lunes, 15 de julio de 2024

 Sínodo: Cuatro grandes reformas de gobierno tomadas en consideración por el Vaticano

El Vaticano ha dado a conocer el 9 de julio el "instrumento de trabajo" para el Sínodo sobre la Sinodalidad. El documento, de aproximadamente 30 páginas, revela cambios significativos en los procesos internos de toma de decisiones de la Iglesia Católica.

Fuente : La Croix International

Por    Loup Besmond de Senneville

10/07/2024 (Europa\Roma)


Una imagen proporcionada por Vatican Media muestra al Papa Francisco asistiendo a la 16ª Congregación General durante la Asamblea del Sínodo de los Obispos, Ciudad del Vaticano, el 23 de octubre de 2023. (Foto de EPA-EFE/ VATICAN MEDIA/ MaxPPP)

¿Acaso la montaña que acabará dando a luz un ratón? Mientras algunos temen esto, el Vaticano ha publicado un documento decisivo el 9 de julio para la continuación del Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad. Los miembros de este proceso, iniciado en 2021, se reunirán en Roma el próximo mes de octubre.

Detrás de un contenido denso y algo técnico, las 30 páginas del Instrumentum Laboris (en latín, "instrumento de trabajo") se centran en cuestiones de gobernanza. En marzo, se crearon diez grupos de trabajo para dejar de lado las cuestiones más publicitadas (diaconado femenino, acogida de homosexuales, celibato).

A lo largo de sus 111 párrafos, el documento enfatiza la importancia de repensar la toma de decisiones dentro de la Iglesia Católica, alentando una mayor participación de todos los fieles, pero sin alterar la autoridad de los obispos. La idea no es abolir la pirámide jerárquica, sino aplanarla un poco, acercando la parte superior a la base.



Cuatro reformas propuestas

Primer punto: El documento promueve una mayor participación de las mujeres en la vida de la iglesia. Condenando una cultura a veces "machista", la secretaría general del Sínodo recomienda "una mayor participación de las mujeres en los procesos de discernimiento eclesial". También pide que las mujeres tengan acceso a "puestos de responsabilidad" en diócesis, seminarios y centros de formación y roles como "jueces en procesos canónicos".

Segundo punto: El Vaticano está considerando el desarrollo de "ministerios laicos". Esta posibilidad, ya abierta por el Concilio Vaticano II e ilustrada en los últimos años por la creación de ministerios de catequistas, lectores y acólitos, no debe estar necesariamente ligada al "ámbito litúrgico". Se recomienda crear un "ministerio de la escucha y el acompañamiento" para escuchar y atender a personas que "por diferentes motivos, están o se sienten excluidas o al margen de la comunidad eclesial".

El documento subraya repetidamente la dimensión inclusiva de la Iglesia y considera que los laicos pueden "contribuir a la predicación de la Palabra de Dios, incluso durante la celebración de la Eucaristía". Este desarrollo de los ministerios laicos ayudaría a aliviar la carga de trabajo que sienten muchos sacerdotes. Roma promueve "una nueva forma de pensar y organizar la acción pastoral", que lleva a una "redistribución de tareas" entre sacerdotes y laicos.



Transparencia

Tercer punto: La iglesia debe repensar su proceso de toma de decisiones. La identidad del decisor permanece inalterada: siempre será el obispo de la zona. Sin embargo, "en una Iglesia sinodal", "el ejercicio de la autoridad no consiste en la imposición de una voluntad arbitraria, sino que constituye una fuerza moderadora en la búsqueda común de lo que el Espíritu requiere, como ministerio al servicio de la unidad del Pueblo de Dios", afirma el documento.

En este sentido, el "discernimiento", que es particularmente importante en la espiritualidad jesuita, es central en el documento (la palabra aparece 50 veces). Las diócesis deben establecer procesos de consulta más sólidos que los que existen actualmente. El texto abre notablemente la posibilidad de que se elijan miembros de varios "consejos" (parroquiales o diocesanos), como ya ocurre en algunos países como Italia.

Cuarto punto: La última reforma a considerar es el establecimiento de la transparencia en las decisiones tomadas por la jerarquía eclesiástica. Esto es necesario debido a "la pérdida de credibilidad a causa de los escándalos financieros y, más aún, a los abusos sexuales y otros abusos a menores y personas vulnerables". "La falta de transparencia y rendición de cuentas alimenta el clericalismo, que se basa en la suposición implícita de que los ministros ordenados no son responsables ante nadie por el ejercicio de la autoridad que les ha sido conferida", destaca el documento.

Para hacer frente a esto, las diócesis deberían, por ejemplo, informar de sus decisiones financiera y pastoral a través de una "declaración anual sobre el desempeño de la misión, que incluya una ilustración de las iniciativas emprendidas en el ámbito de la salvaguardia (protección de menores y personas vulnerables) y la promoción del acceso de las mujeres a puestos de autoridad y su participación en los procesos de toma y toma de decisiones". Este cambio de lógica será decidido por los padres y madres sinodales, que se reunirán en Roma a partir del 2 de octubre.

 

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