jueves, 26 de mayo de 2011

PRIMERAS COMUNIONES


1 Esta es una historia verdadera. Sucedió en un pueblo muy cercano al nuestro. Sus protagonistas son Mónica y sus aitas, unas personas muy normales. Como nosotros. Leed, leed...

Monikaren istorioa

Monika deitzen dan ume baten istorioa da hau. Ume honek Lehen Jaunartzea egin behar eban, eta bere gurasoek hau ondo ulertzea gura eben.

Zelan umeak sarritan, opariak baino ez daukiezan buruan, gurasook ez eben gura euren umeak horretan baino ez pentsetan egotea. Horregaitik, parrokira joan eta abadeagaz egin eben berba. Abadeak esan eutsen, Monicak hartuko eban oparirik ederrena... JESUS zala.

Horregaiitk, hain opari ederra hartzerakoan, ume batek ikasi behar dauena hauxe da: eskerrak emoten. Eta eskerrak emoteko erarik bikainena, zeozer behar dauan ume pobre bati zeozer oparitzea da.
Munduan beharrizanean dagoan ume asko dago. Zergaitik ez egin opari bat euretariko bati?

Gurasoek hau guzti hau kontau eutsoen Monicari. Monicak, hasieran, ez zekian zer pentsa, baina gero, ausnartuz ausnartuz, astiro astiro, munduan dagozen ume pobre guztiaK izan ebazan gogoan... eta bihotzean. Berak Jesus hartuko ebanez, ume pobreen alde zeozer egitea pentsau eban. Gurasoekaz batera, hauxe pentsau eta erabaki eban: lehen jaunartzera etorriko zirenei, dirua eskatuko eutsien hirugarren munduko ume bati laguntzeko. Gurasoek lagundu eutsoen eskutitz bat idazten Lehen Jaunartzera etorriko ziren guztiei bialtzeko.

Eta esan eta egin. Etorri zan Lehen Jaunartzearen eguna eta Monica ez zan zuriz jantzita etorri, ez horixe. Jantzi polit batez etorren, gurasoek erosi eutsoen, hurrengo domekatan ere erabilteko jantzi dotore ederra. Meza ostean, familia guztia alkarrekin joan zan eguna ospatzera, bazkaltzera, eta hirugarren munduko umeari laguntzeko dirua emon eutsoen Monicari, berak eskatutakoa betez.

Eskutitz bat bialdu eben, zein umeri lagunduko eutsoen jakiteko: Indiako neskatila bat da, eta orain badauka zer jan eskolara joaten danean. Atara dauan diruagaz, urte beterako izango dau. Gero, bere dirutxuagaz eta gurasoen laguntzagaz, ume hareri laguntzen jarraituko dautso. Neskatila haren argazki bat badauka, eta neskatila harek zer jan eta eskolara joateko aukerea.

Monika oso pozik dago. Gurasoen laguntzagaz, Jesus hartu dauenean, opariak hartzen baino, opariak emoten ikasi dau-eta. Berak ez dau ezer behar, berak oparirik onena dauka-eta: Jesus.

Ziur nago, historia hau entzuterakoan, beste ume batzuk ere, antzeko zeozer egitera animatuko direla. Eta Jesus oso pozik jarriko da parrokiko umeekin.



UNA HISTORIA VERDADERA

Esta es la historia de una niña que se llama Mónica y que iba a hacer la Primera Comunión. Sus padres querían que su hija lo entendiera bien.

Como los niños suelen estar pensando sobre todo en los regalos que van a recibir, los padres de Mónica no querían que su hija estuviera pensando sólo en regalos. Fueron a la parroquia y hablaron con el sacerdote, y les dijo lo siguiente: en la Primera Comunión los niños reciben el MEJOR REGALO que se puede recibir, que es a Jesús.

Por eso, cuando una persona recibe un regalo tan grande, tiene que aprender a dar gracias, y la mejor forma de dar gracias es REGALAR algo que necesite una persona pobre. En este mundo hay muchos niños necesitados. ¿ Por qué no hacerles nosotros un regalo a ellos ?

Los padres de Mónica hablaron con su hija sobre ésto. Al principio ella no sabía qué decir, pero luego estuvo pensando en los niños pobres que hay en el mundo y ya que ella iba a recibir a Jesús, quería hacer algo por ellos. Hablando con sus padres, decidieron lo siguiente: a los que iban a venir a su Primera Comunión les iba a pedir dinero para ayudar a una niña del Tercer Mundo. Sus padres le ayudaron a escribir una carta para enviársela a los que iban a venir a su Primera Comunión.

