jueves, 19 de septiembre de 2024

Murió García Mauriño, uno de los pilares principales de CpS

Fuente:   La Terca Utopía

Por   Luis Ángel

17/09/2024

 


Se nos fue otro de los grandes, y de los nuestros.

Mi amigo, hermano y camarada José Mª García Mauriño (Granada 1929-Horcajo de Santiago 2024), falleció ayer a la edad de noventa y cinco años, en el centro de mayores CONVIVIR (co-housing les llaman ahora). Una residencia que la JCCM tiene muy cerca de Tarancón.

Mañana día 18 de septiembre, allí en CONVIVIR, le harán una celebración a las 19:00h. También mañana, en Madrid, la Comunidad de Santo Tomás, hará lo propio y me dicen que los compañeros/as que quedan de Cristianos por el Socialismo, compartirán por zoom, un emotivo recuerdo de despedida.

Era una persona fundamental en Cristianos por el Socialismo (CpS) de cuyo movimiento fue cofundador junto a su amigo -y mío propio-, Jaume Botey fallecido en febrero de 2018. Descanse en Paz y ojalá que el testamento ideológico que nos dejó sea un faro en nuestras vidas.

En unas primeras palabras, yo señalaría casi los tres mismos aspectos que él dijo de su compañero Jaume, con quien co-dirigió CpS, como fundamentales de su personalidad:

1) Era un hombre creyente con una fe profunda y una confianza plena en la persona y el mensaje de Jesús de Nazaret.

2) Tenía una fina sensibilidad y una cercanía humana para con todos sus amigos.

3) Era un intelectual comprometido con la causa de la justicia y de los derechos humanos, que desarrollaba una intensa actividad, manifestada en sus múltiples publicaciones de libros, artículos, charlas, conferencias, etc.

 

Pequeña Biografía*

Formado en Andalucía, es destinado a las distintas Escuelas Profesionales de la SAFA llegando finalmente a Huelva en el año 1965. Desde entonces y hasta 1971 impulsará -como consiliario de la Vanguardia Obrera– su compromiso sindical y político. Como consecuencia de sus actividades en la V.O. y como cura obrero (será peón de una fábrica de Abengoa durante tres años) tendrá roces con las autoridades eclesiásticas y será también perseguido por la policía. En 1971 abandona Huelva y la Vanguardia.

En 1973 contribuirá a la fundación de Cristianos por el Socialismo, movimiento del que sigue siendo secretario general, aunque abandona la Compañía en 1980». Su salida de los Jesuitas le supuso también padecer la lacra del desempleo de aquellos años. Ello le obliga a trasladarse a Madrid, donde encuentra un puesto de trabajo como Profesor de filosofía y ética. Durante ese tiempo escribió innumerables fascículos de Historia de la Filosofía y comentarios de textos para sus alumnos de COU y otros de Ética para los alumnos de la Facultad de Derecho, Económicas y Empresariales de la Universidad de San Pablo CEU. La opción por los pobres ha sido el eje de su vida.

 

Cristianos por el Socialismo.

Cristianos por el socialismo (CPS) surge en los años setenta en el Chile de Allende. Es el momento de mayor crudeza de la llamada «Guerra Fría», interpretada en términos ideológicos como el antagonismo entre el «comunismo ateo» y la «civilización occidental cristiana». El 4 de septiembre de 1970, Salvador Allende logra una mayoría relativa, superando a Alessandri (candidato conservador, feroz anticomunista apoyado por la jerarquía de la iglesia católica y por ciertos sectores del Opus Dei), y se inicia así la construcción del socialismo por la vía democrática. En abril de 1971, un grupo de sacerdotes y cristianos que trabajaban en los sectores populares convocan las «Jornadas sobre la participación de los cristianos en la construcción del socialismo en Chile». En septiembre de ese mismo año nace el «secretariado sacerdotal Cristianos por el Socialismo» y en octubre el «secretariado educacional Cristianos por el Socialismo», abogando por la educación liberadora y la democratización de la escuela católica. La presentación internacional se realiza en el «Iº Encuentro Continental de Cristianos por el Socialismo», celebrado en Santiago de Chile en abril de 1972. De ahí se difunde por América Latina y Europa. En marzo de 1973, con el dictador Franco aún dando sus últimos zarpazos, se funda en España. Apenas seis meses después, el 11 de septiembre de 1973, el general Pinochet da un golpe de Estado alegando la defensa de la «civilización occidental cristina», ahogando en sangre el intento de socialismo y el movimiento cristiano que pretendía apoyarlo. ¿Nos puedes hablar de tu papel en la aparición de CPS en España y lo que os animaba en esos primeros años?

