Fuente: El Confidencial
09/09/2021
Presentan documental llamado “curas políticos” en el que acusan a varios religiosos de “intromisión” en la vida política
La maquinaria de propaganda de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo enfiló sus ataques contra varios sacerdotes nicaragüenses a los que acusan de “intromisión” en la vida política, entre ellos el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, y el padre Edwin Román, párroco de la iglesia San Miguel de Masaya.
“Los rostros de sacerdotes o curas religiosos que han ejercido su intromisión en la vida política, en países de América Latina y el Caribe, perfilan en diversos diarios o revistas, pese a no estar llamados a ser expertos en política, sino en evangelización”. Así inicia un documental producido por el portal propagandístico Juventud Presidente que poco a poco muestra imágenes de Álvarez, Báez y Román. A ellos los acusan de promover cambios de Gobierno e incluso golpes de Estado.
La campaña, que fue compartida por los ‘bots’ y simpatizantes de la dictadura, está a tono con el lenguaje de Ortega, quien —durante el acto del 37 aniversario de la Dirección de Operaciones Especiales (DOEP) de la Policía— tildó a los obispos de “terroristas de sotana” y “demonios de sotana” y los responsabilizó de ser los culpables de que no se levantarán tranques durante las protestas de 2018.
El documental afirma que “el respaldo político de los curas” hacia la oposición ha generado molestias en lo que califican como “sector mayoritario” de la población nicaragüense.
“Estos curas-políticos, aunque permanecen en la impunidad, ante las propias leyes de la Iglesia, han sido cuestionados por los mismos fieles y comunidades católicas de Nicaragua, siendo señalados no solo por su rol de activistas, sino también por desvirtuar el verdadero sentido de su misión evangelizadora”, menciona el video.
Los ataques incrementan
Los ataques en redes sociales de los fanáticos de la dictadura ocurren un día después de que la misma Murillo cargara contra los sacerdotes a quienes llamó “diablos visionarios de la maldad”.
“Algunos que ya sabemos quiénes son, se llamaban y llamaban a tocar las campanas para que saliera la gente a matar y morir, algunos que se creen sacrosantos, y se creen autoridad moral, y que se creen profetas cuando lo que han sido de verdad es visionarios de la maldad, diablo, como dice nuestro comandante Daniel (Ortega). Diablos, diabólicos que no sirven a Dios, que sirven a Satanás, todavía, a estas alturas de la vida”, manifestó en su discurso en los medios oficialistas.
El pasado 25 de agosto, Ortega se inventó un obispo para descalificar políticamente a la Iglesia católica, en una larga diatriba contra la institución con mayor credibilidad nacional que ejerce un liderazgo moral en el país, y que ha cuestionado de manera consistente desde hace años el irrespeto sistemático a los derechos humanos.
“Yo conocí cuando era un muchacho a esos señores obispos, porque incluso un tío-abuelo, Marco Antonio Ortega, fue el primer obispo de Nicaragua, ¿y cuál fue la primera hazaña de Marco Antonio, el obispo? Hacerse cómplice del sistema, del régimen”, afirmó el gobernante, quien posteriormente y de manera inmediata intentó corregir su lapsus.
“Recordando bien lo del tío-abuelo, el extremo, estaban aquí las tropas yanquis en Nicaragua, y él, monseñor Antonio Lezcano y Ortega, hermano de Marco Antonio, bueno, ahí están las fotos, quedaron las fotos de la vergüenza; el señor obispo bendiciendo a las tropas yanquis con todos los fusiles tendidos ahí. No había amor al prójimo, no estaba Cristo en sus prácticas”, agregó Ortega.
Obispos no han callado
El régimen mantiene una fuerte tercia con la Iglesia católica, cuyos ataques en su contra de parte del orteguismo se han agudizado desde que la Arquidiócesis de Managua emitió un pronunciamiento el 10 de agosto en cual advirtió que “no existen condiciones para unas elecciones democráticas” en Nicaragua.
La escalada de Ortega en contra de la Iglesia católica inició durante su comparecencia en el acto del 42 aniversario de la Fuerza Aérea, en el cual llamó “fariseos” a los sacerdotes que participaron como mediadores durante el fallido diálogo de 2018, con el fin de buscar poner fin a la sangrienta represión de la Policía y los paramilitares del régimen a las protestas ciudadanas de abril de ese año.
Los ataques motivaron reacciones de jerarcas católicos como el mismo cardenal Leopoldo Brenes, monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, y monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua.
El cardenal Brenes en una entrevista concedida a canal 12 de Televisión dijo que “la Iglesia no estaba para complacer los deseos de los políticos y que siempre ha asistido a los funerales de sus perseguidores”.
Por su parte, los obispos Álvarez y Báez señalaron este domingo que la Iglesia católica continuará denunciando las injusticias que se cometen regularmente en el país, a pesar de las “amenazas”, “calumnias” y “ataques”, de “los poderosos” que quisieran verlos como “perros mudos”. Por lo que advirtieron que la institución permanece “fiel a Dios” y sin “doblegarse” ante nadie.
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