El movimiento "Make America Great Again" se ha convertido en la punta de lanza del presidente de EE.UU. Una corriente política que vertebra el país norteamericano desde hace más de una década y que tiene detrás a auténticos personajes.
Fuente: huffingtonpost
11/09/2025
El movimiento MAGA se ha consolidado en Estados Unidos como una de las corrientes ideológicas más potentes de los últimos tiempos. Lo que empezó con un aparente simple eslogan —Make America Great Again— ha terminado vertebrando al país, asumiendo el rumbo en todas y cada una de las decisiones que se toman desde la Casa Blanca. Pese a que la frase es anterior, empezó a emerger en la campaña presidencial de Donald Trump de 2015. Una mirada hacia atrás que recoge las frases de cuando, desde el punto de vista republicano americano, EE.UU. era el mayor punto de referencia sin competencia alguna.
Al igual que Ronald Regan lo usó en 1980 o Bill Clinton una década posterior, el enfoque de la frase encarna la filosofía del famoso "sueño americano", pero con una sutil diferencia: sólo para los estadounidenses. Con Donald Trump como presidente, tanto en su primera como en su segunda etapa, MAGA ha adquirido una profundidad ideológica que ataca directamente a los temas que han hecho que "EE.UU. mengüe": la globalización, inmigración o multiculturalismo en general. Poniendo así de objetivo la clausura del país con factores como el proteccionismo económico, aranceles, el control de fronteras o la familia tradicional como concepto; y el rechazo a todo lo que en norteamérica se define como Woke.
El movimiento lleva teniendo una presencia notoria, desde la Casa Blanca, pasando por redes sociales, medios de comunicación y, sobre todo, una masa enorme de gente detrás que hace que su influencia sea posible. La muerte de Charlie Kirk, un activista conservador de 31 años muy cercano a Donald Trump, asesinado el miércoles en un acto público de una universidad a las afueras de Salt Lake City (Utah) ha convertido este tema como protagonista en la conversación pública. Él, entre otros proyectos ultraconservadores, tiene la principal responsabilidad de la gran movilización de la generación Z. Fundador de Turning Point USA, fue campus por campus para sembrar la idea ultraconservadora y prometiendo un futuro para las nuevas generaciones, que hizo que Trump fuera reelegido como presidente del país. Entre los mensajes más comunes, el odio a la "ideología de género" y todo lo que tenga que ver con el colectivo LGBTI+.
Dentro de esta idea ultraconservadora y del rechazo a lo de fuera, tanto comercial como humanitario, incluso hay perfiles más radicales que se asientan en lo que se conoce el Dark MAGA: una versión autoritaria —más aún si cabe— que plantea un hipotético futuro apocalíptico y, en esencia, la idolatría permanente a Donald Trump. Antes de la ruptura del matrimonio Elon Musk - Donald Trump, el primero era la representación principal de este sector en el que, como característica social, portan gorras de color negro y su discurso más radical contra el establishment, mientras que el MAGA tradicional liderado por el inquilino de la Casa Blanca tienen el color rojo.
Entre los asesores ideológicos de esta corriente política, hay un cerebro que es imprescindible conocer para comprender la magnitud de su evolución: Steve Bannon. El exasesor de Donald Trump ha sido considerado a lo largo de los últimos años como el ideólogo del movimiento nacional populista. De hecho, en la actualidad sigue teniendo una notable presencia en redes y como referencia de la derecha internacional. A nivel estrictamente electoral, Chris LaCivita es otro de los grandes artífices con un papel discreto pero con grandes inversiones y maquinaria detrás.
Dentro del apartado más político, Marjorie Taylor Greene, conocida popularmente como MTG, se ha convertido en el rostro más combativo del MAGA. Fue elegida para el Congreso en 2020 después de la jubilación de Tom Graves. Tras ello, volvió de ser elegida en 2022 y 2024. Además de ser de extrema derecha y empresaria, también es una firme teórica de la idea de la conspiración y encarna las principales cualidades del sector más radical defensor de Trump, siendo así la cara más representativa.
Ron DeSantis, gobernador de Florida, tiene un perfil semejante a la republicana extrema al compartir la mayoría de las ideas ultraconservadoras del movimiento, pero con un perfil más ambicioso hasta tal punto que empieza a sonar como relevo de Donald Trump, aunque otros señalan que siempre estará a su sombra. Ante esta dicotomía perpetua, el gobernador ha decidido radicalizar aún más sus acciones desde las instituciones, creando su propio Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). En otras palabras, un órgano para recortar todo lo que se pueda recortar a nivel de impuestos e ingresos públicos. Además, ha llevado a cabo una ley que se ensaña con los inmigrantes sin papeles y otra para eliminar el impuesto estatal a propiedades.
En el terreno mediático, Tucker Carlson es una de las voces más influyentes. Sus análisis sobre inmigración, política exterior y cultura siguen marcando la agenda conservadora incluso tras su salida de Fox News —la cadena por excelencia ultraconservadora de Estados Unidos—. El presentador americano ha sido el artífice de expandir bulos como el polen en primavera. Entre ellos, ocupan el podio el reemplazo demográfico, acusar a Anthony Fauci de haber "financiado la creación de la COVID", promover el ataque al Capitolio del 6 de enero o, incluso, asegurar que había "armas biológicas" en Ucrania.
También emergen figuras más recientes y estrambóticas como la de Jackson Hinkle, quien, literalmente, defiende el "marxismo-leninismo conservador estadounidense", una ensalada que intenta mezclar populismo conservador con críticas a la globalización y al liberalismo clásico. The Dive with Jackson Hinkle fue el programa con el que trascendió al que, incluso, se le acusó de vender "propaganda de Putin" y fue retirado de Twich y YouTube por desinformar acerca de la guerra en Ucrania. Ahora, en X (antes Twitter) ha logrado 3,5 millones de seguidores desinformando sobre el genocidio en Gaza.
El MAGA no es un bloque homogéneo. En su interior conviven el liderazgo personalista de Trump, los esfuerzos de estrategas por institucionalizar el movimiento, la combatividad de legisladores, la ambición de posibles sucesores y la influencia de voces mediáticas y activistas que propagan mensajes descabellados, negacionistas y conspiratorios. El futuro del MAGA dependerá, en unas hipotéticas futuras elecciones, de si logra mantenerse cohesionado bajo Trump o si surge un nuevo liderazgo capaz de tomar la bandera cuando su fundador ya no esté en el centro del escenario.
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