miércoles, 20 de marzo de 2024

"¿Nuestra Iglesia, a través de Cope y Trece, nos acerca al Evangelio o a una ideología política determinada?"

"El nuevo presidente de la CEE tendrá que escoger hoja de ruta y compañeros de viaje"

Fuente:   Religión Digital

Por   Avelino Seco, sacerdote de Santander

20/03/2024


Cope y Trece

Más importante que hablar de los obispos que dirigirán en los próximos años la Conferencia Episcopal, es necesario plantearnos qué Iglesia queremos ser. No se trata principalmente de escoger obispos buenos, malos o regulares, sino de encontrar el camino evangélico que manifieste y no oculte al Dios salvador.

   Hemos de tener claro que la Iglesia no es un fin en sí misma, es un sacramento, un medio para acercarse al Dios de Jesús y hacer presente su Reino en el mundo. ¿Cómo debe ser su presencia en medio del mundo?

   Se ha reflexionado mucho sobre las formas de estar en el mundo el conjunto de cristianos que formamos la Iglesia. O nos mezclamos y diluimos como la levadura y la sal que transforman y dan sabor o, por el contrario, intentamos crear estructuras fuertes con la intención de ir venciendo lo que consideramos un mal. 

   Formulándolo de una manera general, a falta de las matizaciones propias de un trabajo más detallado, podríamos plantear qué objetivos han de guiar el caminar de nuestra Iglesia. ¿Cuál ha de ser su prioridad? 

  ¿Su afán fundamental debe ser luchar por conseguir una cultura donde domine la ideología cristiana, se hable de Dios como Señor o, más bien, nuestro objetivo fundamental ha de consistir en hacer presente su Reino en un mundo necesitado de paz, justicia, vida digna y amor, aunque la ideología dominante no se denomine cristiana? ¿Qué es más importante?

   En esta reflexión nos puede ayudar el recuerdo de un pasaje del evangelio de Mateo. Estas son sus palabras: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de Dios, sino el que cumple la voluntad de mi Padre del cielo”.

 

¿Qué imagen de Iglesia se percibe hoy en nuestro país? Nos empeñamos en luchar contra el laicismo y el secularismo como los grandes males. Pero, ¿estos son los grandes males?

   Nuestra Iglesia, a través de los medios de comunicación ligados a ella, léase la COPE, TRECE TV o algunos documentos de la jerarquía, ¿nos acerca al evangelio, ayuda a entender el Reino de Dios que predicó Jesús o, más bien, nos acerca a una ideología política determinada que dice estar en la órbita de lo cristiano?

   En el final de la dictadura franquista algunos grupos católicos, sobre todo grupos de Acción Católica presentes en el mundo obrero, fueron acusados de temporalismo, de ser “tontos útiles” a favor de partidos de izquierdas. Estos grupos fueron frenados y condenados por el Estado y, también, por la Iglesia. ¿Se frena hoy a grupos católicos claramente de derechas o se los alimenta por considerarlos de los nuestros?

   Creo que el reto de la iglesia española consiste en aclararse por dónde quiere caminar. Sería bueno que se plantease y escogiese una manera, verdaderamente evangélica. de estar presente en nuestra sociedad. 

 

¿Cuáles son los grandes males o pecados contra los que hay que dirigir nuestra acción? 

   Para algunos el gran mal es el laicismo, el relativismo, el secularismo, la increencia, el nihilismo, el alejamiento de la iglesia, el librepensamiento, el materialismo ateo. Para otros el gran mal es la injusticia con un sistema económico que mata, la explotación de los más débiles, la discriminación por raza, religión u orientación sexual, la guerra.

¿Qué es lo que más preocupa a nuestra Conferencia Episcopal? El Papa es rechazado por algunos sectores de católicos por unas posturas muy concretas ante los poderes económicos, las guerras, los emigrantes, el clericalismo en la iglesia o los homosexuales. Lo acusan de abandonar la sana doctrina. Preguntémonos quienes rechazan y por qué a la Iglesia Española.

   Creo que es momento de decidirse por lo que consideramos prioritario. Lo importante no es una lucha cultural para mantener una ideología cristiana sino por hacer presente el Reino de Dios según se manifiesta en Jesús. Él rompió la ideología dominante religiosa de su época y hasta lo consideraron blasfemo.

   Para clarificarnos con respecto a los diversos grupos en la Iglesia quiero citar a la teóloga Isabel Gómez Acebo que los agrupa, según sus sensibilidades, así: “Unos, de signo más conservador, tienen su mirada en el pasado ortodoxo donde encuentran las verdades de toda la vida que les dan tranquilidad frente a la oferta pluriforme del mundo actual. Sienten aprensión por lo nuevo y tachan de relativismo la evolución y los deseos de cambio. Priman la unidad sobre otros conceptos y favorecen una estructura de gobierno autoritaria” y continúa describiendo así otros grupos: “Los aperturistas acentúan el compromiso histórico y el cambio de las realidades políticas y económicas que oprimen y coartan las libertades tanto en el mundo como en el seno de la Iglesia. No sienten repugnancia por militar en partidos políticos o sindicatos de todo tipo si creen que desde allí pueden facilitar el fin de situaciones injustas” (Balance del laicado, 2006)

    La biodiversidad es buena, pero el discernimiento es necesario. Crecerá más aquello que más alimentemos y cultivemos. El evangelio no debe ser sustituido por ideologías que creemos favorecen a la Iglesia, no olvidemos que ésta es sólo un medio que puede trasparentar u ocultar lo verdaderamente importante: QUE SE GLORIFIQUE A DIOS, PADRE Y MADRE NUESTRO, HACIENDO QUE SUS HIJOS VIVAN.

 

 

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