lunes, 30 de diciembre de 2019

Mulleres Cristiás Galegas Exeria Navidad 2019


Documento de la Asoc. Mulleres Cristiás Galegas Exeria Navidad 2019

    La Asociación Mulleres Cristiás Galegas Exeria, con el apoyo de Asoc. Irimia, Asoc. Encrucillada, colectivo Agar y la Comunidad Cristiana Torrero III de Zaragoza, Col·lectiu de dones en l'Església per la paritat, Dones Creients, Mujeres y Teología de Sevilla, Cabra e Zaragoza, Red Miriam de espiritualidad ignaciana femenina,

nos dirigimos a la Iglesia gallega, y especialmente a su arzobispo y obispos, a raíz de las declaraciones de Francisco Rafael Gómez Canoura, párroco de Zas, para llamar su atención sobre lo que nos está preocupando en nuestra Iglesia Gallega.
    El objetivo de este documento es censurar unas palabras que atentan contra los Derechos Humanos, escritas por una persona concreta que se cree con derecho a poderlas decir, pero también denunciar el contexto eclesial que lo permite y no toma medidas enérgicas para erradicar este comportamiento. En nuestro horizonte está la búsqueda de una mejor Iglesia.
    No entendemos la permisividad por parte de la autoridad eclesiástica respecto de un cura que hace poco ha acabado su período de formación en el seminario, un cura que a día de hoy sigue celebrando y predicando en “sus” parroquias. Y la entendemos aún menos cuando lo comparamos con la dureza
con la que se tratan otras declaraciones y
situaciones que no atentan contra los Derechos Humanos como ésta, y en las que no se duda en cerrar la boca o condenar a personas y asociaciones.
    Vemos una gran distorsión respecto del tratamiento de las diferentes polémicas que se suscitan en el seno de nuestra Iglesia y esto nos lleva a hacer la siguiente reflexión que tiene como objetivo denunciar las actitudes que más nos interpelan como mujeres, como cristianas y como gallegas haciendo propuestas constructivas que nos ayuden a avanzar.

Dios es Madre
    Como mujeres, estamos sintiendo en ciertos sectores de nuestra Iglesia un aumento de la hostilidad hacia nosotras y la causa feminista, que no es otra que la igualdad de todos los hijos e hijas de Dios. Llevamos mucho tiempo reflexionando sobre esta cuestión, como bien ponen de manifiesto el documento Nós, as mulleres na Igrexa, de noviembre de 2010 y A violencia de xénero violencia contra as mulleres, de noviembre de 2012 y que pueden consultar en nuestra web www.exeria.org.
    Constatamos con tristeza el miedo y recelo que determinados sectores de la Iglesia nos siguen teniendo a nosotras, las mujeres, sus hermanas, miedo y recelo que se manifiesta en actitudes de rechazo cuando no de abierta misoginia. Creemos que puede ser debido a que la formación de los futuros sacerdotes está demasiado sesgada hacia lo masculino. Los curas deben conocer lo que pensamos las mujeres para aprender a valorar nuestros aportes a la vida eclesial. Se nota mucha falta de presencia femenina en la formación de los sacerdotes. En nuestra Iglesia contamos con mujeres bien preparadas, algunas doctoras en teología, otras ampliamente formadas en acompañamiento espiritual: mujeres que dirigen ejercicios espirituales e imparten clases de teología que deberían estar formando a nuestros futuros sacerdotes. No se puede apreciar lo que no se conoce.
    Como cristianas, vemos con preocupación cómo la Iglesia se está convirtiendo en la madriguera en la que se esconden ciertos sectores de opinión en los que se mueven personas que se niegan a tener entrañas de misericordia, que viven permanentemente en contra de todo lo que de bueno y generoso va teniendo la sociedad en sus cambios. La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, signo y sacramento de salvación, huella de Dios en el mundo. En el nombre de Dios, que hizo el cielo y la tierra, de su hijo Jesucristo, nacido de mujer, y del Espíritu que alienta la Iglesia no nos podemos permitir ser la institución en la que se refugien el odio, la intolerancia, la injusticia, la avaricia y el desamor.
    Notamos también el poco protagonismo que se les da a laicos y laicas, lo poco que se sigue apostando por formar un Pueblo de Dios adulto en la fe. Estamos viendo cómo cada día las personas laicas somos relegadas, infantilizadas o directamente excluidas de la acción pastoral, una acción pastoral a la que se nos convoca para elaborar documentos que luego son desactivados y olvidados en los cajones de los despachos. Sucedió con el Concilio Pastoral de Galicia y está pasando con las conclusiones de los Sínodos en nuestras Iglesias locales. Sentimos que se nos convoca a participar, pero realmente no se nos escucha.
    Como gallegas, sentimos el dolor de la tierra al ver la poca altura humana de ciertos sectores de la jerarquía de nuestra Iglesia, el escaso aprecio que le tiene a la cultura galega, cómo se resisten a utilizar el gallego y cómo incluso lo desprecian. Notamos actitudes más próximas a la prepotencia que al sentido eclesial y comunitario. Necesitamos un clero sin miedo a dialogar con la comunidad eclesial y con la cultura gallega, que sepa respetar las diferentes opciones de las personas, que sean animadores de auténtica y honda eclesialidad.
    Queremos pedir a toda la Iglesia gallega y especialmente a sus pastores: curas, obispos y arzobispo que renueven sus esfuerzos en la formación actualizada de los nuevos sacerdotes, que los preparen para no tener miedo de nosotras, las mujeres, ni del mundo plural en el que viven, para que sepan dar pasos seguros y decididos por la eclesialidad, caminando hacia la formación de comunidades vivas y adultas, responsables en su fe, sin miedo a las diferencias, acogedoras y misericordiosas, en diálogo con la cultura gallega, que sean semilla del Reino de Dios en nuestra tierra y en el mundo.
    Es tiempo de Navidad. Ojalá el niño que nace en Belén lo haga también en los corazones de todas las personas. Ojalá nuestros corazones de piedra se conviertan en entrañas de misericordia para poder seguir avanzando en la eclesialidad, la justicia y la paz.

Asoc. Mulleres Cristiás Galegas Exeria.


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