RESUCITADO
Título original: Risen. Dirección: Kevin Reynolds. País: USA. Año: 2016. Duración: 107 min. Género: Drama. Reparto: Joseph Fiennes, Tom Felton,
Peter Firth, Cliff Curtis, María Botto. Guion:
Kevin Reynolds y Paul Aiello. Música:
Roque Baños.
Los evangelios han sido la obra literaria
más veces llevada a la Historia del Cine. Tratados con estilos bien distintos,
la vida, pasión muerte y resurrección de Jesús han cautivado a cientos de
cineastas que, desde el cine mudo, han querido llevar a la pantalla la vida del
Hijo de Dios. “Resucitado” aporta una visión sugerente (si bien no original) de
la historia de Jesús: la custodia del cadáver y la posterior investigación de
su desaparición que tiene que llevar a cabo un descreído tribuno a las órdenes
de Poncio Pilato.
Clavius (Joseph Fiennes), un poderoso
militar romano y su nuevo ayudante, Lucius (Tom Felton), son asignados para
resolver el misterio sobre lo que le ocurrió a Jesús en los días posteriores a
su crucifixión. La profecía de la llegada de un Mesías liberador y la
resurrección que el crucificado había anunciado de sí mismo antes de morir,
llenan de preocupación a Pilatos. Sorprendentemente el cadáver desaparece en
circunstancias misteriosas y comienza una intensa investigación y persecución
de los seguidores de Cristo.
Estamos ante una película honesta que se
acerca al misterio de Cristo con un respeto extraordinario. El tono policiaco
de la primera parte consigue interesar al espectador que se ve metido en una
investigación frenética en la que los acontecimientos, los interrogatorios y la
búsqueda se suceden vertiginosamente. El realismo de las batallas, las
crucifixiones, las exhumaciones de cadáveres están francamente bien resueltos.
Conforme Clavius va acercándose al Misterio con mayúsculas, su vida empieza a
cambiar y a poner en tela de juicio sus concepciones religiosas. Todo adquiere
un giro inesperado cuando el tribuno da con la comunidad apostólica. La vida de
esos seguidores de Jesús llenará de interrogantes de vida del perseguidor
romano.
Hay en el film dos partes bien
diferenciadas, la primera tiene un tono casi policiaco donde abundan los
recursos del género: persecuciones, detenciones, interrogatorios, aparición de
nuevos sospechosos…toda esta primera parte está hábilmente resuelta por la
profesionalidad de Kevin Reynolds. La
segunda parte, el encuentro de Clavius con los cristianos, es bien distinta; el
film se ralentiza, adquiere otro tono y, en cierto modo, se desentiende de lo
visto hasta entonces.
Es en esta segunda parte donde aparece el
gran inconveniente de la película: los evangelios no son una vida de Jesús,
sino una catequesis de la comunidad cristiana que expresó lo que había supuesto
en su historia la vida de Jesús. Querer traducir literalmente los textos
evangélicos a la pantalla tiene muchos problemas. Los relatos de la
resurrección son teológicos, no biográficos. La presencia de Jesús en medio de
la comunidad es presentada en el film como un milagro lleno de magia, no como
una experiencia de fe. Jesús resucitado aparece y desaparece, incluso cura a un
leproso ante los ojos de los apóstoles que avisan al tribuno para que se
preparé a ver un nuevo prodigio del maestro. En todas estas secuencia el film
chirría al querer hacer una copia casi caligráfica en imágenes de lo que son
narraciones hechas desde la fe años después de que se vivieran. La escena de la
Ascensión, por ejemplo, tiene más de ciencia ficción que de experiencia
mística.
Y es que no se puede fotografiar el
Misterio, se puede únicamente reflejar pálidamente sugiriendo más que mostrando,
animando a que el espectador se haga preguntas más que mostrándoles las
respuestas.
Donde el film acierta plenamente es en
mostrar la transformación del corazón del violento tribuno; de ser un hombre
sin escrúpulos ni piedad pasará a ser un caminante, un buscador, que abandona
su vida pasada porque se ha sentido amado y perdonado.
Recomendable e interesante este
acercamiento desde el péplum tradicional a la figura del resucitado.
Bienvenidas sean estas obras cinematográficas que siguen devolviendo la figura
de Cristo a la pantalla y siguen mostrando el rostro más hermoso del Misterio,
de un Misterio que no se puede entender sólo desde la razón fría sino desde la
pasión del amor.
Josan Montull
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