sábado, 27 de diciembre de 2025

El médico de Granada que llama al boicot contra una farmacéutica israelí: "Me denunciaron como un ejercicio de intimidación"

160 organizaciones respaldaron a Pablo Simón, que reflexiona: "Hay una campaña para intentar acallar cualquier tipo de actuación pública que incida en determinados aspectos" del genocidio en Gaza.

Fuente:   Público

Por   Raúl Bocanegra

Sevilla-

 

Simón forma parte de la red internacional Health workers for Palestine, que a su vez está adherida en España al colectivo Sanitarios con Palestina. Esta red, entre otras acciones promueve campañas de BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) centradas en el ámbito sanitario. 

En la puerta del despacho de Pablo Simón, médico de Atención Primaria en el consultorio de Chauchina (Granada), cuelga desde hace más de un año un cartel que reza de esta manera: "¡Que tu farmacéutico no dispense estas marcas! Porque sirven para financiar el genocidio en Gaza. Rechaza Teva". 

Simón forma parte de la red internacional Health workers for Palestine, que a su vez está adherida en España al colectivo Sanitarios con Palestina. Esta red, entre otras acciones promueve campañas de BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) centradas en el ámbito sanitario. 

El caso de Simón no es en efecto aislado. Diferentes colectivos de profesionales españoles han reclamado a las administraciones sanitarias que buscaran alternativas a esta compañíaAsí lo hicieron, por ejemplo, 400 sanitarios en una carta al Gobierno de la Comunidad de Madrid. El propio Gobierno de Asturias también ha dejado de comprar medicamentos a la empresa, renunciando a la prórroga de los contratos.

Esta empresa, fundada en Jerusalén, que hoy es la mayor fabricante de genéricos del mundo, ha sido señalada por organizaciones como Who Profits por aprovechar la ocupación y el bloqueo de los territorios palestinos para expandir su negocio. 

Simón fue denunciado al Colegio de Médicos de Granada por la llamada Comisión Sanitaria contra el Antisemitismo. El Colegio desestimó posteriormente la queja, a finales de noviembre pasado, por considerar que los hechos que se describían en ella no atentaban "contra la normativa deontológica ni estatutaria", según se recoge en la resolución. 

La denuncia ante el Colegio de Médicos decía que Simón estaba "instruyendo a la farmacia desde la receta de los pacientes para que no se dispensen ni se adquieran productos de laboratorios de origen israelí o considerados pro-Israel", algo que en efecto hace como parte de la campaña BDS en la que participa. "Prescribimos por principio activo. Es el farmacéutico quien decide qué marca les da; yo les ponía un mensaje, que decía: dar cualquier otra marca que estime oportuna", explica a Público. El mensaje le salta al farmacéutico cuando el paciente va a por las medicinas y pasa su tarjeta sanitaria.

Los denunciantes acusaban por ello, según el escrito enviado al Colegio de Médicos, a Simón de "discriminación" ideológica y comercial y de transgredir la "neutralidad", además de "promover un clima que envenena la sociedad y promueve la intolerancia" y también de actuar de forma "ajena al deber médico y contraria a la ética profesional". Además, se señalaba en la denuncia que la actitud podía ser constitutiva de un delito de odio por antisemitismo. "Eran acusaciones graves", resume Simón.

"En un momento en el cual el mensaje oficial es que ya hay un alto el fuego en Gaza, una de las cosas que impone el plan de Trump es el silencio. Hay una campaña para intentar acallar cualquier tipo de actuación pública que incida en determinados aspectos. Una es la campaña Teva y me han cogido a mí como escarmiento, para decir, 'esto es lo que os puede pasar'. Era un ejercicio de intimidación", reflexiona en conversación con Público. "El objetivo de mi imputación era acallarnos", resume.    

La denuncia generó una fuerte ola de solidaridad y de afecto hacia el médico de familia granadino. Más de 160 organizaciones, de todo tipo, incluidas partidos políticos, se adhirieron en pocas horas a una carta que la ONG Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) envió al Colegio de Médicos, en el que se le planteaba que protegiera el "derecho a la libertad de conciencia" y garantizara "la integridad, honor y autonomía profesional" de Simón. A las puertas de su centro de salud también se convocó una manifestación en su defensa. 

Para esas 160 organizaciones la denuncia formaba "parte de una estrategia destinada a condicionar la libertad de prescripción y el criterio clínico del profesional, sustituyendo la autonomía médica por un marco de vigilancia ideológica ajeno a la práctica sanitaria". La acusación, exponía la APDHA, "pretende trasladar al ámbito clínico un conflicto geopolítico y presionar al Colegio de Médicos para sancionar una actuación que se fundamenta precisamente en principios éticos y deontológicos. Esta tentativa de fiscalización ideológica del ejercicio clínico supone un grave precedente y amenaza directamente la independencia profesional".

"La presión social ha sido definitiva. La sensación de indefensión ha sido total. Si no hubiera habido la presión social que ha habido, posiblemente hubieran dado un paso más. La organización social es clave ante cualquier conflicto como este y por supuesto en la lucha contra el genocidio en Gaza. O la población se organiza o al final prevalecen los intereses de las élites", considera Simón.    

Para APDHA, "los apoyos recibidos reflejan la amplia legitimidad social y profesional de una práctica habitual en el ámbito sanitario internacional: negarse a colaborar, aun indirectamente, con estructuras económicas vinculadas a graves violaciones del Derecho Internacional Humanitario".

"El apoyo ha sido muy importante. Focalizarnos en un movimiento BDS permite concentrar la energía. Y esto implica a la ciudadania porque esto es algo simple: 'deme usted otra cosa'. Este tipo de acciones genera más conciencia y cada uno puede aportar su granito de arena", expone Simón. 

Simón, además de médico de familia, fue profesor de Ética en la Escuela de Salud Pública de Granada y lleva mucho tiempo en el mundo social y en el activismo. "Una vez que pasó la etapa de crecimiento de mis hijos, sobre todo después de Lesbos, en el año 2015", afirma. "A partir de ahí, ya empecé a trabajar con Médicos del Mundo, poblaciones marginales y deprimidas. Y en el tema de la lucha palestina llevo desde siempre colaborando". "El objetivo es acabar con el genocidio. El hambre sigue, el agua, las inundaciones, el frío, la ayuda sigue sin entrar, el plan de paz es una farsa y es una vergüenza", remacha Simón. 

 

Raúl Bocanegra

Redactor de Público en Andalucía desde abril de 2018. Profesor colaborador de redacción periodística en la UOC. Licenciado en Derecho y máster en periodismo por la UAM/El País. Le gusta el baloncesto y leer. Cuando tiene tiempo, escribe. Es autor del relato Río Tuerto. Lo puedes localizar en el correo rbocanegra@publico.es.

 

 

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