06/10/2021
en Laeto animo
Se me perdonará por resumirlo con una cita de otro periodista que no puede definirlo mejor. Dominique Greiner. Un religioso, editor en jefe del periódico La Croix, evaluando el informe de la Comisión Independiente sobre Abuso Sexual en la Iglesia en Francia. "Con fe no debemos temer bajar al infierno: Cristo nos ha precedido. Pero antes de irnos, debemos aceptar la consternación y la desolación al descubrir lo que las víctimas han sufrido. Cristo mismo pasó tres días en el infierno antes de ser rescatado. No nos liberaremos mientras no hayamos dado cuenta de todos los errores de la Iglesia y de la responsabilidad de cada uno y no hayamos eliminado todas las consecuencias. La verdad es a menudo crucificante. Pero es una ruta necesaria para salir de la oscuridad".
Es un buen resumen de lo que este informe significa para la Iglesia. Hasta 330.000 víctimas y al menos 3.000 agresores en un informe de siete volúmenes. Un terremoto, un tsumani, una bomba... también recogió La Croix. Más aún cuando el informe fue encargado por la misma iglesia hace tres años.
Siempre que hablamos de maltrato infantil lo primero que hay que tener en cuenta es que un solo abuso ya lo es demasiado. "Una víctima ya es una tragedia", dijo un editorial en Catalonia Religion. Y ahora se habla de miles. Hasta cientos de miles. El informe fue cerrado y presentado públicamente esta semana y los obispos franceses se han comprometido a dar su respuesta en la reunión plenaria del próximo mes.
Mientras tanto, ¿qué podemos sacar de este informe?
Para comenzar, ir a las fuentes originales y completas del informe. No te quedes con los titulares. A diferencia de otras investigaciones realizadas por la Iglesia en otros países y que también se habían realizado en Francia, este informe no es sólo una recopilación y estadísticas de casos conocidos con nombres y apellidos. Con base en los casos documentados, es una proyección del alcance de este crimen en entornos eclesiásticos entre 1950 y 2020. De ahí las 330.000 víctimas de la iglesia. Forman parte de los 5,5 millones de niños franceses que también habrían sido víctimas de abusos durante estos 70 años, principalmente en el entorno familiar. Un fenómeno masivo y un problema social: casi el 10% de los franceses habrían sido víctimas de agresión sexual durante la infancia. Por lo tanto, una vez más se confirma que la Iglesia es parte del problema y que debe ser parte de la solución. En Francia, los 3.000 sacerdotes que cometieron abusos representan el 3% de los 115.000 sacerdotes y religiosos que hay desde 1950. Un escándalo doloroso. Pero centrarse solo en la Iglesia no da una idea real de cuál es realmente el problema del abuso infantil y qué percepción social se ha tenido de esta grave lesión.
El principal problema al que se enfrenta la Iglesia es que el Informe define este fenómeno como sistémico en este período, especialmente antes del año 2000: "No es que la violencia haya sido organizada o admitida por la institución", sino que la Iglesia "claramente no sabía cómo prevenir esta violencia, ni simplemente verla, y mucho menos tratarla con la determinación y corrección requeridas". Eso es ciertamente lo que no puede volver a suceder.
Ocultación, relativización, incluso negación son palabras que también aparecen en el informe francés. Y aprecia que el reconocimiento es demasiado reciente, solo realmente visible desde 2015 y desigual según las diócesis y congregaciones. Cabe recordar que los últimos casos conocidos en Cataluña han sido hechos públicos por las mismas instituciones eclesiásticas afectadas y se han tomado medidas inmediatas con condenas sin tener en cuenta la prescripción legal de los hechos.
Pero en el caso de Cataluña, ¿sería apropiado hacer un trabajo similar en el pasado? Quizás sería positivo intentar cerrar esta carpeta y no hacernos una idea global de lo que ha pasado en los últimos años con cuentagotas.
Esta posible investigación también debería incluirse en un contexto más global de permisividad social frente a estos crímenes. ¿Cuántas veces hemos escuchado, cuando se conocen casos desde hace años, que "todo el mundo lo sabía"? Tal informe tiene sentido si realmente se convierte en "una ruta necesaria para salir de la oscuridad", no para tratar de culpar a los demás. De hecho, la Iglesia es la única institución que hoy está llevando a cabo una revisión exhaustiva de su pasado sobre este tema, y la que más esfuerzos ha dedicado en los últimos años al estudio y prevención del problema.
Incluso si los datos corresponden al país vecino, sería bueno evaluar aquí las 45 recomendaciones del informe. A ver si podemos aprender algo de ello. La información que proporciona sobre los perfiles, métodos y entornos de los abusadores también es un buen instrumento que puede ayudar a detener este flagelo.
En lo que todos podemos estar de acuerdo es en que la verdad nos hará libres. Por lo tanto, el ejemplo de Francia puede servirnos. Pero siempre y cuando sea para avanzar en las dos cosas más importantes. No en estadísticas e historia, sino en el acompañamiento, reparación, atención a las víctimas y medidas de prevención para que no vuelva a suceder.
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