Fuente: catholic-link
Por: Sebastian Campos
El término católico proviene del latín tardío «cathol?cus», que a su vez procede del griego (καθολικ?ς, katholikós), que significa «universal». Este término nos ayuda a comprender lo que significa ser católico, lo que significa nuestra fe y la voluntad de Jesús al fundar la Iglesia.
El ser “católicos” habla de unidad, de universalidad de que en donde sea que estés parado, un católico siempre cree lo mismo y su fe es igual. No importa si estás en Papua Nueva Guinea, Chad, España o México, si visitas una comunidad católica ellos creen lo mismo que tú, sus dogmas y doctrina son la misma (al menos así debería ser). No obstante (para la sorpresa de algunos) aunque somos una Iglesia, estamos integrados por 24 Iglesias autónomas. Sí, somos una pero somos 24. Ahora te explico.
Nuestra Iglesia no tiene apellidos, sino más bien adjetivos que le acompañan y describen. Somos “católicos, apostólicos y romanos” y la verdad es que aquellas tres características forman parte de la identidad de cada uno de nosotros, pero no solo eso, además existen adjetivos que nos ayudan a comprender de mejor forma quienes somos, el ser “occidentales u orientales”. La Iglesia Católica está compuesta por una Iglesia occidental y veintitrés orientales, todas ellas en comunión, todas ellas con los mismos dogmas y doctrinas, todas ellas con el Papa a la cabeza, pero también con autonomía en algunos asuntos. Esa es parte de la riqueza de nuestra Santa Madre Iglesia, que acoge a sus hijos y, en lugar de sembrar división, abraza las costumbres y formas de vivir la fe de diferentes comunidades bajo sus brazos de amor y los cobija bajo la guía de un solo Pastor, el Papa. Pero para aclarar un poco más el asunto, te quiero explicar algunos detalles que te harán amar aún más nuestra Iglesia:
Todos somos apostólicos: Somos “apostólicos”, pues desde nuestro Papa Francisco hacia atrás existe una sucesión apostólica ininterrumpida. Eso quiere decir que desde San Pedro, hasta nuestros días, la Iglesia no se ha quebrado ni dividido, sino que el legado se ha ido heredando y así también en el resto de la jerarquía eclesial; por lo tanto no solo son palabras bonitas cuando hablamos de que el Papa es el “sucesor de Pedro”; pues en verdad lo es. Nosotros podemos verlo en nuestras “iglesias particulares” a las que llamamos “Diócesis”, las que están pastoreadas por un Obispo, quien tiene cierta autonomía en varios asuntos pastorales e incluso rituales. Pero todos los Obispos católicos se someten a la autoridad del Papa y su enseñanza. Aquí no hay mayor sorpresa.
Somos occidentales y orientales: Aquí es donde viene el primer elemento interesante, pues, aunque te contaba que todos los católicos somos apostólicos, no todos somos de tradición occidental, es decir, no todos son “católicos, apostólicos, romanos”. De hecho, lo importante aquí es saber que somos “Iglesia Católica”, lo demás son adjetivos que nos ayudan a comprender la identidad de cada iglesia particular. Por lo tanto, la Iglesia católica occidental, que llamamos “romana”, es de tradición “latina” y tiene su sede en Roma, de ahí el nombre. No obstante las otras 23 Iglesias, tienen su sede en lugares de oriente y tradiciones litúrgicas diferentes; es decir formas de vivir y celebrar su fe que pueden o no coincidir con las nuestras.
¿Pero por qué no solo un rito, una Iglesia y fin del problema?: Porque esas comunidades de oriente siguen siendo católicas tanto como nosotros, se mantienen unidas en la fe. Aunque sus ritos y disciplinas son diferentes, los dogmas universales son los mismos y aunque tengan autoridades particulares que velan respecto a asuntos pastorales, legislativos y rituales, todos ellos son liderados por el Papa. Ellos poseen tradiciones culturales, teológicas y litúrgicas diferentes, así como estructura y organización territorial propias, pero profesan la misma y única doctrina y fe católica, manteniéndose, por tanto, en comunión completa entre sí y con la Santa Sede.
Nos diferenciamos en los ritos: Un Rito representa una tradición eclesiástica que indica cómo se deben celebrar los sacramentos. Cada uno de los sacramentos tiene como centro una naturaleza esencial, la cual debe ser cumplida para que éste se realice. La Escritura y la Tradición, según son interpretadas por el Magisterio, nos dicen, lo que es lo esencial en cada sacramento. Cuando los apóstoles emprendieron la Evangelización en los mayores centros culturales y sociales de la época, compartieron los asuntos elementales de la fe, pero estos se vieron también afectados por los símbolos y adornos de cada una de las culturas que los acogían, obviamente sin modificar ni alterar el fondo y significado de estos. Esto ocurrió también con los sacramentos.
De esto se desprenden tres grupos principales de ritos, basados en esta transmisión inicial de la fe: el Romano, el de Antioquia (Sirio) y el Alejandrino (Egipto). Más adelante el Bizantino derivó como un grupo de ritos, provenientes del rito de Antioquia, bajo la influencia de San Basilio y San Juan Crisóstomo. De estos tres derivan los 24 Ritos litúrgicos presentes hoy en día en la Iglesia Católica.
