Sra. Fátima Báñez García
Ministra de Empleo y Seguridad Social
Calle Agustín de Betancourt, 4
Madrid
Sra,
Recientemente y acompañando a la correspondiente
comunicación de la Secretaria
de Estado de la Seguridad Social
sobre la cuantía de mi pensión para 2014, he recibido en mi domicilio una carta
firmada por Ud. A la vista de este atrevimiento, me ha parecido oportuno y de
buena educación, responder a su carta, para puntualizar algunas afirmaciones contenidas
en ella, dado que parece desconocer o bien ocultar los efectos de la reforma de
pensiones llevada a cabo por Ud.
Nuestro sistema publico de seguridad social tiene sus
primeros basamentos jurídicos,
como no puede ser de otra manera, en nuestra Constitución, así en su art. 41 introduce el principio de protección a todos los ciudadanos ante situaciones de necesidad, así como el de SUFICIENCIA de la protección dispensada. Por ello el art. 50 de la Constitución encomienda a los poderes públicos “garantizar mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la SUFICIENCIA económica a los ciudadanos durante la tercera edad”.
como no puede ser de otra manera, en nuestra Constitución, así en su art. 41 introduce el principio de protección a todos los ciudadanos ante situaciones de necesidad, así como el de SUFICIENCIA de la protección dispensada. Por ello el art. 50 de la Constitución encomienda a los poderes públicos “garantizar mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la SUFICIENCIA económica a los ciudadanos durante la tercera edad”.
Pues bien, es este criterio de SUFICIENCIA el que ha
desaparecido del lenguaje político para ser sustituido por el perverso concepto
de “sostenibilidad”.
Así parece que uno de los logros mas importantes de una
sociedad desarrollada, como es el alargamiento de la esperanza de vida, se vea
como una desgracia que pone en riesgo la “sostenibilidad” de todo nuestro
sistema de pensiones. En este punto conviene recordar que nuestro sistema de
seguridad social es eminentemente contributivo y por tanto la evolución del
empleo (más empleo, más cotizantes) y sus características (empleo fijo y
salarios altos, mejores cotizaciones) es un factor más importante en épocas de
crisis económica como la que atravesamos, que las vinculadas al llamado
envejecimiento de la población.
Por tanto, es muy importante volver a recuperar el criterio
de SUFICIENCIA, dado que nuestra seguridad social se caracteriza por ser de baja
intensidad protectora. Cabe recordar en torno al 50% de la pensiones
contributivas se sitúan por debajo de 650 euros mensuales y que el 27,7% de la pensiones
tienen complemento a mínimo, porque no alcanzan la cuantía mínima de la pensión
del sistema, además de que actualmente hay 4,6 millones de hogares en España en
que su fuente principal de ingresos procede de las pensiones.
Pero si la introducción del concepto “factor de
sostenibilidad” en lugar del constitucional de SUFICIENCIA, ignora y oculta que
nuestro sistema de seguridad social solo garantiza una acción protectora de
baja intensidad, las cosas pueden empeorar para el futuro, colocando a una
buena parte de la ciudadanía de la tercera edad en riesgo de pobreza. En este
sentido y debido a su iniciativa política se ha procedido a modificar el Art.
48 del Texto Refundido de la Ley General
de la Seguridad Social,
que en su primer apartado regula la revalorización anual automática de las
pensiones, en función del correspondiente IPC previsto para dicho año, así como
su actualización en un pago único a los pensionistas en el supuesto de
desviaciones al alza respecto de dicha previsión.
Pues bien, su iniciativa política ha sustituido este
mecanismo por un nuevo “índice de revalorización” (un 0,25% para este año 2.014,
como puntualiza Vd. en su carta) que pretende ser un nuevo mecanismo automático
que permita la “adecuación” (léase: no subir las pensiones según el IPC) de las
cuentas publicas de la seguridad social, sin actuar sobre el numero de
cotizantes (es decir, aumentando el empleo). Este nuevo mecanismo promovido por
Ud. necesariamente produce una perdida de poder adquisitivo de las
pensiones en contextos de crisis económica como el actual, con el grave riesgo
de que no llegue a recuperarse en el futuro.
Y una ultima cuestión antes de terminar estas líneas. Dado
que la carta que he recibido firmada por Ud es genérica, la supongo idéntica a
la recibida por millones de pensionistas. Dada la completa ausencia de soporte
argumental alguno en las afirmaciones contenidas en ella, mas parece perseguir
una finalidad propagandística que informativa. Por tanto permítame el
atrevimiento de recordarle que los ministerios de AGIPROP fueron característicos
de los regimenes dictatoriales y siempre produjeron efectos contrarios a los
que pretendieron.
Atentamente.
Josu Frade Odriozola
Pensionista
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