Y así fue. El día de su Primera Comunión, Mónica, no fue vestida de blanco, sino con una ropa muy bonita que sus padres le compraron para que luego le pueda servir otros días. Después de su Primera Comunión, fueron toda la familia a comer juntos para celebrar la fiesta y le dieron dinero para ayudar a una niña, como ella les había pedido.

Mandaron una carta para saber a qué niña iba a ayudar, y ya está mandando dinero para que una niña de la India pueda comer e ir a la escuela. Con el dinero que ha sacado ya tiene para pagarle varios meses, y luego con lo que ella pueda y la ayuda de sus padres seguirán mandando el dinero para la que esa niña pueda seguir estudiando y comiendo. Además le han mandado una foto de la niña.

Mónica está muy contenta porque al haber recibido a Jesús, con la ayuda de sus padres, en vez de recibir regalos ha aprendido a regalar. Ella ya tiene el mejor regalo, a Jesús.

Seguro que al conocer esta historia, otros niños también se animarán a hacer algo tan bonito y Jesús se pondrá muy contento.

JJE.

2 Celebraciones que florecen en Primavera.

Como por arte de magia, tras la Pascua, aparecen las Primeras Comuniones, ese brote religioso o decorativo que hace recordar a Dios, incluso a los más alejados o alérgicos. Todo el mundo tiene una celebración religiosa a la que acudir con cariño a ver a un niño vestido de marinerito, alférez, capitán general o monje; o a una niña engalanada de novia, princesa o monja, que va a recibir a Jesús por primera vez. En muchos casos será su primera y última comunión.

Lehen Jaunartzeak Uribarriko Andra Mari Elizan 201Yo me alegro de que se sigan manteniendo porque creo que el Señor tiene sus trucos para hacerse presente en las familias y conseguir que sus hijos, creyentes o no, oigan hablar de Él, aunque sea por acudir a ritos para ellos vacíos de sentido. Yo quiero pensarlos como oportunidad, como una experiencia que aún sigue viva en este mundo, en el que se adoran otros dioses. 

Cuando he asistido a una Primera Comunión en la que la mayoría eran analfabetos religiosos, me cuesta comprobar el rápido olvido de lo que recibieron como formación espiritual, pues desconocen las celebraciones y lo que allí se vive; incluso, a veces, se mofan de cosas que para los creyentes son importantes. En cambio, en la parte socio-gastro-económico-cultural están todos de acuerdo. Hay que vestirse de punta en blanco, hacer regalos caros y practicar la gula y el lujo en la restauración.
Decía que en estas celebraciones aprovecho para poner a todos en manos de Dios y pedirle que les toque el corazón para que no vivan como huérfanos, teniendo un Padre que les quiere tanto, y que se de a conocer a través de las palabras del celebrante, del niño protagonista o de algún signo que les interpele. Por eso es importantísimo preparar estas liturgias para que los "primerizos", alejados, escapados o los que nunca han oído hablar de Dios, perciban que lo que se celebra es el amor y a lo que se anima es a saber que Dios nos ha soñado felices y plenos, nos fortalece con su presencia constante y nos impulsa a construir una sociedad justa y fraterna. 

Afortunadamente, hay celebraciones que son una auténtica catequesis. . .
Desde el momento en que te invitan, con sencillez, te proponen la posibilidad de participar en el apoyo a una causa solidaria, en vez de un regalo; te animan a que lleves algo para compartir en el ágape posterior y dan importancia a lo que supone realmente que el niño se acerque a la mesa de Jesús, ahora ya de forma voluntaria, ya que el Bautismo lo recibió sin él pedirlo. 

