Es algo sabido que el obispo de Donostia, José
Ignacio Munilla, nombrado hace dos años por Joseph Aloisius Ratzinger,
también conocido como Benedicto XVI, a propuesta del ultra Rouco Varela,
no goza de la simpatía de sus feligreses. Pero en la derechona española
están felices con él. Si no, que se lo pregunten a Iñaki Ezkerra -que
lleva su cruz en el apellido-, quien ayer en «La Razón»
hablaba del «cambio en la Iglesia oficial vasca», que a su juicio
consiste «más que en un posicionamiento rotundo contra ETA y a favor de
las víctimas del terrorismo, en un silencio discreto y ciertamente
saludable, en contraste con los memorables disparates de Setién y
Uriarte». Se ve que no era partidario de ellos.
Pero cuidado, que el columnista más derechoso de Bilbo tampoco las tiene todas consigo, y le marca el camino al obispo. Por si acaso: «Lo que ha intentado Munilla es avanzar en el amparo social a las víctimas sin crear fricciones con el mundo nacionalista, es decir, actuar muy `políticamente' y `despolitizadamente' por lo tanto. Ahora es Munilla quien anuncia una pastoral de los obispos vascos que, por un lado, nos presenta como un paso al frente en el reconocimiento a quienes han sufrido directamente la violencia terrorista, pero insistiendo, por otro lado, en unos términos -paz, diálogo, reconciliación...- que remiten a la teoría del conflicto, la guerra, los dos bandos, la negociación y el llamado `Tercer Espacio'. Esperemos que sea una falsa impresión mediática». Está claro que a Ezkerra no le gusta que se hable de paz, diálogo y reconciliación. Y por descarte, está claro qué es lo que sí le gusta.
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Eskerrik asko.