la institución, los pocos o muchos años de entrega completa a la misma; tampoco pueden acreditar su relación laboral los que trabajan en la burocracia y dirección internas. Y todo esto viene ocurriendo en la institución desde el principio.

       Especial gravedad, porque va contra el derecho establecido por la Iglesia[1], es el estado de indefensión de aquellos miembros que han sido objeto de penas o admoniciones canónicas impuestas oralmente por decreto extrajudicial, como es costumbre en el Opus Dei, sin entregar documento escrito al afectado. De esta forma se impide a los miembros el derecho de recurso legal ante la instancia competente, pues no pueden probar que han sido penados, ni en base a qué supuestos delitos cometidos. Es a la vez un modo de preservar la imagen de la Obra evitando que los escándalos trasciendan al exterior. También es frecuente que las autoridades del Opus Dei impongan oralmente censuras canónicas como medio coactivo para inducir a la obediencia y al sometimiento, sin que el súbdito haya incurrido en delitos tipificados para ellas en el Derecho de la Iglesia[2]. Estamos ante otras manifestaciones de la actuación opaca y abusiva del Opus Dei desde el punto de vista moral y legal.

       No queremos dejar de exponer una de nuestras mayores preocupaciones relativas al aspecto jurídico de la institución, que ya hemos apuntado en páginas anteriores, pero que merece un comentario particular. En efecto, el Opus Dei se presenta a sí mismo con un espíritu netamente secular de encuentro personal con Dios en medio del mundo, cuya característica principal es facilitar la santificación sin sacar a nadie de su sitio, es decir, respetando la vocación profesional y el ambiente social de cada uno. Este es el planteamiento que se hace a las posibles vocaciones. Y, por el contrario, resulta de conocimiento común que el Opus Dei funciona desde sus comienzos como una orden religiosa de la más estricta observancia. En lo que se refiere a sus miembros Numerarios y Agregados laicos, apenas existe distinción real con el modo de vida de los religiosos y sus compromisos de pobreza, obediencia y, en general, trabajo en las tareas apostólicas corporativas. Su erección como Prelatura y su dependencia de la Congregación de Obispos no ha variado en nada estas características fundacionales de siempre. Por otra parte, aunque el CIC —cánones 294-296— determina que una prelatura es una estructura clerical formada por presbíteros y diáconos seculares bajo la autoridad de un Prelado, y que los laicos sólo cooperan en las obras apostólicas de la prelatura mediante unos acuerdos establecidos entre ambas partes, sin embargo, los Estatutos de la Prelatura consideran miembros de pleno derecho a los laicos. Pero lo más importante es que a los sacerdotes y laicos célibes del Opus Dei, se les exige observar una praxis de vida con unos compromisos de entrega (pobreza, castidad y obediencia, además del compromiso ya señalado de no criticar a los superiores) que no se encuentran especificados en los Estatutos otorgados por la Santa Sede, que no contemplan para nada los consejos evangélicos, sino en los reglamentos internos. Por ejemplo, es un fraude y un robo por parte de la institución exigir a los miembros célibes, como obligación jurídica y moral grave, la entrega de todos sus ingresos, cuando eso no está estipulado en los Estatutos.

       Es más, esos Estatutos no tienen relevancia alguna en la vida de los miembros, pues no se les proporcionan, ni se encuentran en los centros, ni se les explica su contenido. En cambio, lo que realmente rige la vida de los miembros del Opus Dei son esos reglamentos internos secretos, no conocidos ni aprobados por la Sede Apostólica[3]. Estos reglamentos, que constituyen una normativa paralela a la otorgada por la autoridad de la Iglesia, son doblemente secretos porque tampoco se hacen públicos a los miembros: sólo tienen conocimiento y acceso a ellos los que gobiernan, y según los distintos niveles de responsabilidad en la institución, conocerán unos u otros; esto es, los niveles inferiores de gobierno ignoran los reglamentos por los que ellos mismos son regidos.

       Tanto las personas que se hacen de la Obra, como las que llevan muchos años en ella, desconocen la realidad de esta doble regulación jurídica, ignorando completamente la norma oficial otorgada por la Jerarquía de la Iglesia para el Opus Dei. Es más, la poca formación jurídica que se imparte a los miembros va en la línea de afirmar que la Prelatura Opus Dei forma parte de la estructura jerárquica institucional de la Iglesia[4], aunque no se reconozca así en el Código de Derecho Canónico.

