Es posible otro afrontamiento de la crisis ministerial
PRIMERA PARTE
Jesús
Martínez Gordo
Son
constataciones comunes a las Iglesias europeas el aumento de las parroquias sin
sacerdote residente, el descenso y envejecimiento de sus presbiterios, la caída
de la práctica religiosa y sacramental, la creciente minorización sociológica
de la pertenencia eclesial, la movilidad de los fieles, la aparición del fin de
semana como tiempo de descanso y la emergencia de una cultura laica.
Hacia una iglesia minoritaria en una
sociedad crecientemente indiferente. La suma de todos estos datos arroja
una nueva situación sociológica marcada por la pérdida de la situación –hasta
el presente- hegemónica de la iglesia católica. Parece estar verificándose en
una buena medida el pronóstico que efectuara Y. M. Congar hace ya más de un
cuarto de siglo cuando sostuvo que se caminaba hacia una situación en la que la
Iglesia sería de nuevo minoritaria en un mundo crecientemente pagano o (lo que
viene a ser lo mismo) en un contexto sociocultural cada día más indiferente,
increyente, agnóstico, ateo o, como mucho, ocasionalmente practicante. La
pertenencia a la Iglesia va camino de ser una decisión minoritaria, a la vez
que más personal y responsable.