En el libro "El Pastor" el Papa Francisco especifica los puntos clave del pontificado: derrotar la corrupción, el centralismo vaticano y la pedofilia
Fuente: Il sismografo
06/03/2023
En el nuevo libro de Sergio Rubin y Francesca Ambrogetti sobre el Papa Francisco, "El Pastor", se aclara, al menos en parte, una frase que el Pontífice ha repetido varias veces en estos diez años, y cuyo significado total y último siempre ha permanecido ambiguo. La frase en cuestión, contenida en numerosas entrevistas, es más o menos esta: "Lo que puse en marcha fue lo que me pidieron los cardenales" (Télam, julio de 2022). ¿Y qué pidieron los cardenales en las congregaciones previas al cónclave?
Según dice el Papa, partiendo del corazón de su ministerio que es "revitalizar el anuncio del Evangelio", las peticiones del Colegio Cardenalicio eran, hace diez años fueron:
(1) poner fin a la corrupción que estaba saqueando el patrimonio de la Santa Sede,
(2) poner fin al centralismo vaticano y a los cortesanos del papado
(3) acabar con la pedofilia.
El Papa Francisco respondió a la primera solicitud, según la mayoría de los observadores, con la creación de la Secretaría de Economía y un conjunto sustancial de actos jurídicos necesarios y urgentes para articular y dar efectividad a esta llamada "reforma económica".
La respuesta a la segunda petición fue la Constitución Apostólica “Praedicate Evangelium” que reforma la Curia y articula un nuevo organigrama vigente desde hace más de seis meses y elaborado por el Consejo de Cardenales durante un período de ocho años.
Finalmente, en el caso de la lucha contra la pedofilia, se subrayan dos aspectos: por un lado, decenas de intervenciones del Papa, algunas de carácter legislativo y disciplinario; Por otro lado, varios gestos pastorales con especial atención a las víctimas, a menudo definidos como "una prioridad".
Extracto del libro "El Pastor":
Rubin y Ambrogetti: Concretamente, al final recibiste una Iglesia con muchos problemas, no pocos desafíos...
Francisco: Mi programa de gobierno es llevar a cabo lo que los cardenales expresaron en las congregaciones antes del Cónclave
Rubin y Ambrogetti: “revitalizar el anuncio del Evangelio, disminuir el centralismo del Vaticano, erradicar la pedofilia...”
Francisco: Y luchar contra la corrupción económica... Lo siento si alguien no se dio cuenta de cómo terminaría esto.[1]
Para el Santo Padre, las reformas más importantes del balance de sus diez años de pontificado son estos desafíos que ha enumerado.
Si en el pasado los bienes y recursos de la Santa Sede han sido objeto de robos, mala administración, malas inversiones, lavado de dinero y uniones con grupos masónicos y mafiosos de altas finanzas durante muchas décadas, ahora todo esto habría terminado.
En los últimos tiempos, los podridos -durante demasiados años cubiertos y protegidos incluso por los hombres de la Iglesia- estarían saliendo gracias al trabajo de limpieza y transparencia de su pontificado.
Por otro lado, en el punto de mira del proyecto de Francisco, siempre, desde que todavía estaba en Argentina, se encontraba la nomenklatura vaticana, "la corte que es la lepra del papado", le dijo una vez a Eugenio Scalfari quien le hizo una pregunta sobre la Curia.
Francisco aclaró de inmediato: "¡No!, en la Curia a veces hay cortesanos, pero la Curia en su conjunto es otra cosa. Es lo que en los ejércitos se llama la intendencia, gestiona los servicios que sirven a la Santa Sede. Pero tiene un defecto: está centrado en el Vaticano. Ve y se preocupa por los intereses del Vaticano, que siguen siendo, en su mayor parte, intereses temporales. Esta visión centrada en el Vaticano descuida el mundo que nos rodea. No comparto este punto de vista y haré todo lo posible para cambiarlo. La Iglesia es o debe volver a ser una comunidad del pueblo de Dios. Los sacerdotes, los párrocos y los obispos con cuidado de almas, están al servicio del pueblo de Dios".[2]
[1] Original en español. Página 230 "El Pastore":
— Al fin de cuentas, recibió una Iglesia con muchos problemas que implicaban desafíos no menores...
— Mi programa de gobierno es ejecutar lo que los cardenales manifestaron en las congregaciones genera les en vísperas del cónclave.
— Revitalizar el anuncio del Evangelio, disminuir el centralismo vaticano, desterrar la pedofilia...
— Y combatir la corrupción económica... Lamento si alguno no se dio cuenta de cómo iba a terminar esto.
[2] El Papa concluye esta respuesta, según la versión de Eugenio Scalfari, cuya entrevista fue causa de mucha controversia, añadiendo: «La Iglesia es esto, una palabra no por casualidad diferente de la Santa Sede, que tiene su propia función importante, pero está al servicio de la Iglesia. No podría haber tenido plena fe en Dios y en su Hijo si no me hubiera formado en la Iglesia y tuve la suerte de encontrarme, en Argentina, en una comunidad sin la cual no habría tomado conciencia de mí mismo y de mi fe".
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