Me gustó especialmente una celebración en la que los niños iban vestidos de calle, habían tenido unas catequesis familiares, por lo que hubo muchas expresiones de alegría por el seguimiento de Jesús, de explicitar el modelo de vida fraterna, austera y solidaria que se quería seguir, como cristianos. Celebrante y catequistas cuidaron los detalles para mantener la calidez, profundidad y atención en la celebración, ganándose el interés de los participantes hablando, como lo hacía Jesús, en un lenguaje sencillo, para que nadie se sintiera extraño ni se le hiciera larga la eucaristía. Los niños, tras repartir los recordatorios hechos por ellos, explicaron por qué no querían tener regalos y, aunque les costaba, querían contribuir a que otros niños pudieran comer durante algún tiempo gracias a su renuncia. Manifestaron la alegría de ser cristianos y sentirse invitados a una forma de vida diferente, y, a sus nueve años, nos fueron "contagiando a los mayores" su fe en el credo que fueron formulando, su abandono en Dios, su alegría, sencillez y falta de complicación al sentarse "a la mesa de los mayores" en la Iglesia y su entusiasmo por seguir a Jesús. Cuando compartimos las viandas que habíamos llevado, en un improvisado banquete, parecía que no había terminado la eucaristía.
En estas fechas hay familias agobiadísimas eligiendo modelo de "mininovia". Otras privan a su niña de la convivencia en la que se celebra el perdón porque coincide con la “prueba de maquillaje". Las hay redecorando su casa o hipotecándose por un lujoso banquete. 

Y a algunos niños se les amenaza con que si no sacan unas notas brillantes, Dios no les querrá y se suspenderá su Primera Comunión... Espero que Dios se haga presente en todos estos banquetes y agilice un poco el márketing espiritual para que todos los que celebren este acontecimiento se sientan tocados por su Amor, ya que sus caminos no son los nuestros. Pondremos a todos los comulgantes, familiares e invitados en las manos de este Dios Padre que nos tiene a todos abrazados.

Marí Patxi Ayerra


3 De la primera carta de San Pablo a los Coringles


Cuando os reunís para las primeras comuniones, eso ya no es celebrar la Cena del Señor. Porque una gran cadena comercial que encabeza tanto las listas de grandes beneficios como las de salarios y condiciones laborales injustas, acaba de publicar un espectacular folleto en papel “couché”, de 22 páginas, donde anuncia trajes para la primera comunión, entre 400 y 1000 €, con descripciones como: “vestido de fantasía, de seda, de organza, cuerpo bordado con torera, falda de gasa con vuelo”… para niñas y niños, rubitas ellas en su mayoría.

También vestidos para niñas invitadas, cadenas y pulseras de oro, relojes Swacht o Viceroy, zapatos, libros de recuerdo, servicio de imprenta para invitaciones… Y finalmente “la gran idea”: listas de primera comunión, paralelas a las listas de boda (“porque te aseguras de recibir justo lo que más te gusta”). En ellas hay desde joyeros y pulseras, hasta sillas giratorias, bicicletas, juguetes electrónicos… ¡incluso biblias!.. De modo que, entre eso y el inevitable convite igualmente fatuo, apenas habrá auténtica primera comunión que no supere el medio millón de las antiguas pesetas. Demasiado dinero para recibir al Dios de los pobres. Tanto que algunas familias han retrasado la primera comunión de sus niños por la crisis económica.

¿Es que no tenéis otros días del año para todas esas fatuidades? ¿O es que despreciáis a la Iglesia de Dios y avergonzáis a los que no tienen?. La verdad es que en esto no puedo alabaros. Porque yo mismo recibí del Señor lo que ya os he transmitido: que el Señor Jesús, en la hora más negra de su vida, cuando iba a ser entregado por uno de los suyos y condenado a muerte por los sacerdotes, se sentó a la mesa a cenar con sus discípulos y, en aquella cena, tomó el pan, símbolo de la necesidad humana, lo partió y se lo pasó diciendo que aquel pan compartido era su persona entregada por nosotros. También tomó una copa de vino, símbolo de la alegría humana y se la pasó diciendo que aquel vino era su sangre (sede de la vida para los judíos) con la que Dios sellaba una alianza nueva e irrompible con el género humano. Y añadió que repitiéramos esos gestos como memorial suyo: de modo que cada vez que celebráis la comunión estás anunciando esa vida de Jesús entregada hasta la muerte por solidaridad con nosotros.

