«Los sacerdotes están dispuestos a ir a la cárcel, si es necesario», ha respondido el obispo de la diócesis de Spokane, a la que afecta la nueva legislación
Fuente: El Debate
06/05/2025
Lo que en 2023 era una amenaza, se ha convertido ya en una realidad legislativa en el estado de Washington: los sacerdotes están obligados a romper el secreto de confesión en el caso de que conozcan, por parte de un penitente, una situación de abuso sexual. Sea tanto por parte de la víctima, como por parte del abusador.
Tras un periplo legislativo de más de dos años, el gobernador de Washington, Bob Ferguson, miembro del Partido Demócrata que lidera Kamala Harris, ha terminado por firmar la controvertida ley estatal que convierte a los sacerdotes en «informadores obligatorios», imponiéndoles que rompan el silencio sacramental que implica la confesión para denunciar ante las autoridades los casos de abuso infantil de los que sean conocedores.
Una excepción inicial para el clero
La medida incluye un listado de profesionales que tienen la obligación penal de denunciar los casos de los que sean conocedores, entre los que se incluye a los sacerdotes.
En una primera redacción de la ley, elaborada en 2023 y aprobada por unanimidad, se incorporaba una excepción para el clero, referida precisamente a la información obtenida «únicamente como resultado de una confesión».
Cuando el proyecto fue sometido al voto de la Cámara de Representantes del estado de Washington, se suprimió esa exención por 75 votos contra 20, imponiendo por ley a los sacerdotes la violación del sigilo sacramental. Como era de esperar, el Senado rechazó esa enmienda, y la Cámara tuvo que volver a votar.
Señalamiento de los sacerdotes
Finalmente, el proyecto de ley que ha aprobado el Gobernador Ferguson no solo ha eliminado esa excepción referida al clero, sino que señala al clero de forma directa.
El nuevo texto legislativo explicita que los sacerdotes tienen la obligación de denunciar cualquier abuso, incluso si han conocido el caso de abuso «a través de comunicación privilegiada». Un vago eufemismo para referirse al sacramento de la reconciliación.
Para justificar este ataque a la libertad religiosa de la Iglesia, y como en el caso de Joe Biden para justificar sus políticas abortistas, también el gobernador Bob Ferguson ha dicho ser «católico» ante los medios, y aseguró que estaba «muy familiarizado» con el sacramento de la confesión. No obstante, explicó ante los medios que ha impulsado esta obligación a los sacerdotes porque «he considerado que esta legislación era importante».
Sacerdotes dispuestos a ir a la cárcel
La respuesta de la Iglesia no se ha hecho esperar. El obispo de la diócesis de Spokane, que abarca el estado de Washington, monseñor Thomas Daly, ha garantizado que «el sacramento de la penitencia es sagrado y seguirá siendo así en esta diócesis» y que «el clero no va a romper el secreto de confesión» incluso aunque lo exija la ley.
«Los pastores, el obispo de esta diócesis y los sacerdotes están comprometidos a mantener el secreto de la confesión, incluso hasta el punto de ir a la cárcel», ha afirmado.
Compromiso eclesial contra los abusos
Lejos de dejarse atrincherar por las voces que le exigen aplicar la medida, so vergüenza de convertirse en cómplices de abusos, el prelado estadounidense ha recordado que la diócesis mantiene «un departamento entero en la cancillería» dedicado a proteger a los niños, con una política de tolerancia cero con respecto al abuso sexual infantil.
Sin embargo, monseñor Daly también ha recordado que «el sacramento de la penitencia es sagrado», y que protegerlo es esencial no solo desde su dimensión espiritual, sino también como respeto a la «libertad religiosa» que consagra la Constitución de Estados Unidos.
«Un elemento importante para la grandeza de Estados Unidos –ha declarado el prelado– es nuestro compromiso constitucional con la libertad religiosa», contra la que atenta esta medida.
Contrarias a la Primera Enmienda
La legislación aprobada por Bob Ferguson no es un caso único. Un proyecto de ley propuesto en Montana también propone «eliminar la exención del clero en la denuncia obligatoria de abuso y negligencia infantil».
También en Delaware y en Vermont se han propuesto proyectos de ley que ampliaban la obligación ante cualquier tipo de abuso sexual. Todos ellos, como probablemente ocurra con el de Washington, parecen destinados a correr la misma suerte que la legislación de California, pionera en este señalamiento a los sacerdotes.
En julio de 2017, el Senado de California tuvo que retirar aquella medida, al constatarse que violaba la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que garantiza la libertad religiosa. El señalamiento contra los sacerdotes católicos, sin embargo, permanece.
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