Francisco le hizo cardenal en 2022 y, un año después, visitó su archidiócesis, Marsella
Los obispos franceses le acaban de elegir presidente de su conferencia episcopal
Aún resuena con fuerza su llamada a que se celebre un Sínodo sobre el Mediterráneo
Fuente: Vida Nueva Digital
30/04/2025
Cuenta la leyenda (o la realidad mostrada como leyenda, quién sabe) que Francisco, fallecido el 21 de abril, se refería al cardenal Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella, como “Juan XXIV”. Un guiño humorístico que no desentonaría en el ser de Jorge Mario Bergoglio, aunque solo los presentes podrían corroborar si tal comentario es cierto o no. Y, en última instancia, si el Papa lo diría por su parecido físico con Juan XXIII o por si sintonizaba o no con su visión eclesial para el mundo de hoy.
El caso es que estamos ante uno de los purpurados cuyo nombre resuena con más fuerza estos días de congregaciones generales y precónclave. Y es que, sin duda, Bergoglio apostó por él en varias ocasiones. Cuando le hizo cardenal, en 2022, y cuando visitó su archidiócesis, Marsella, en el que acabaría siendo el I Encuentro Mediterráneo.
Ámbito migratorio y multicultural
Eso sucedió un año después, en 2023, y fue el modo de materializar una apuesta clave del purpurado: en el Mediterráneo, contexto marcado por el reto de las migraciones y lugar en el que conviven distintas religiones, culturas y cosmovisiones de la vida, se juega en buena parte el destino del mañana. Hasta el punto de que, en su intervención en la segunda asamblea del Sínodo de la Sinodalidad, en octubre de 2024, Aveline sorprendió a todos al reclamar la convocatoria de un Sínodo sobre el Mediterráneo.
Para entender esta apuesta del purpurado por la identidad heterogénea y multicultural del Mediterráneo, cuyas aguas unen a Europa, África y Asia, hay que tener en cuenta su biografía. Y es que Aveline nació hace 66 años en Sidi Bel Abbes, en la Argelia francesa fruto del colonialismo. Cuando él tenía ocho años, su familia se trasladó a Marsella, por lo que conoce perfectamente lo que es ser inmigrante y de extracción social humilde, pues su padre era trabajador ferroviario.
Vocación religiosa
Afincados los Aveline en Marsella, muy pronto él encontró su vocación religiosa y, con 25 años, fue ordenado sacerdote, incardinándose en la Archidiócesis de Marsella.
El 19 de diciembre de 2013, solo nueve meses después de su elección papal, Francisco le nombró obispo auxiliar de la Iglesia marsellesa, premiando así sus seis años como vicario general y su intuición al fundar y dirigir el Instituto de Ciencias y de Teología de las Religiones. En 2019 ya se convertiría en el arzobispo titular de la Archidiócesis de Marsella. Hace apenas un mes, sus hermanos prelados ke han elegido presidente de la Conferencia Episcopal de Francia.
A sus 66 años estamos ante una figura emergente en la Iglesia gala y europea. Un hombre de fronteras y de puentes. ¿Un pontífice?
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Eskerrik asko.