A través de una carta anónima, acusan al prelado Jesús Sanz Montes, que el pasado viernes defendió a Luis Rubiales, de ser un "animador político-religioso de la ultraderecha". "Esta vez ha llegado al límite del hartazgo", se señala en la misiva.
Fuente: Público.es
Madrid
12/09/2023
Arzobispo Oviedo: Jesús Sanz Montes, en el centro de la imagen y con gafas, junto a otros prelados el pasado día 3 de agosto en Santiago de Compostela. — César Arxina / EUROPA PRESS
La homilía de Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo, durante la misa celebrada en Covadonga con motivo del Día de Asturias el pasado 8 de septiembre en la que clamó contra el aborto, la eutanasia, la Agenda 2030, los "ecolojetas" y defendió a Luis Rubiales por su beso no consentido a Jennifer Hermoso, ha terminado por colmar la paciencia de un grupo de curas asturianos.
En una carta anónima enviada al medio Religión Digitalpor uno de estos sacerdotes, se denuncia que el arzobispo de Oviedo se ha convertido en un "animador político-religioso de la ultraderecha".
En este sentido, no es ninguna novedad el descontento de una parte del clero asturiano con el arzobispo, quien desde hace ya bastante tiempo aprovecha el púlpito y cualquier tribuna pública para opinar sobre cuestiones políticas, siempre desde la parte más ultraderechista del tablero. Muchos sacerdotes asturianos consideran que las palabras del arzobispo Sanz Montes no representan la verdadera esencia y unidad de la Iglesia asturiana.
El anónimo firmante de la carta, que dice representar a muchos de sus colegas, lamenta "la campaña camorrista y panfletera que el Arzobispo lleva realizando todos estos años desde que llegó a la diócesis" y advierte: "Esta vez ha llegado al límite del hartazgo".
En la misiva, el autor pide la dimisión del arzobispo de Oviedo y denuncia también "su tren de vida". "Estamos hartos. Queremos que esta persona se vaya. Ya no nos representa. No es imagen de la Iglesia asturiana. No concilia, divide. No genera paz. Al contrario, nos escandaliza profundamente con sus palabras y su tren de vida".
La carta subraya que la problemática no radica únicamente en el arzobispo, sino también en "quienes en su responsabilidad, siendo conocedores de sus actuaciones, comportamientos y posicionamientos contrarios al Papa Francisco, mantienen a alguien así al frente de una diócesis".
El autor de la misiva también hace una llamada al cambio y a que Asturias tenga un líder espiritual que realmente ame y respete a su comunidad, y que en su partida, pueda dejar un legado de paz y bienestar para todas y todos.
El arzobispo es acusado de utilizar figuras y días sagrados para sus propios intereses personales, generando división y malestar en lugar de paz y cohesión. "Asturias se merece a un pastor que realmente ame a su rebaño, que respete a todos y sobre todo a sus sacerdotes. Con su marcha, la Paz que deje será nuestro Bien", concluye la carta.
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