2. Reformar (refundar[1]) el sistema capitalista
Hasta hace poco, cuando se estudiaban las crisis económicas, el paradigma de éstas era la crisis de 1929, hasta la llegada de la crisis actual, que muchos consideran más grave y profunda que aquélla -más paradigmática, por tanto-. La crisis de 1929, como la actual, tuvo un inicio estrictamente financiero: el crak en la Bolsa de Nueva York, en octubre de 1929, y se prologó en la Gran Depresión de la economía productiva durante más de diez años.
Pues bien, la crisis del 29 sirvió para la refundación del sistema capitalista, mediante el reforzamiento de sus líneas más solidarias: por una parte, el keynesianismo, que sentó las bases de la necesaria intervención pública para poder corregir los desequilibrios de los mercados[2] y, por otra, el Estado de Bienestar, tan incómodo para las tendencias individualistas y liberalizadoras dominantes en la actualidad[3].
Complementariamente el fordismo, como modelo de producción, contribuyó, en cierta medida, a la dignificación de una clase trabajadora de amplia base, suficientemente retribuida (todo es relativo), si no por solidaridad, sí, al menos, como sostén necesario de la producción industrial[4]. Este modelo entró en crisis creciente desde la década de los 70: ¿Dónde están las grandes empresas o las grandes cadenas de producción, tipo Altos Hornos de Vizcaya... En la actualidad lo que se ha impuesto son las empresas productivas con intensificación del factor capital (máquina, tecnología,) sobre el factor trabajo y el recorte paulatino de los derechos laborales y el consiguiente aumento de la precariedad laboral.
Por encima de todos estos tecnicismos, conviene resaltar:
- Estamos en el momento adecuado para una nueva refundación del capitalismo.
- Las tendencias que se están imponiendo, tanto a nivel de pensamiento, como a nivel de ejecución, son las de recortar la dimensiónes más solidarias del capitalismo: las políticas anticíclicas: no deficit, precariedad laboral... y las políticas redistributivas: reducción del Estado de Bienestar, privatización de las prestaciones sociales...
- El liderazgo del cambio del sistema capitalista ha pasado de mano de los políticos, poco o mucho, pero en cualquier caso, sometidos al control de los votos, a manos de los tecnócratas de rostro anónimo e incontrolables políticamente.
Los presagios no son positivos, negativos más bien, lo que nos plantea retos y preguntas de responsabilidad: ¿Cómo es posible que la fe en el Dios de Jesús no haya generado una doctrina y una práctica sociopolítica más eficaz? ¿Dónde hemos estado los creyentes a la hora de repensar con competencia de los sistemas económicos? ¿Por qué tenemos buenos teólogos y economistas expertos en solidaridad tan escasos y poco relevantes?[5] ¿Hemos preferido defender a Dios que a los pobres? ¿Dónde está el valor transformador -la levadura- de las Universidades cristianas en la masa económica?[6] Peguntas especialmente comprometidas, habida cuenta que el pensamiento mundial sobre estas cuestiones se ha elaborado y se sigue elaborando principalísimamente en el mundo judío/cristiano. ¿Dónde están nuestros profetas en el mundo actual? ¿Los fomentamos? ¿Los perseguimos?
[1] A esto he querido referirme con “proclamar en año de gracia” del título: “El jubileo sabático o gran shabbat...(tenía como) objetivo la condonación de las deudas, exoneración, liberación, libertad.. es devolver toda propiedad enajenada a la familia a la que pertenecía originariamente”. CROSSAN, JD., o. c., p. 89. Lo podemos entender como una invitación (mandato) del Dios de la Biblia a intentar una y otra vez la regeneración del sistema económico que cercena las libertades de los seres humanos.--
[2] El Keynesianismo o economía keynesiana es una teoria económica propuesta por John Maynard Keynes, plasmada en su obra Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, publicada en 1936 como respuesta a la Gran Depresión de los años 1930.La economía keynesiana se centró en el análisis de las causas y consecuencias de las variaciones de la demanda agregada y sus relaciones con el nivel de empleo y de ingresos. El interés final de Keynes fue poder dotar a unas instituciones nacionales o internacionales de poder para controlar la economía en las épocas de recesión o crisis. Este control se ejercía mediante el gasto presupuestario del Estado, política que se llamó política fiscal. La justificación económica para actuar de esta manera, parte sobre todo, del efecto multiplicador que se produce ante un incremento en la demanda agregada.
[3] La noción de "Estado del Bienestar" tiene su origen en el año 1945, como consecuencia de la experiencia traumática de la crisis generalizada producto de la Gran Depresión, que se considera generalmente culminado en la Segunda Guerra Mundial. T.H. Marshall define Estado del Bienestar como una combinación especial de la democracia, el bienestar social y el capitalismo. De acuerdo a Claus Offe, es uno de los dos factores -junto a la existencia de partidos políticos masivos y en competencia- que hace posible la existencia del Capitalismo democrático o "Estado de Economía mixta". David Anisi sugirió que es un tipo pacto social en el que se estableció un reparto más equitativo de los beneficios y de la riqueza entre toda la población con objeto de evitar el malestar social que llevó a las sociedades europeas a la segunda guerra mundial. La expresión económica del Estado del Bienestar fue el pacto keynesiano que durante la postguerra pretendía un desarrollo económico equilibrado socialmente así como el pleno empleo”.
[4] Wikipendia: El término fordismo se refiere al modo de producción en cadena que llevó a la práctica Henry Ford; fabricante de automóviles de Estados Unidos. Este sistema comenzó con la producción del primer automóvil a partir de 1908- con una combinación y organización general del trabajo altamente especializada y reglamentada a través de cadenas de montaje, maquinaria especializada, salarios más elevados y un número elevado de trabajadores en plantilla y fue utilizado posteriormente en forma extensiva en la industria de numerosos países, hasta la década de los 70 del siglo XX (cuando fue reemplazada por el Toyotismo). El fordismo como modelo de producción resulta rentable siempre que el producto pueda venderse a un precio relativamente bajo en relación a los salarios promedio, generalmente en una economía desarrollada. Marques de Condorcet, Reflexions sur le comerse des blés (1776). “Al Tesoro siempre le rfesultará más barato mejorar la condición de los pobres parea que puedan comprar grano que bajar el precio del grano para ponerlo al alcance de los pobres” (donde se lee ‘grano’, hoy habría que leer, servicios sociales).
[5] No siempre ha sido así. El Derecho Internacional nació en las universidades de la Iglesia en España; la defensa de los indios en América fue liderada por los teólogos católicos. Es cierto que se trata de reivindicaciones de contenido más político que económico, pero lo cierto es que la Iglesia Católica asumió y sustentó durante siglos el liderazgo de la solidaridad en el mundo.
[6] Ver SOBRINO, J., “Inspiración cristiana de la Universidad ” en Universidad y sociedad, Universidad de Deusto 1988, p. 311-330.
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