       Por lo que acabamos de exponer, pensamos que existen notables incoherencias entre el hipotético espíritu secular del Opus Dei y la praxis real de vida que se exige a sus miembros; entre lo estipulado en el CIC para las prelaturas personales, y los Estatutos otorgados al Opus Dei, principalmente en cuanto a la pertenencia de los laicos a la Prelatura y la existencia de un presbiterio de la Prelatura; y, de modo especial, entre dichos Estatutos oficiales y los reglamentos internos secretos, que además de contener abusos graves contra los derechos humanos y los modos pastorales de la Iglesia, determinan serias obligaciones para los miembros que no se mencionan en los Estatutos.

       En definitiva, opinamos que todos estos dolosos engaños, ocultamientos e incoherencias jurídicas hacen necesaria una intervención clarificadora por parte de la Jerarquía, con el fin de instaurar la legalidad en el Opus Dei, y para que esta institución tenga un comportamiento transparente con la Jerarquía de la Iglesia, con todos los fieles cristianos, y también con sus propios miembros. Como es sabido, las normas canónicas —tanto las generales, como las particulares— deben constituir una garantía del auténtico espíritu cristiano, de la libertad y de los derechos inalienables de los fieles, pues de otro modo éstos se verían indefensos contra los abusos del poder, que en este caso es ejercido en nombre de Dios.

 

miércoles, 23 de septiembre de 2020

El cuestionario completo sobre candidatos a obispos en la Iglesia Católica

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Fuente: setemargens.com

Por António Marujo  (17/09/20)
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 Exclusivo 7M

Trece temas, decenas de temas o preguntas. Esta es la estructura del cuestionario que la Congregación de Obispos de la Santa Sede, a través de las nunciaturas (embajadas) vaticanas de cada país o región, envía a las personas invitadas a comentar sobre posibles candidatos a obispo católico. Es este completo cuestionario - y sin precedentes, en términos públicos - el que 7MARGENS publica a continuación, que ocurre por primera vez en Portugal, junto a un trabajo que reflexiona sobre el proceso de nombramiento de obispos .

El cuestionario va acompañado de los comentarios de tres personas que invitamos a analizarlo, haciendo las observaciones que querían: uno de ellos ya ha sido invitado a contestar este cuestionario, el otro solo lo ha visto una vez y el tercero no lo sabía nada. El texto nunca habla del evangelio, nota, entre otras llamadas, algunas muy críticas. Hay demasiado énfasis en la "ortodoxia" relacionada con la disciplina eclesiástica o la doctrina moral, pero no tiene sentido un lenguaje de escucha o diálogo o preguntas sobre la forma de gobierno y la creatividad pastoral.

Este cuestionario puede ir precedido o seguido de otro (s) y ser más o menos exhaustivo, según las etapas del proceso: solo se pueden preguntar los nombres y características que le dan al candidato “aptitud” para el puesto. En el proceso de elección de obispo más común en la actualidad, los nuncios (embajadores) del Vaticano en cada país o región solicitan periódicamente a los obispos y sacerdotes sugerencias de nombres para tener en cuenta en cualquier eventual procedimiento de selección.

Cuando es necesario designar a alguien para una diócesis específica, se utiliza esta lista. Después de una primera recopilación de opiniones, se eligen algunos nombres hasta que haya tres candidatos: el llamado “licitador”. Luego, se envía un cuestionario a las personas (en su mayoría otros sacerdotes y obispos, y muy pocos laicos) que conocen a cada uno: el texto publicado aquí (o uno muy similar, con variaciones menores, como admitieron los clérigos) que, en los últimos años, también lo han visto o se les ha pedido que respondan).

Toda la consulta es confidencial y está sujeta a un estricto "secreto pontificio", es decir, no puede hablar de ella ni siquiera decir que ha respondido. Pero la práctica de las últimas décadas, no solo en Portugal, muestra que el secreto es cada vez menos secreto, con noticias que aparecen en los periódicos y que a menudo golpean a los candidatos y a los nombres elegidos al final del proceso, antes de su nombramiento. - o incluso en rechazos de otros nombres que acaban siendo apartados o, por el contrario, “impuestos” por el nuncio.

Cualquiera de los tres comentaristas invitados aboga por un proceso más abierto y transparente para la elección de obispos, en consonancia con lo ocurrido en los primeros siglos del cristianismo, en el que, de diversas formas, fueron las comunidades locales las que, incluso por la falta de un papado centralizado , eligió y eligió a sus obispos. Pero aun así, los tres invitados presentan propuestas para una eventual mejora de la encuesta.

El texto que, aunque reciente, sigue el estándar ortográfico anterior, se reproduce a continuación en su totalidad, tal como aparece en las dos páginas enviadas a los encuestados. Para distinguirlo de los comentarios, se escriben entre paréntesis, en cursiva y alineados a la derecha . Los comentarios fueron editados por 7MARGENS, solo para evitar repeticiones y para dar un mínimo de secuencia lógica a las diferentes observaciones.