Fuí uno de los fundadores de CPS en España, junto con Josep Seguí, Salvador Pérez Chuecos, José María González Ruiz, Alfonso Carlos Comín, Juan García-Nieto y otros muchos. Gracias a la laboriosa convocatoria de Comín y García-Nieto, nos reunimos más de doscientas personas en el albergue juvenil de Calafell, cerca de Barcelona. Fueron unas circunstancias históricas -después del Concilio Vaticano II (1962-65) y la Conferencia Episcopal Latinoamericana en Medellín (1968) o los movimientos estudiantiles del 68- llenas de ilusión, renovadoras, con los ejemplos de América Latina, la revolución sandinista con los hermanos Cardenal, en el Salvador con Ellacuría y el obispo Oscar Romero. Y la imperturbable revolución cubana con Fidel Castro que visitó en 1971 a los de CPS chilenos.

Lo que buscábamos era el sentido profundo de la fe cristiana. Saber unir fe y compromiso político. Un compromiso con los de abajo, con las clases populares. Una práctica política y de fe que fuera transformadora de la realidad. Se trataba de un movimiento no de un nuevo partido. Tampoco pretendíamos crear una Iglesia paralela, popular. Nos sumamos, como un colectivo más, a las nacientes comunidades cristianas de base. Fuimos demonizados por la jerarquía de la iglesia católica que siempre nos acusaba de ser marxistas, ateos, revolucionarios. Y estuvimos en la clandestinidad durante el tiempo que duró la dictadura. Con la democracia muchos se alistaron en partidos políticos y dejaron CPS, otros siguieron firmes en sus compromisos pero el número decreció sensiblemente.

 

La Opción por los pobres.

“En los años 53-54, en plena formación jesuítica –decía el mismo en la breve biografía que le pidieron a sus 50 años-, me planteé qué es lo que quería hacer con mi vida. Y poco a poco fui perfilando lo que yo llamo mi “proyecto de vida”. Y lo empecé a diseñar a partir de lo que yo entiendo qué es la opción por los pobres» que la explico así:

1º) La Opción por los pobres (OP) es una opción ética, que busca ante todo la justicia. El mundo actual es un mundo injusto. Es una opción basada en el amor a los oprimidos que están injustamente oprimidos. Es una opción de clase. No se trata de un amor asistencial, proteccionista y paternalista, sino de un amor liberador, que es al mismo tiempo participativo, es decir, que reconoce a los pobres como sujetos capaces de decidir por sí mismos su propio destino. Participan en la vida como sujetos libres, no como dependientes. Se trata de la promoción de las personas y pueblos oprimidos como sujetos, no como objetos de compasión y de asistencia por parte de los poderosos.

2º) La OP es una opción crítica, no acepta este sistema capitalista que produce pobres y pobreza y miseria en la inmensa mayoría de la humanidad. Un sistema que constantemente genera sumisión, dependencia y esclavitud, a personas y pueblos enteros. Es, por tanto, una opción política anticapitalista y antiimperialista que se compromete a su liberación en el contexto histórico concreto del mundo y de España, en este siglo XXI.

3º) La OP hace una interpretación de la historia, de la realidad. Una interpretación que es subversiva. Es decir, hace una lectura de la historia, no a partir de la escala de valores tradicionales y vigente en la sociedad, como son los valores del dinero, del poder o del prestigio, sino desde abajo, desde los pobres y oprimidos, desde los valores de la libertad, la vida, la dignidad de todos los seres humanos. Significa un proceso de maduración personal y rebeldía contra la cultura dominante del sometimiento.

4º) Es una opción cristiana. ¿Qué añade lo cristiano a esta OP de tipo ético? Pues sencillamente que el fundamento de esta opción, además de la justicia, es la fe, es decir, la adhesión libre a la persona y al mensaje de Jesús de Nazaret. Y el mensaje de Jesús es subversivo, «Amaos… como yo os he amado». La nueva cultura no tiene como quicio sólo un mandamiento, una invitación, sino una persona. La opción definitiva de Jesús por los marginados y su compromiso por ellos como sujetos, supone un amor universal, y para ser verdaderamente universal no puede ser neutral. O es preferencial y discriminatorio o es ilusorio. Son los económicamente pobres, los samaritanos, leprosos, ciegos, los paralíticos, adúlteras, prostitutas, niños y niñas, etc. Son la mayoría de la humanidad. Jesús invierte la escala de valores. Su preferencia son los perdidos, los últimos, los que nadie quiere, los «don nadie». Se sitúa en una interpretación de la historia subversiva, no integradora en el sistema. Se puede decir que es un rebelde, un disidente. Es rebelarse contra una sumisión impuesta por el sistema político y religioso. Jesús es un educador popular, empeñado en concienciar a su pueblo y liberarlo de la servidumbre impuesta por la religión de los poderosos. Subvierte al pueblo, enseñando desde Galilea. Jesús es un inconformista y critica las culturas fundadas en el dominio del hombre por el hombre, no podía ser fiel al amor sin cuestionar la ideología y el sistema socio-religioso que justificaban la segregación. Conclusión: la OP cristiana es la opción por la inmensa mayoría de la humanidad sufriente. Es fundamentalmente una opción profana, laica, no religiosa. Siguiendo a Jesús tengo la convicción de que vale la pena jugarse la vida por esta causa. Hago mía esta sentencia de Jon Sobrino: «No hay opción por los pobres sin decisión a defenderlos. Y por lo tanto, sin una decisión a introducirse en el conflicto histórico. Esto no suele ser muy tenido en cuenta. Ni siquiera teóricamente. Pero, digámoslo una vez más: no hay opción por los pobres sin arriesgar».

