Fuente: Niusdiario
Washington
25/10/2021
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El actual
movimiento católico conservador, muy arropado durante la presidencia de Donald
Trump, ahora no sólo mantiene una pugna contra Biden, sino que también choca en
temas fundamentales con el papa Francisco
El presidente Joe Biden ya está trabajando en la reunión que mantendrá con el papa Francisco el próximo 29 de octubre, en el Vaticano, en la que hablarán de la lucha contra la pandemia, el cambio climático y el cuidado de los pobres, según anunció recientemente la Casa Blanca. Pero es difícil pensar que, entre los dos católicos de más alto perfil en el mundo, no vayan a tratar la actual animadversión de la cúpula religiosa estadounidense contra Biden y el descontento del propio pontífice con la deriva ultra conservadora religiosa del país, en temas como el racismo y la pobreza o el cambio climático.
El desencuentro entre Biden y la iglesia católica estadounidense es tal, que este año un grupo de obispos debatieron incluso negarle la comunión. Dos tercios de la Conferencia Episcopal han apoyado la redacción de un documento que se votará en noviembre y decidirá la excomunión de políticos católicos que apoyen el aborto. Toda una declaración de intenciones contra el actual presidente que ha dejado dividida a la iglesia norteamericana.
Choque a tres bandas
Este es solo uno de los ejemplos de hasta dónde está dispuesto a llegar el actual movimiento católico conservador, muy arropado durante la presidencia de Donald Trump, y que ahora no sólo mantiene una pugna contra Biden, sino que también choca en temas fundamentales con el papa Francisco, especialmente en temas de inmigración, los derechos de los homosexuales o el tratamiento de la pobreza.
Desde que en 1776 Estados Unidos declarara su independencia, sólo cuatro candidatos a la presidencia se manifestaron católicos y dos alcanzaron la Casa Blanca. A pesar de ello, ni Kennedy ni Biden han tenido mucha suerte con el legado de su fe. El primero tuvo que dejar claro al papa Juan XXIII que no se plegaría a sus consignas de gobierno y el segundo, a pesar de que sí tiene una buena relación con el pontífice, se ha encontrado al enemigo en casa en un país que por su tradición protestante ha ejercido una discriminación histórica hacia los católicos.
Presiones
Y si bien en estos momentos el catolicismo es más fuerte en Estados Unidos que hace unos años, el 73% de sus obispos y parroquias, que son los que votaron a favor de seguir adelante con el documento eucarístico que podría negar la comunión a Biden, conforman el sector más duro de una iglesia que lidera el activismo antiabortista, entre otras medidas conservadoras con las que se presiona a jueces, funcionarios e incluso profesionales de la educación en algunos centros de la extensa red de colegios y universidades católicas del país.
De hecho, 6 de cada 10 personas católicas blancas son en la actualidad republicanas, por las 4 de cada 10 del año 2008, según un estudio de Pew Research publicado en el New York Times, en un momento en el que el país está especialmente polarizado y dividido, y la opción conservadora sigue inclinándose masivamente por las consignas de Donald Trump.
Coalición
También Joe Biden dejó claro su posicionamiento desde el primer día que asumió el cargo. En su discurso de investidura como presidente no solo citó a San Agustín, sino que entre las imágenes difundidas del Despacho Oval de la Casa Blanca, se encontraba destacada una foto con el papa Francisco, el mismo que advirtió a través de una carta a los obispos católicos estadounidenses que no siguieran adelante con el documento de excomunión.
"La preocupación en el Vaticano es no utilizar el acceso a la Eucaristía como un arma política", señaló Antonio Spadaro, un sacerdote jesuita cercano al papa, quien también se manifestó al respecto diciendo que “la comunión no es la recompensa de los santos, sino el pan de los pecadores”. Desde el Vaticano, que ha cerrado filas en este tema, el principal funcionario doctrinal del pontífice, el cardenal Luis Ladaria, añadió que el voto del documento que se debatirá en noviembre podría “convertirse en una fuente de discordia, en lugar de unidad, dentro del episcopado y la iglesia más grande en los Estados Unidos".
Migración, pobreza y derecho al aborto
Lo cierto es que la llegada de Joe Biden a la presidencia ha puesto de manifiesto que, a pesar de ser un católico devoto que acude a misa semanalmente, hay temas candentes que le han separado de su propia iglesia en lugar de favorecer un acercamiento. Su apoyo a los derechos de los homosexuales y al aborto son una barrera que se une a las ya manifiestas diferencias ideológicas y políticas, que en estos momentos dividen al país.
El presidente de los Estados Unidos necesita más que nunca el apoyo del Vaticano para intentar unificar una nación cada vez más polarizada, en temas que van más allá de la religión. El cambio climático, la migración y la pobreza están sobre la mesa de la próxima reunión. Habrá que esperar a ver si el derecho al aborto, tema angular de la lucha católica en Estados Unidos, también es uno de ellos.
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