Fuente: El País
Por: Jacobo García
22/10/2021
Wilson Joseph, vinculado a la banda 400 Mawozo, publica un vídeo en el que asegura que pondrá “una bala en la cabeza” de los 17 misioneros menonitas si no se cumplen las exigencias
Cinco días después del secuestro de 17 menonitas estadounidenses y un conductor haitiano a manos de una banda local, el líder de la pandilla 400 Mawozo que controla el barrio donde fueron secuestrados, apareció en un vídeo confirmando su participación y anunciando su muerte si no se cumplen las exigencias del rescate.
“Prefiero que el trueno me queme, si no obtengo lo que necesito. Vean a esos estadounidenses, preferiré matarlos y descargaré un arma grande en cada una de sus cabezas “, dijo en el vídeo el líder de la pandilla conocida como 400 Mawozo, Wilson Joseph.
En el surrealista vídeo, que fue grabado durante un funeral de pandilleros, Joseph también amenazó al primer ministro, Ariel Henry, y al jefe de la policía nacional de Haití, Léon Charles, mientras hablaba frente a ataúdes en los que estaban los cuerpos de varios miembros de su banda muertos recientemente en supuestos enfrentamientos con la policía. “Ustedes me hacen llorar. Lloro agua. Pero los voy a hacer llorar sangre “, dijo.
Por el momento los secuestradores han exigido un millón de dólares (unos 858.900 euros) por cada una de los religiosos secuestrados, entre ellos varios niños que van desde los ocho meses a los 12 años.
El vídeo conocido este jueves, y que incluye cantos funerarios, fue grabado en las calles del barrio de Croix-des-Bouquet precisamente el barrio donde fueron secuestrados los religiosos estadounidenses, según una persona que estaba presente cuando se emitió la amenaza, señaló The New York Times. En la grabación, el líder Wilson Jospeh viste un elegante traje azul, una cruz en el pecho y un sombrero de ala ancha del mismo color.
Aunque las imágenes, grabadas con un teléfono, se centran en los dos hombres que encabezan el funeral se ve a una multitud de pandilleros que, según testigos, podrían ser cientos. Algunos de los pandilleros llevaban camisetas con los nombres de otros colegas asesinados y se ven los ataúdes con los cuerpos dentro.
Poco después de conocerse las amenazas contra el jefe de la policía, Leon Charles, este fue relevado de su cargo, en el que seguía a pesar del magnicidio que el 7 de julio terminó con la vida del presidente Jovenel Moïse en su cama.
Paralelamente este jueves se supo también que el mismo día que los religiosos fueron secuestrados, el sábado, otra pandilla local también capturó a un profesor universitario, según un comunicado emitido por la Oficina de Protección Ciudadana, una institución similar al Defensor del Pueblo que contabiliza los secuestros y la violencia en el país. Según esta oficina, a principios de este mes también fue secuestrado un pastor haitiano que no fue liberado a pesar de que se pagó el rescate.
“Los criminales operan con total impunidad, atacando a todos los miembros de la sociedad”, lamentó a miles de kilómetros de distancia la organización menonita de Ohio a la que pertenecen los 17 secuestrados durante una jornada de oración.
Mientras tanto, este jueves fue un día difícil para miles de haitianos de la capital debido a la falta de combustible en el país. Cientos de manifestantes bloquearon carreteras y quemaron neumáticos en Puerto Príncipe para denunciar una grave escasez de combustible y un aumento de la inseguridad, así como exigir la dimisión del primer ministro. La pelea entre pandillas que también controlan el puerto y la inseguridad en las carreteras que llegan de República Dominicana asfixian al país que poco a poco ve como cada vez hay menos vehículos en las calles mientras la ira sigue aumentando. “No tenemos presidente, ni gasolina, ni dinero, solo hambre”, dijo a EL PAÍS con una piedra en la mano en una barricada de Delmas el joven Louis Bourgone que participaba en las protestas.
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