 

Su bibliografía.

De sus más de 35 libros (que yo le conozca), y sin contar los innumerables artículos, de cuyo resumen se pueden ver algunos al final, destacaría tres momentos:

+ Uno, sus libros como profesor (“Historia de la Filosofía”, en 18 tomos, Comentarios a textos de filósofos como Sartre, Ortega y Gasset, Tomas de Aquino o Aristóteles, en 10 tomos, cuatro libros sobre Ética y Bioética, o su Pequeño diccionario de Filosofía)

+ Dos, sus libros más ideológicos, como “La Pobreza en España y sus causas”, el de “Educación para la ciudadanía”, “Otra Sociedad es posible” o el de “Estado laico, Iglesia Laica”, y

+Tres, sus más íntimos y autobiográficos en el además de las entrevistas que se mencionan al final, destacan “Una Fe subversiva: memorias de un creyente crítico” (En Nueva Utopía) y “Mi testamento espiritual” (Ediciones Fe Adulta) porque como el mismo decía: “Me considero un creyente crítico, y se puede decir que soy un heterodoxo, que vivo de mi pensión y no tengo ninguna propiedad. Hice una opción por los pobres y la llevo a cabo, como puedo».

 

Sus últimos años.

No en sus últimos, sino desde hace 50 años, su vida la hace en torno a las Comunidades Cristianas Populares (CCP) que es desde cuando yo le conozco. Muchos años de encuentros, de Jornadas, de Vacaciones comunitarias y de colaboraciones, como la del libro que escribimos Antonio Moreno de Sevilla y un servidor titulado “Relanzamiento de las CCP. Una alternativa para vivir la Fe”.

En 2015, y en otra gran entrevista de su amigo Santiago Álvarez, confiesa:

“Me siento muy a gusto conmigo mismo. Me considero un creyente crítico, y se puede decir que soy un heterodoxo, que vivo de mi pensión y que no tengo ninguna propiedad. Hice una opción por los pobres y la llevo a cabo lo mejor que puedo. Estoy divorciado y no me importan las excomuniones de la iglesia católica. A mis 86 años, en medio de mis carencias (veo mal, oigo peor) me siento feliz y contento con lo que tengo y con lo que no tengo. Como decía Unamuno, no quiero morirme, ni «quiero quererlo». Estoy reconciliado con el término «aceptación». Intento armonizar la «resistencia» con la «sumisión», como dice en su libro “Resistencia y  sumisión”, el teólogo protestante Dietrich Bonhoeffer. Soy consciente de que en la vida es necesario reconocer ambas melodías: a las fechas actuales de la «resistencia», marcada por la creatividad intelectual, el vigor espiritual y la deficiente salud física, suele suceder la «sumisión», bien conocida y reconocida por el declive de todo lo anterior. Son días de eclipse, de paulatino deterioro, de pasividad, de lenta e inexorable llegada del final. Un final, la muerte, que acepto, pero que no deseo que venga. Me gusta la escueta definición cristiana de la muerte que nos legó Karl Rahner: «Platz machen», hacer sitio a otros”.

Ya en 2019, a sus noventa años, publica lo que él llamó su “Testamento espiritual”, ya comentado. Un librito de 34 páginas cuyas primeras páginas, así como el de alguno de sus últimos escritos, reproducimos al final. Edad, bondad y rebeldía, son esas tres palabras con las que resumía José María dicho “Testamento espiritual”

Descanse en Paz, por fin.

 

Para saber más.

(*) De la Entrevista a José Mª García-Mauriño, realizada por Santiago Álvarez Cantalapiedra y publicada por Justicia y Paz de Tenerife el viernes, 19 de agosto de 2016 https://justiciaypaz-tenerife.blogspot.com/2016/08/entrevista-jose-m-garcia-maurino.html?m=1

 

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