Mal menor y bien común

Fuente:   SettimanaNews

Por:   Giuseppe Lorizio

17/09/2024

 

Ante el dilema sobre la elección política y electoral entre un partido y un candidato que se declara a favor de la legislación sobre el aborto y un opositor que, en cambio, cree que hay que rechazar a los inmigrantes, en el diálogo con los periodistas que regresan de su reciente viaje a Extremo Oriente, el Papa Francisco invitó a decidir en conciencia por el "mal menor".

La cuestión es dramática para el creyente, precisamente porque ambas posiciones - dijo el Papa - se revelan contra la vida. La tentación de no participar en la votación, debido a que no existe ningún partido que pueda representar plenamente las posiciones católicas, puede ser fuerte y constituir un atajo de acceso fácil y conveniente.

Se entiende también que, si bien la cuestión surgió durante la actual campaña electoral estadounidense, también concierne a los votantes fieles de nuestro país y de nuestra Europa.

Por tanto, descartada la posibilidad de abstención, incluso el teólogo no puede dejar de preguntarse cuál podría ser el mal menor y no creo que pueda evitar ofrecer su propia contribución, incluso pública, al discernimiento. De lo contrario, fracasaría en su misión de intelectual y en su implicación en la Iglesia y en la sociedad.

 

Interrupción del embarazo

La siguiente reflexión nació con esta intención y pertenece a la opinión, que intentaré documentar, del escritor, con la intención de que pueda ser de ayuda en las elecciones personales de cada uno, incluso tal vez sólo como una prueba de fuego para optar de manera diferente.

Incluso en el horizonte del rechazo a la vida que une las dos perspectivas mencionadas, me parece útil comprender la diferencia respecto de que la despenalización de la interrupción del embarazo no obliga a nadie a recurrir a ella. Sería una legislación permisiva, pero no coercitiva.

Lo que nos lleva a considerar que como comunidad creyente -en alianza con quienes comparten nuestro horizonte antropológico- tenemos que habitar -en una sociedad pluralista- el espacio de la formación de las conciencias, para que lleguen a decisiones coherentes con la vida. Un compromiso significativo que, a nivel político, debería expresarse, en los foros adecuados, en el rechazo a considerar el aborto como un "derecho", ya que el derecho no puede basarse en la muerte.

Otra cosa es la despenalización de quienes, a menudo en circunstancias dramáticas, han tomado esta decisión y la posibilidad de que no produzca más mortalidad ni atentados contra la salud de la persona.

 

Devolución de migrantes

Frente a esta perspectiva "permisiva", el rechazo de los inmigrantes adopta una forma coercitiva, altamente perjudicial para la vida y la dignidad de la persona. En la campaña electoral estadounidense se utilizó el terrible término "deportación".

Aunque los flujos migratorios deben realizarse lo más legalmente posible, la negativa a realizar salvamentos en el mar, el desvío de embarcaciones a puertos alejados de los más fáciles de alcanzar, el rechazo o la detención de inmigrantes en estructuras muy similares a las cárceles, asumen la cara de imposición y por tanto debe ser rechazada por el ciudadano creyente.

Estas opciones no dejan lugar a elecciones individuales ni a la formación de conciencias acogedoras, porque son responsabilidad de quienes detentan el poder político. Desde esta perspectiva, el individuo no puede hacer nada para contrarrestarlo más que evitar votar por quienes persiguen estos objetivos.

La conciencia creyente y teológica del escritor identifica, por tanto, el mal menor, con las razones dadas, exponiéndose a la comparación y al diálogo con quienes no comparten esta opinión, que no homogeneiza las dos diferentes posiciones políticas, poniéndolas al mismo nivel, pero, precisamente porque cree que hay que elegir y votar, se compromete a buscar las razones de su elección electoral en el caso de su propio país, que es comprensivo con respecto a otros.

La referencia del Papa Francisco a la "conciencia" es, por tanto, fundamental a la hora de tomar decisiones importantes para el futuro de las personas y de la sociedad y esperamos que todos escuchen esta voz interior iluminada por la razón y la Palabra.