Fuente: Il Sismografo
17/04/2023
(José Beltrán - El Mundo) La Conferencia Episcopal supervisa esta semana los trabajos de verificación. Este lunes, a las 11 de la mañana, arranca la Asamblea Plenaria de primavera la Conferencia Episcopal Española. Hasta el jueves, los obispos analizarán algunas cuestiones que forman parte del agenda oficial que ya conoce públicamente, si bien hay un tema que parece precipitarse una vez sobre la mesa: los abusos sexuales. El bufete Cremades&Calvo Sotelo tiene pendiente rematar la auditoría externa encargada en febrero de 2022 para no demorar más su presentación que se planteó para el próximo mes de septiembre. Esto implicaría dejar listos los trabajos antes del verano para que de alguna manera los obispos den su visto bueno a trabajo realizado en la sesión de la Comisión Permanente de julio. Al ser esta la última Plenaria antes del próximo otoño, es en esta semana cuando el despacho de abogados tiene que dar cuentas del estado de la cuestión y los obispos «reconducir» y «ajustar» algo más que detalles.
Y es que, con esta investigación independiente, los obispos no solo se juegan la credibilidad del informe en sí, sino de la institución. Por ello, toca perfilar los criterios de verificación utilizados por Cremades&Calvo Sotelo para validar o desestimar los datos facilitados por diócesis y congregaciones, así como analizar la manera de solventar al alza o a la baja la disparidad numérica con los informes disponibles del Defensor del Pueblo de los Medios de Comunicación. En definitiva, deben fijar los criterios que se tendrán en cuenta para configurar la cifra que se dará definitivamente a la opinión pública de las denuncias desde 1945, fecha de aparición del primer caso, hasta hoy. Porque más allá de las medidas de prevención o de las recomendaciones sobre indemnizaciones que respondan a la justicia restaurativa para las víctimas, será la afinación en el dato que se ofrezca desde la auditoría y la metodología utilizada la que avalará o pondrá en duda esta encomienda.
Así pues, a la Plenaria se llega después de varios encuentros previos a contrarreloj en estas últimas semanas entre el bufete y la Iglesia. Al menos, desde el despacho de abogados se han reunido, por un lado, con la cúpula ejecutiva del Episcopado y, por otro, con representantes diocesanos para analizar los protocolos de actuación que se están aplicando en los obispados para luchar contra esta lacra.
Lo cierto es que hasta la fecha, España es de los pocos países donde los obispos no han convocado una reunión extraordinaria para analizar la crisis de la pederastia ni tampoco han invitado a una víctima –sí a expertos, especialmente en el ámbito canónico– para escuchar su dolor y reivindicaciones. Como sucede en esta ocasión, el tema se incluye, pero ni tan siquiera en el orden público de las jornadas.
Sí se incluyen, por ejemplo, otros temas como la puesta en marcha de los llamados Corredores de Hospitalidad, una iniciativa que busca crear una red de apoyo entre las diócesis receptoras de migrantes, por ejemplo, Canarias, hacia otras que acojan y ofrezcan alternativas de futuro a los extranjeros llegados en situación de vulnerabilidad. De la misma manera, se supervisará la masiva participación de españoles en la Jornada Mundial de la Juventud de este verano en Lisboa con presencia del Papa y de cómo salir al paso de las carencias de la organización portuguesa, desbordada con la acogida de peregrinos. En los recesos y de manera informal los obispos murmurarán a buen seguro del sucesor del cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que podría concerse antes del verano.
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