Juan Cuatrecasas salió «satisfecho» del encuentro con Francisco, en el que participaron varias víctimas de violencia
Fuente: Diario Vasco
DARÍO MENOR | PEDRO ONTOSO
11/11/2022
El Papa recibió el pasado mes de septiembre en Roma a Juan Cuatrecasas, el joven que fue víctima de abusos sexuales por parte de un profesor del colegio Gaztelueta de Leioa entre 2009 y 2011, cuando el alumno era aún menor de edad. Según confirmaron a este periódico fuentes vaticanas, la conversación se celebró en el marco de un encuentro del Pontífice con varios jóvenes que habían pasado por situaciones similares de dolor y violencia. En esa reunión conjunta, Francisco habría pedido perdón a Cuatrecasas, seguramente conmovido por su relato en persona, cara a cara y sin intermediarios.
Aunque el joven vizcaíno no tuvo oportunidad de hablar en privado con Jorge Mario Bergoglio, en la charla que mantuvieron se percibió la «empatía» del Papa, quien «valora los hechos del lado de la víctima» y ya ha reconocido los errores cometidos por la Iglesia a lo largo de la investigación de este caso en concreto, que está siendo revisado por un nuevo tribunal canónico.
La cita de Francisco con este grupo forma parte de un programa de televisión del periodista Jordi Évole. Los participantes tendrían la característica común de haber sufrido una situación de violencia y desamparo. Intervinieron, al menos, un adolescente homosexual, un inmigrante llegado a Europa en patera, una joven que había sido obligada a prostituirse y una víctima de abusos sexuales. En este último apartado es donde aparece el exalumno del colegio vizcaíno del Opus Dei. Hablaron «claramente» con Bergoglio de temas candentes y muy sensibles en estos momentos en el seno de la Iglesia católica, como la prostitución, la homosexualidad, la inmigración o los abusos sexuales.
Siempre según las fuentes vaticanas consultadas, todos los participantes valoraron de manera positiva la reunión, que dejó «satisfecho» a Cuatrecasas. El encuentro tuvo lugar con pocos días de diferencia respecto al vuelco que se produjo en este caso, cuando Bergoglio ordenó reabrir el proceso canónico motivado por los abusos cometidos en el colegio de Leioa. Su decisión llegó después de que la Justicia civil confirmara en 2020 la culpabilidad del antiguo profesor y de que el Vaticano hubiera realizado una primera investigación en 2015 que concluyó que no podían probarse los abusos, por lo que ordenó «restablecer el buen nombre y la fama» del docente acusado.
El Vaticano ha reconocido posteriormente que en aquellas primeras indagaciones se produjeron «errores», algo en lo que insistió el Papa el pasado domingo en el vuelo de vuelta a Roma tras su viaje a Baréin. «He recibido dos quejas en los últimos meses sobre casos de abusos que habían sido encubiertos y no juzgados bien por la Iglesia: inmediatamente pedí un nuevo estudio (de los dos casos) y ahora se está haciendo un nuevo juicio; también está entonces la revisión de los antiguos juicios, no bien hechos (que no se han dado correctamente). Hacemos lo que podemos, todos somos pecadores, ¿sabes? Y lo primero que tenemos que sentir es la vergüenza, la profunda vergüenza de eso». Aunque Bergoglio no citó abiertamente el 'caso Gaztelueta', las mismas fuentes vaticanas consideraron «lícito» pensar que se estaba refiriendo a él.
Desde que en 2015 saliera a la luz este caso, la familia de la víctima siempre ha insistido en la necesidad de que, además de la Justicia civil, la Iglesia también asumiera los hechos y pidiera perdón. No solo por los abusos cometidos por un numerario del Opus Dei, sino por la gestión que desde el Obispado de Bilbao, la Conferencia Episcopal Española y el Vaticano se ha hecho de este asunto.
Cruce de cartas
En algunos momentos, desde ciertas instancias eclesiásticas se llegó a presentar al docente como la víctima de un alumno que se había inventado todo lo sucedido. La Audiencia Provincial de Bizkaia, primero, y el Tribunal Supremo, después, confirmaron los abusos y declararon culpable al profesor.
La reunión celebrada en septiembre en Roma no es el primer 'contacto' entre el Papa y la familia Cuatrecasas. En la Navidad de 2015, Bergoglio envió al padre del joven una postal navideña en la que le confirmaba haber recibido la documentación que le había remitido semanas antes sobre los abusos y le anunciaba la apertura de un «juicio canónico al educador y al colegio». Y, este mismo año, Francisco y la víctima se cruzaron dos misivas en las que el joven le pedía la reapertura del proceso canónico y el Pontífice así se lo confirmaba.
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