domingo, 18 de noviembre de 2012

En el Vaticano se celebra la “normalidad” tridentina a los cinco años de la “Summorum Pontificum”

 Giampaolo Petrucci
36923.  Roma-Adista


Que la reforma litúrgica, activada con “Sacrosantum Concilium” hace cinco décadas, había creado no poco dolores de tripas en los sectores tradicionalistas de la Iglesia de Roma era algo sobradamente conocido. En aquel entonces, se trató de daños colaterales, bastante tolerables, provocados por el paso adelante que daba aquella Constitución conciliar en el modo de “decir misa” y en la participación de los fieles laicos.

Driblando a amplísimos sectores del clero romano, que saludaron con alegría la reforma litúrgica, el Papa Ratzinger dio un duro golpe a dicha reforma hace cinco años con el motu propio “Summorum Pontificum”. Y lo hizo repescando del fondo de la historia el viejo misal de la celebración según el ritual tridentino. Una clara señal de los nuevos aires políticos que corren por el Vaticano y un claro signo de su alianza con el universo tradicionalista y anti-conciliar; por cierto, más ruidoso que numéricamente importante, de difícil trato y óptimo aliado en la cruzada contra la secularización.

La peregrinación, el agradecimiento

Quizás, por ello, no es un simple hecho fortuito que la “peregrinación internacional de las asociaciones, grupos y movimientos pro ‘Summorum Pontificum’” en agradecimiento a Dios y al Papa por la misa preconciliar con el título “A una con nuestro Papa” (1-3 de noviembre, unacumpapanostro.wordpress.com) haya celebrado el quinto año del “motu proprio” haciéndolo coincidir con la apertura del año de la Fe, a pocos días de la clausura del Sínodo de los obispos sobre la Nueva Evangelización y, sobre todo, en el momento cumbre de las ceremonias eclesiales por el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II.

El encuentro -que el 3 de noviembre ha congregado a peregrinos tradicionalistas de todo el mundo en oración a lo largo de calle de la Conciliación- concluyó con la celebración en la basílica de San Pedro, presidida por el card. Antonio Cañizares Llovera (prefecto de la Congregación por el Culto Divino).

Unos días antes, en una entrevista concedida al portal “Vatican Insider”, el prefecto comentó haber aceptado de buena gana celebrar la “misa”, “porque es un modo para hacer comprender lo normal que es el empleo del misal de 1962”. “La Congregación a la que el Papa me ha llamado para ser prefecto no tiene nada en contra de la liturgia antigua, aunque la tarea propia de nuestro ministerio sea (…) transitar en la senda del Concilio Vaticano II”.

Los partidarios del ritual preconciliar no son, según el cardenal, “solo unos pocos fieles que viven la nostalgia del latín”: es preciso, ha concluido, “profundizar el sentido de la liturgia. Todos somos Iglesia, todos vivimos la misma comunión. El Papa Benedicto XVI lo ha explicado muy bien al recordar, con ocasión del primer aniversario del “motu proprio”, que “nadie está de sobra en la Iglesia”.

Cordiales saludos de parte del Papa

“Su Santidad, el Papa Benedicto XVI, saluda cordialmente a todos los participantes, asegurándoles su ferviente oración”, ha escrito el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, en un mensaje a los peregrinos. “Mediante este ‘motu proprio’, el Santo Padre ha querido dar una respuesta a los fieles vinculados a las formas litúrgicas precedentes”. En efecto, continúa, “es bueno conservar las riquezas que han surgido en la fe y en la oración de la Iglesia y dotarlas de un adecuado espacio, reconociendo plenamente el valor y la santidad de la forma ordinaria del ritual romano”.

Tradicionalistas, sin pelos en la lengua

No hay grandes sorpresas en los comentarios que se han vertido en los sitios tradicionalistas sobre el encuentro.

¡Según el blog sobre la Tradición ‘Católica’ Cordialiter (5/11), “la peregrinación ha sido un éxito clamoroso”!

“Hasta hace unas semanas, muy pocos habrían apostado por su éxito. Más aún. Un fracaso estrepitoso habría sido desastroso para el movimiento tradicionalista ya que los modernistas habrían tenido una ocasión imperdonable para pintarnos como ‘cuatro gatos’ que solo meten ruido. Y, sin embargo, se han presentado en el centro de la cristiandad millares de valientes leones dispuestos a combatir sin tregua la batalla de la fe”.

“A partir de ahora la ‘Línea Maginot’ modernista se ha desfondado, y a las antiguas y aplastadas tropas progresistas no les queda otra salida que golpear a ciegas en su ruinosa retirada”, se afirma en el blog.

Y todavía más: “las esperanzas que ayer parecieron locos sueños, son hoy realidad. ¿Qué nos espera en el futuro? ¿Algún día la Misa tridentina será celebrada en el altar de Bernini?”. “La batalla no está solo en el frente litúrgico, sino en todos los frentes de la vida cristiana. Hay que cargarse la ‘revolución cultural’ que ha desfigurado la imagen del catolicismo”.

Damos gracias a Dios “por estos primeros cinco años de renacimiento espiritual propiciado por el motu propio ‘Summorum Pontificum’”, se lee también en el sitio Messainlatino.it (4/11), que, seguidamente, se pregunta: “en los muchos momentos de desaliento, cuando nos sentimos objetivamente solos, pero no lo estamos, en nuestras santas batallas contra las oleadas del tsunami de las banalidades litúrgicas, siempre tenemos que hacernos esta pregunta: “¿Cómo estábamos antes del motu propio “Summorum Pontificum”?

La peregrinación de ayer, que nos ha permitido rogar todos juntos en la basílica papal de San Pedro, ha sido una primera respuesta a muchos de los angustiosos interrogantes que se asoman en nuestro corazón y que gritan “a una con nuestro Papa”. Al mismo tiempo, es el último estímulo para continuar en nuestro diario “Via crucis” en nombre y en fidelidad al Magisterio inmutable de la Iglesia”.

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