jueves, 5 de octubre de 2023

Un Sínodo para adaptar la Iglesia a los tiempos actuales

Fuente:   MSN

Por:     Anna Buj

De:  La Vanguardia


© Alessandra Tarantino / LaPresse

La Iglesia católica afronta desde este miércoles una cita crucial para su futuro. Hoy arranca en el Vaticano el Sínodo de Obispos que tratará temas muy delicados que tienen que ver con cómo se puede adaptar a los tiempos actuales, como la acogida de las personas LGTBI o la inclusión de las mujeres en la toma de decisiones. Se trata de una asamblea sobre la “sinodalidad”, que el Vaticano quiere definir como “caminar juntos” y escuchar a todas las partes de la Iglesia para la toma de decisiones, que ya ha comenzado con polémica por las críticas de la minoría ultraconservadora al Papa que no ve con buenos ojos esta reunión.

En ella participarán 464 personas, de los cuales 364 miembros tendrán derecho a voto. Incluidas 54 mujeres, porque es la primera vez –en una decisión sin precedentes del papa Francisco– que las mujeres y los laicos podrán expresar sus opiniones con un voto. . Las mujeres tradicionalmente habían formado parte como observadoras o expertas, sin poder expresar sus opiniones, y hasta ahora solo los hombres tenían derecho a voto en los documentos finales.La primera sesión comienza este miércoles y los debates continuarán hasta finales de mes, mientras que el año que viene, en el 2024, se culminará en otra segunda sesión que será el momento en que los participantes votarán las conclusiones.

 

El Papa insinúa una apertura a la bendición de parejas homosexuales

En el documento de trabajo que tendrán los participantes no se esquivan temas espinosos, desde el celibato de los sacerdotes a la inclusión de los divorciados. La hoja de ruta establece que “existen personas que no se sienten aceptadas en la Iglesia”, algo que “lleva a algunos a sentirse menos importantes o menos bienvenidos dentro de la comunidad". “¿Qué medidas concretas son necesarias para llegar a las personas que se sienten excluidas de la Iglesia a causa de su afectividad y sexualidad?”, se lee en el texto, que menciona específicamente los ejemplos de los divorciados vueltos a casar, las personas en matrimonios polígamos o las personas LGTBI.

El Sínodo también relanzará el debate sobre el acceso de las mujeres a diaconado para que puedan ejercer algunas funciones reservadas a los sacerdotes, aunque no está sobre la mesa el sacerdocio femenino. Sin embargo, ha sido la acogida a las personas LGTBI lo que ha levantado más ampollas en los sectores críticos con Francisco. En los últimos días se ha hecho pública una carta de dubia (dudas) de cinco cardenales ultraconservadores, conocidos por su oposición al Papa, en el que entre otras cosas le indican su preocupación por que "la bendición de parejas homosexuales pueda crear confusión, no solo haciendo que parezcan análogas al matrimonio, sino porque los actos homosexuales serían presentados como un bien".

La respuesta del Papa, que el Vaticano ha hecho pública esta semana, ha desactivado estas dudas con una aparente apertura del Pontífice a la bendición de las parejas homosexuales en algunos casos, sin que esto se confunda con el matrimonio, que el Pontífice insiste en que debe ser solo entre un hombre y una mujer y abierto a la procreación. Los cardenales ultraconservadores le preguntaban si podría aceptar como “un bien posible situaciones objetivamente pecaminosas como las uniones entre personas del mismo sexo”. El Papa concede que en el trato con las personas no se debe perder la “caridad pastoral”. “La defensa de la verdad objetiva no es la única expresión de esa caridad, que también está hecha de amabilidad, de paciencia, de comprensión, de ternura, de aliento. Por consiguiente, no podemos constituirnos en jueces que solo niegan, rechazan, excluyen”, escribió Bergoglio.

Estos purpurados críticos son el estadounidense Raymond Leo Burke (de 75 años), el alemán Walter Brandmüller (de 94), el mexicano Juan Sandoval Íñiguez (90), el guineano Robert Sarah (78) y el chino Joseph Zen Ze-kiun (91), y ninguno de ellos participará en el Sínodo. Son conocidos por sus opiniones críticas con el Pontífice, y dos de los firmantes, Burke y Brandmüller, ya protagonizaron un choque con el Papa en el 2016 al posicionarse contra la decisión papal de que algunas personas divorciadas vueltas a casar, bajo ciertas condiciones, pudieran recibir la comunión. Precisamente este tema ha vuelto a ser asunto de debate en las últimas horas, después de que el Papa haya defendido impartir los sacramentos a los divorciados vueltos a casar y en algunos casos, también si no cumplen la “continencia” sexual que pide la Iglesia. Lo ha hecho en respuesta al arzobispo emérito de Praga, cardenal Dominik Duka, que escribió en nombre de la Conferencia Episcopal Checa a la Congregación para la Doctrina de la Fe para plantear otras dudas sobre la aplicación de esta exhortación apostólica del 2016 sobre la familia.

En cualquier caso, el debate está servido en el Aula Pablo VI del Vaticano, el espacio en que se reunirán los participantes, que ya está lista con las tabletas –también la de Francisco–que usarán para seguir los trabajos. Todo ello lleva preparándose años, con un proceso de escucha a los fieles y diócesis en distintos continentes, y representa un momento crucial en este pontificado. La última palabra siempre la tendrá el papa jesuita, que deberá escribir una exhortación apostólica después de la sesión del año que viene, el documento oficial en el que expresará su visión sobre los temas consultados.

 

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