sábado, 18 de mayo de 2024

El espectacular cambio de sentido del Vaticano en las apariciones marianas

El Vaticano introduce nuevos estándares para evaluar los fenómenos sobrenaturales. Ahora se da una importancia primordial al sentimiento popular de los fieles que acuden a rezar a los lugares de presuntas apariciones marianas.

Fuente:   La Croix International

Por    Loup Besmond de Senneville (Europa Roma)

17/05/2024

 


¿Se apareció realmente la Virgen María en la pequeña ciudad de Medjugorje, en el sur de Bosnia? Desde 1981, cuando las apariciones fueron reportadas por seis adolescentes, ahora de más de 60 años, la pregunta ha agitado persistentemente a la Iglesia Católica, causando intensas controversias. Para poner fin a estos debates, no solo sobre las "apariciones" de Medjugorje, sino también sobre otras reportadas en todo el mundo, el Vaticano publicó nuevas directrices el 17 de mayo.

El documento, de aproximadamente 15 páginas, aprobado por el papa Francisco en abril y presentado a la prensa por el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe desde octubre, esboza un nuevo enfoque sencillo: la verdad de las apariciones marianas importa ahora menos que los "frutos espirituales" que producen entre los fieles.

Mientras que el proceso de reconocimiento de una aparición solía centrarse en debatir el aspecto "sobrenatural" del fenómeno, el Vaticano ahora opta por eludir en gran medida este debate insoluble. Según el nuevo documento, estas evaluaciones podrían prolongarse durante décadas, causando una "considerable confusión" entre los fieles. Este fue el caso de Medjugorje y fenómenos similares reportados en Ámsterdam en la década de 1950, donde el obispo local finalmente emitió un "juicio negativo" en 2020.

 

Nuevo sistema de clasificación

Para abordar este problema, el Vaticano introduce una nueva escala para clasificar estas apariciones en seis categorías, que van desde "Nihil obstat" hasta "Declaratio de non supernaturalitate". El reconocimiento más alto, "Nihil obstat", permite a un obispo reconocer las apariciones marianas en su diócesis como "una acción del Espíritu Santo", lo que permite "promover la difusión [de esta propuesta espiritual], incluso posiblemente a través de peregrinaciones a un lugar sagrado". En esta categoría, no se expresa ninguna certeza sobre la autenticidad sobrenatural del fenómeno. El juicio sobre el aspecto "sobrenatural" del fenómeno está ahora reservado sólo para el Papa. A los creyentes ya no se les exige creer en la aparición, lo que marca una ruptura con las declaraciones pasadas de reconocimiento.

En el extremo opuesto del espectro, algunos fenómenos pueden recibir una "Declaratio de non supernaturalitate", en la que un obispo reconoce el fenómeno como no sobrenatural. Esta decisión debe basarse en hechos concretos y probados, como cuando un vidente admite haber mentido o cuando existen pruebas de falsificación o engaño.

 

Criterios de clasificación

Para clasificar estas apariciones, los obispos tienen a su disposición varios criterios, tal y como ha señalado el Vaticano. Estos incluyen el "equilibrio mental" de los presuntos videntes, la "ortodoxia doctrinal del fenómeno y cualquier mensaje relacionado con él" y la "naturaleza impredecible del fenómeno". Una presunta aparición no puede ser el resultado de la iniciativa de los participantes, ni puede fomentar un "espíritu sectario" que conduzca a la "división" o a cualquier tipo de "abuso".

Sin embargo, el Vaticano, cuyo último documento sobre el tema data de 1978, enfatiza ahora los "frutos de la vida cristiana" provocados entre los peregrinos que rezaban en el lugar de la supuesta aparición. Roma cita ejemplos como "el espíritu de oración, las conversiones, las vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa" y los "actos de caridad". Los obispos ahora pueden autorizar peregrinaciones incluso si "se observan elementos críticos varios o significativos", siempre que el "fenómeno ya se haya extendido ampliamente" y traiga "frutos espirituales verificables". "No se recomienda una prohibición que pueda molestar al Pueblo de Dios", según el nuevo documento.

 

La investigación preliminar y el papel de Roma

Aunque el cardenal Fernández se niega a proporcionar datos numéricos, los informes de supuestas apariciones nunca se han detenido en Roma. "Esto representa una cantidad significativa de trabajo para el Dicasterio de la Doctrina de la Fe", explicó un teólogo romano a La Croix. Recientemente, el Vaticano, por ejemplo, ha tenido que evaluar la veracidad de las estatuas de la Virgen María llorando lágrimas de sangre o las afirmaciones de la multiplicación milagrosa de pizzas y ñoquis. La Santa Sede quiere ahora mantener un equilibrio: por un lado, indica que no es posible reconocer "con certeza" tales fenómenos; por otro, quiere respetar la espiritualidad popular de los fieles que acuden a los lugares de las supuestas apariciones.

Con estas nuevas reglas, Roma también pretende recuperar el control de la evaluación de estos fenómenos: ya no será evaluada exclusivamente por los obispos locales. Ciertamente, este último siempre será responsable de las investigaciones preliminares, con la ayuda de "expertos" calificados, sobre los cuales el Vaticano insiste particularmente en que se consulte. Tendrán que enviar los resultados de este trabajo a Roma, donde el Dicasterio para la Doctrina de la Fe clasificará el fenómeno evaluado según una de las seis nuevas categorías. Y es esta decisión la que anunciará el obispo. Para Roma, se trata tanto de reforzar la autoridad de los líderes católicos presentes en el lugar, haciendo que la decisión sea incontestable, como de limitar la acción de los grupos de presión, a favor o en contra del reconocimiento de tal o cual fenómeno, a nivel local.

El cardenal Fernández anticipó que este cambio de lógica provocará "reacciones diversas", tanto en las "redes sociales", donde "todo el mundo es experto en todo", comentó con ironía, como entre los "teólogos". Sin embargo, también previó que las nuevas reglas finalmente llevarían a conclusiones del Vaticano sobre las apariciones de Medjugorje, lo que podría poner fin a una de las controversias más intensas que ha durado casi medio siglo.

 

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