¿Qué dice la Iglesia Católica Romana de todo esto?: El Concilio Vaticano II reconoció que todos los ritos aprobados forman parte de la Iglesia Católica, tienen la misma dignidad y derecho, y deben ser preservados y promovidos. De hecho, ha sido común ver a los Papas reunirse con diferentes representantes de las Iglesias Orientales, con Arzobispos, Patriarcas y otras autoridades que presiden estas Iglesias autónomas, todas ellas en comunión con la Iglesia Romana. Esto es un signo de comunión, de amor materno y de cuidado pastoral.
Y, ¿cuáles son todos esos ritos e iglesias? Te hacemos un pequeño resumen de los ritos más conocidos:
Rito Occidental
Son las iglesias que están directamente sujetas al Sumo Pontífice.
La Iglesia de Roma es la sede del primado del mundo y la sede patriarcal de los cristianos occidentales. Como hemos dicho, ha mantenido una existencia continua desde san Pedro y es la fuente de una familia de Ritos en el Occidente. Aunque el origen del Rito actual, aún en la reforma del Vaticano II, solo se puede rastrear directamente hasta el siglo 4, estas conexiones apuntan a una antigua tradición apostólica, llevada a estas ciudades que era definitivamente de origen judío.
Rito Occidental Extraordinario
La misa tridentina es el nombre que recibe la celebración de la misa del rito romano según las prescripciones y rúbricas del misal romano promulgadas desde 1570 a 1962. El calificativo de «tridentina» se refiere a su origen, ya que el rito fue codificado y luego extendido a toda la Iglesia latina por iniciativa del Concilio de Trento.
Ritos Orientales
Estas tienen su propia jerarquía distinta del Rito Latino, sistema de gobierno (sínodos) y como ley general, el Código Canónico de las Iglesias Orientales. El Supremo Pontífice ejerce su autoridad sobre ellos por intermedio de la Congregación de Iglesias Orientales.
La Iglesia de Antioquía en Siria es considerada una sede apostólica por la virtud de haber sido fundada por san Pedro. La Misa, es llamada “Sagrado Qurbana” y se inicia con la preparación de las ofrendas. Es una preparación larga que lleva el nombre de “servicios de Melquisedech y Aaron”. A este servicio le siguen seis lecturas, tres de ellas son del Antiguo Testamento y el saludo de la paz es algo impresionante, pues se transmite de fiel a fiel desde el altar hasta la última fila. De los sacramentos podemos decir que el bautismo se realiza por inmersión y es precedido por una oración de fe y unos exorcismos contra satanás. En el matrimonio se realiza una coronación de los esposos y no se admite nunca el divorcio (aunque sí el repudio en casos excepcionales). La unción de los enfermos la realizan varios sacerdotes a la vez, la confesión es utilizada pocas veces y consta de un rito complejo y el orden sagrado comprende nueve grados clericales.
Los principales ritos pertenecientes al Rito antioqueno son el: rito maronita, el rito siro-malankara y el rito sirio.
La Iglesia de Constantinopla se convirtió en el centro político religioso del Imperio Romano Occidental después que el Emperador Constantino construyó esa ciudad, una nueva capital (324-330 DC) en el lugar de la antigua ciudad Bizantina. Constantinopla desarrolló su propio rito litúrgico de la liturgia de Santiago. Después de 1054, la mayoría de los cristianos bizantinos, no han estado en comunión con Roma. Las iglesias bizantinas que están en comunión con Roma son las llamadas «Iglesias Orientales Católicas» y son varias, entre ellas: el rito albanés, el rito búlgaro, el rito griego, el rito melquita, el rito húngaro, el rito italo-albanés, entre otros.
La liturgia bizantina empieza con la preparación de los dones del pan y el vino, a esto se le llama “Proskomedia”. El pan se separa en una parte que será propiamente consagrada y en otras partes que serán bendecidas y distribuídas entre los fieles. La liturgia empieza con una alabanza al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, seguida por la “gran letanía”, es extensa y se pide por todas las necesidades. Le siguen tres antífonas, y según el templo o tiempo litúrgico se canta el “trisagio”. A continuación viene el rito de la proclamación de la Palabra de Dios que se realiza con cantos de acuerdo al tiempo litúrgico. Terminada la homilía se procede con la liturgia eucarística, reciben ambas especies, mezcladas en un copón. La Eucaristía se recibe solo en la boca.
Rito Alejandrino
La Iglesia de Alejandría en Egipto fue uno de los centros originales del cristianismo, como Roma y Antioquía tenía una gran población judía, la cual fue el objetivo inicial de la evangelización. Su liturgia es atribuida a san Marcos el Evangelista, y muestra la influencia tardía de la liturgia bizantina, en adición a sus elementos únicos. Solo dos ritos integran este grupo, el rito copto y el etíope, los que, a lo largo de la historia no siempre estuvieron en comunión con Roma. Hoy en día sí lo están desde hace un par de siglos. No son muchos fieles en cuanto a número, pero su fidelidad y permanencia aseguran la custodia de un tesoro espiritual para la humanidad que proviene desde los Apóstoles.
También existen el Rito Armenio y los Ritos Siro Orientales.
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