Por eso debemos examinarnos seriamente, porque quien come el cuerpo del Señor sin discernimiento se traga su propia condena… (cf. 1ª Cor 11, 20sss) ¿No habéis oído el ejemplo de vuestros hermanos filipenses que han decidido celebrar la primera comunión de sus hijos del modo más sobrio posible, sin trajes ni alharacas, para dar todo el importe que eso hubiera supuesto a los niños de Haití? ¿No sabéis todavía que en ese mundo que habéis montado mueren cada hora mil niños menores de cinco años, por desnutrición o enfermedad (lo que hace unos once millones de niños al año)? ¿Creéis que el Señor entregó su persona y su vida (su cuerpo y su sangre) para que haya esas diferencias entre vosotros? ¿Es así como queréis preparar la jornada mundial de la juventud? ¿No sabéis que, además, esa forma de primera comunión, se convierte para la gran mayoría de los niños en su última comunión?


Por eso quiero recordaros palabras de los antiguos profetas: “Detesto vuestras primeras comuniones -dice el Señor-, estoy harto de vestidos de seda, se me han vuelto una carga vuestras diademas y pulseras; aprended a practicar la justicia, enderezad a los oprimidos, proteged a los que no pueden valerse… Porque ésta es la primera comunión que yo quiero: aprende a partir tu pan con el hambriento, a hospedar a los sin techo, a vestir al desnudo y a no cerrarte a los que son tu propia carne… Entonces irradiará tu luz como una aurora y tus oscuridades interiores se volverán mediodía” (cf. Isaías 1 y 58).

“Y no os contentéis con decir: vamos a la iglesia, vamos a la iglesia… ¿creéis que la casa del Señor es una pasarela de modelos?” (cf. Jeremías 7). ¿No sabéis que el rico sólo puede traer a la iglesia su humillación porque Dios eligió a los pobres como ricos en el mundo de la fe y herederos del reino de Dios? ¿No son acaso los ricos los que nos zarandean y luego nos llevan a los tribunales, y afrentan el hermoso nombre de cristianos? (carta de Santiago 1,10; 2, 5ss)…
Hace años, y por estas razones aquí expuestas, el mes de mayo ya fue calificado como “el mes de los sacrilegios”. Por favor, no me ofendáis de esa manera, dice el Señor.
José Luis González Faus

4 Primeras comuniones, primeras perversiones
 Mes de mayo, de las flores, de María, de las comuniones, de los niñ@s quienes se sienten príncipes y princesas por un día, pero ¿Cuál es el verdadero sentido? Durante 2-3 años al niño se le prepara, o por lo menos se intenta preparar, para recibir a Jesús por vez primera y aunque este es el principal y único motivo de este día, parece haber sido superado por la parafernalia que organizamos convirtiéndolo en “pequeñas bodas”.

Los niños son y se comportar según les educamos los mayores. En este caso, el verdadero sentido de este día, la gran fiesta es para el niño como resultado del motivo a celebrar, sin embargo esta ha sido manipulada e invadida por los mayores. Ya no es la fiesta del niño por un motivo trascendental, sino del adulto. Con nuestras actitudes los vamos haciendo adultos antes de tiempo, metiendo, sin percibirlo en un mundo de competitividad donde “yo” tengo que ser el mejor al precio que sea.

Llegamos incluso a pedir préstamos para poder afrontar tan excesivamente desmesurados porque mi hij@ “tiene que ser el mejor”… sacamos al niño de su espacio para llevarlo al nuestro y no al contrario, que sería lo más lógico, hacernos nosotros como niños… pero ¿En que convertimos este acontecimiento?

Todo ello les lleva a no saber valorar lo que reciben: a Dios que es el mayor regalo y motivo de esta celebración, sin precio económico, pero a eso no le damos la suficiente importancia porque todo lo que no cuesta dinero, no vale. Eso es lo que les estamos enseñando, pero ¿donde queda la moral, los valores, el amor, la entrega?…

Dejemos al niño ser niño, que tome la palabra, eduquémosle en un mundo justo y solidario. La semilla de hoy, será el futuro de mañana que le acompañará el resto de su vida…
Pequeños y mayores somos invitados a la mesa del Señor, todos tenemos un sitio, porque para Jesús no hay exclusión. No dejemos de crecer en amistad con Él, podemos ser partícipes de esa mesa preparada sin olvidar que el centro es Él, no nosotros.

Donde entra Jesús resucitado entra la paz: “se llenaron de paz”, de envío, como les pasó a los discípulos. Donde está Jesús, está la Vida, por eso, ese día no puede ser único, porque ya ha estado en medio de nosotros, por lo tanto, abrámosle las puertas del corazón.

Ana Bou

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