La razón de la ausencia de última hora del Papa en una reunión reciente y muy promocionada en Florencia
Fuente: La Croix International
Por Loup Besmond de Senneville
Ciudad del Vaticano
07/03/2022
El anuncio se produjo menos de 48 horas antes de que el papa Francisco fuera a Florencia, la joya renacentista de Italia, para una visita que había sido planeada durante varios meses.
El Vaticano dijo el viernes 25 de febrero que el Papa, de hecho, no iría a la ciudad del centro de Italia el domingo siguiente para una reunión muy promocionada, con alcaldes y obispos de la región mediterránea.
El anuncio sorprendió a la gente, especialmente a los 400 líderes civiles y religiosos que esperaban ansiosamente a Francisco en la capital toscana.
¿El motivo de la cancelación? El Papa, de 85 años, estaba afectado por un dolor agudo de rodilla y su médico le había aconsejado que descansara unos días.
Fue la misma razón que dio el Vaticano cuando anunció que Francisco no podría presidir la misa del Miércoles de Ceniza unos días después.
No hay duda de que el Papa, que ha estado cojeando durante algún tiempo, ha estado sufriendo un fuerte dolor de rodilla en los últimos días.
Fue visto apoyado en el balcón de la ventana que da a la Plaza de San Pedro el 27 de febrero cuando dirigió el Ángelus dominical.
Pero la decisión de última hora de suspender el viaje a Florencia también se debió al hecho de que el Papa consideró indeseables ciertas personas que habían sido invitadas a la reunión mediterránea.
El primero de ellos fue el ex ministro del Interior de Italia, Marco Minniti, quien había firmado un acuerdo financiero con el jefe de una milicia libia en 2017 para reducir la llegada de migrantes a la costa italiana.
Pero hubo otros nombres en la lista de invitados que hicieron saltar al Vaticano, incluidos seis alcaldes libios sospechosos de participar en el tráfico de migrantes, que el Papa ha denunciado con tanta frecuencia. Al final, los alcaldes nunca llegaron a Florencia de todos modos.
El discurso que Francisco iba a dar en Florencia -según conoció La Croix- ya había sido escrito e impreso días antes de su aparición programada.
Pero el Vaticano no envió ese texto ni ningún mensaje a los participantes en la reunión mediterránea. Tampoco el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, asistió a la reunión en nombre del Papa, como la mayoría de la gente esperaba.
Además, durante sus comentarios después del Ángelus dominical, Francisco ni siquiera mencionó la reunión de los alcaldes y obispos del Mediterráneo, una región tan querida en su corazón.
Fue una condena silenciosa, pero indiscutible, de aquellos a quienes considera responsables de la trata de personas en el Mediterráneo.
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