Mirando la composición del Comité sinodal planeado, uno puede dudar de una mayor participación del pueblo de Dios, comenta Volker Resing. Por eso, tiene una sugerencia sobre cómo podría lograrse esto en su lugar.
Fuente: katholisch.de
Por VOLKER RESING
BONN
07/06/2023
Un examen crítico del Camino sinodal de la Iglesia Católica en Alemania lo pone rápidamente bajo sospecha. Cuando ello sucede no extraña que el escándalo de abuso sea ignorado, que los críticos sean acusados, o que se niegue la urgencia de las reformas. Sin embargo, si se pretende que la Iglesia tenga un discurso más comprensible, sea más participativa, más "sinodal", entonces es indispensable tener un debate interdisciplinar.
Actualmente, se trata del establecimiento de un llamado Comité sinodal. Su objetivo es preparar un Consejo sinodal, que "consolide" el Camino sinodal. ¿Conducirá esto a un debate constructivo y a una mayor participación del pueblo de Dios?
Si nos fijamos en la composición del cuerpo encargado de planificar, se puede dudar: de los 74 miembros del Comité sinodal, sólo 15 no dependen directa o indirectamente de la Iglesia. Eso quiere decir que solo el 20 por ciento del Comité Sinodal tiene una relación voluntaria con la Iglesia porque se gana la vida fuera de los ámbitos eclesiales. 50 miembros del cuerpo recién creado son profesionales dentro de la iglesia, empleados a tiempo completo y clérigos. Además, hay 9 profesores de teología. Por supuesto, se puede decir que esto es lo que exactamente se necesita para que este comité, formado por personas con información privilegiada, aborde las cuestiones de una manera competente. Sin embargo, el comité planificado no es de base .
Algunas de las consideraciones y decisiones del Camino sinodal pueden ser acertadas y significativas, y hasta es posible que presenten un tímido espíritu optimista. Este “Kairós”, sin embargo, se ha evaporado en gran medida, porque detrás del Camino Sinodal se esconde la lógica de una iglesia profesional, que también ha criticado al Papa Francisco.
En cualquier caso, sería beneficioso para el Camino sinodal y, por lo tanto, para la Iglesia en su conjunto que un número significativamente mayor de voluntarios, y por lo tanto, de mujeres y hombres de otros grupos profesionales, pudieran contribuir con su experiencia y conocimientos. En cualquier caso, recurrir a más y más comités y más dinero para la organización es un camino equivocado. Actualmente, para muchos creyentes presentes en las congregaciones eclesiales, -algunos de los cuales también tenían esperanzas en el Camino sinodal-, a menudo, ya no son comprensibles la burocratización y la sobre-organización de la iglesia.
Por Volker Resing
El autor: Volker Resing es jefe del departamento "República de Berlín" en la revista "Cicero".
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