Fuente: El Diario Vasco
Por Pako Etxebeste/Arturo García
Sacerdotes diocesanos
02/03/2024
Tras la muerte del obispo Juan María Uriarte se abordó su persona y misión desde perspectivas complementarias, nosotros queremos añadir una nueva que le caracterizó desde antes de ser obispo: su interés y preocupación por la realidad psicológica de los sacerdotes. Probablemente la última aportación de Uriarte para un libro escrito en colaboración haya sido 'El sacerdote ante la indiferencia religiosa de nuestro tiempo'. Tal aportación forma parte de la obra 'Cuatro miradas sobre las heridas de los sacerdotes', publicada en 2023.
Las miradas de los cuatro coautores de esta obra nos ayudan a comprender las actuales heridas de los sacerdotes. Así, Gérard Daucourt, obispo emérito de Nanterre, señala la herida de la pederastia y su posible relación con el celibato. Amedeo Cencini, psicoterapeuta y miembro del Consejo del Servicio Nacional para la Protección de Menores y Personas Vulnerables de la Conferencia Episcopal Italiana, estudia los abusos en la Iglesia y de la Iglesia. Andrés Torres Queiruga, doctor en Filosofía y en Teología, señala la posibilidad del celibato opcional de los sacerdotes.
Juan María Uriarte, licenciado en psicología por la Universidad de Lovaina, siempre ha estado comprometido por la salud integral de seminaristas y sacerdotes. De hecho, fue miembro de la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades y de la Comisión Episcopal del Clero. El artículo que nos ocupa comienza con esta constatación: «Son bien conocidos algunos motivos del desfondamiento de bastantes sacerdotes. Entre ellos cabe destacar la sobrecarga de trabajo, las decepciones pastorales y, sobre todo, la deriva hacia la depresión. Hay, además, un fenómeno que aflige a sacerdotes de todas las edades. Genera en algunos incluso severos trastornos y crisis vocacionales de gravedad. Es la indiferencia creciente de nuestra sociedad ante la fe».
Uriarte, como experto pedagogo, se aproxima a este fenómeno a través de varios pasos consecutivos. En primer lugar, una sencilla descripción de la actual indiferencia religiosa. En segundo lugar, el impacto que tal indiferencia social ante la fe produce en los sacerdotes. En tercero, expone algunas causas que ayudan a comprender este fenómeno. Y cuarto, diseña una actitud proactiva ante esta grave situación.
Para dar cuenta de en qué consiste la indiferencia, Uriarte retoma una definición de la misma, dada por un gran especialista, como fue Juan de Dios Martín Velasco: «La indiferencia no constituye una situación intermedia entre el creyente y el ateo, sino la forma más radical del alejamiento de Dios». Indicadores de esta indiferencia son: Una mayoría de niños no reciben de sus padres ni de sus educadores iniciación a la fe; la fe se ha tornado extraña, anacrónica, mítica para una mayoría de las generaciones juveniles, y estudios sociológicos nos revelan que los «católicos no practicantes de ayer» se autoclasifican hoy como agnósticos y ateos.
El impacto de la indiferencia sobre los sacerdotes provoca en ellos consecuencias de diversos niveles. Unos, afrontan esta situación, no sin dolor, pero sí con espíritu evangélico. Para otros, ese dolor es más intenso y puede llamarse sufrimiento. En un grupo minoritario, el impacto es más fuerte y se expresa en forma de temor, incluso de miedo al futuro de la fe y al futuro propio. En otro grupo, aun más minoritario, el impacto de la indiferencia es aún más fuerte y lleva a la depresión.
Entre las causas de la indiferencia religiosa, Uriarte señala las siguientes: el impacto del progreso de la ciencia, la tecnología y el estilo de vida que promueven una cultura que desplaza el núcleo de la fe religiosa a los márgenes de lo útil. También, reconoce que los escándalos de la pederastia y otros abusos perpetrados por eclesiásticos y hoy descubiertos, explican el abandono de la fe de muchos.
Tras proponer una mirada creyente a la indiferencia y sus consecuencias para la fe, desde la perspectiva de fe bíblica (Éxodo, Salmos, Evangelios...) y de la mística cristiana (Juan de la Cruz...), Uriarte plantea actitudes proactivas en el sacerdote llamado a ser pastor. Conocerla mejor, a través de la trayectoria histórica de los últimos siglos y la 'microtrayectoria' en el interior de muchas personas. Cultivar el trato cercano con personas indiferentes a la fe. Subraya Uriarte, sacerdote y pastor, «el trato con indiferentes no ha de descentrarnos del núcleo de nuestra dedicación de entrega a la comunidad que nos han sido encargada por el obispo». Y «hacer cuanto podamos para purificar nuestras comunidades menores y nuestra Iglesia mayor de aquellas oscuridades que la opacan como transparencia de Jesús». No cabe duda que Uriarte ha vivido y promovido estas actitudes, a lo largo de su dilatada vida de pastor, mirando y curando las heridas de muchos sacerdotes.
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