jueves, 2 de mayo de 2024

Francisco contesta a una monja que le reprocha su concepción de la 'ideología de género'

El Papa le dice a Jeannine Gramick: las personas trans "deben ser aceptadas e integradas en la sociedad"

Fuente:   Religión Digital

Por   José Manuel Vidal

02/05/2024


Papa Francisco y Jeannine Gramick

"Estoy muy triste desde el 8 de abril de 2024, cuando el Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano promulgó Dignitas Infinita, la Declaración sobre la Dignidad Humana. He sentido el inmenso dolor existente entre las personas LGBTQ y sus familiares y amigos. Este documento expone muchas verdades hermosas y esenciales, pero la sección sobre Teoría de Género, que condena la 'ideología de género', está perjudicando a las personas transgénero que amo". Así escribía al Papa la religiosa estadounidense Jeannine Gramick, responsable de un grupo católicos de apoyo a personas LGTBI. Y el Papa Francisco le contestó, según cuenta National Catholic Reporter.

 

La contestación del Papa

"La ideología de género es algo más que las personas homosexuales o transexuales. La ideología de género iguala a todos sin respetar la historia personal. Entiendo la preocupación por ese párrafo de Dignitas Infinita, pero no se refiere a personas transgénero sino a la ideología de género, que anula las diferencias. Las personas transgénero deben ser aceptadas e integradas en la sociedad".

Además, el Papa le sugiere a la religiosa que leyese una novela de Robert Hugh Benson, titulada El señor del mundo, que, a su juicio, describe "este movimiento de cancelación de diferencias", en un mundo donde el secularismo impío se impone a quienes creen en la moralidad tradicional. 

El Papa Francisco llama a esta supresión de las diferencias "colonización ideológica" y cree que la "ideología de género" es un ejemplo de ello porque no se respetan las diferencias entre las personas. 

La religiosa le vuelve a escribir al Papa, diciéndole que, en Estados Unidos (y en otras partes del mundo), "ideología de género" tiene un significado diferente al que él utiliza. No significa anular o no respetar las diferencias, sino todo lo contrario. Y la monja se pregunta: "¿Cómo se debe sentir vivir en un cuerpo con una identidad contraria a cómo crees que Dios te creó en tu alma?"

Según la hermana Gramick, "las personas transgénero no deciden sin motivo que su identidad de género difiere de su apariencia corporal. Toman esta decisión después de un profundo examen de conciencia, reflexión, angustia y dolor. La Iglesia debe ayudar a eliminar el dolor, para que la persona pueda volverse una en mente y cuerpo, como Dios quiere".

Y la activista americana concluye: "Sigo teniendo esperanza. Espero que miles (no, millones) de católicos que aman a sus familiares y amigos transgénero le digan a sus seres queridos, a sus párrocos, a sus obispos y a todos los que quieran escuchar que el Papa Francisco quiere que las personas transgénero sean 'aceptadas e integradas en la sociedad'".

 

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